7 cosas que no sabías que diferencian tu segundo embarazo del primero

¿Creíste que en el segundo embarazo ya nada podría sorprenderte? Pues, te equivocaste. Siempre quedan cosas por descubrir y disfrutar.
7 cosas que no sabías que diferencian tu segundo embarazo del primero
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 26 octubre, 2021

El embarazo es un momento clave en la vida de una mujer y marca el comienzo de una nueva aventura. Pocas cosas se comparan a dicha experiencia y difícilmente se logren superar las emociones que en ella se despiertan. Pero eso no quiere decir que ya no puedan descubrirse cosas nuevas, pues el segundo embarazo también trae su magia.

A continuación, te compartiremos aquellas cuestiones que diferencian la gestación entre el primer y el segundo hijo. ¡No te las pierdas!

1. Sabes que estás embarazada antes

Al haber andado ya por estos caminos, es probable que logres detectar rápidamente los indicios de la gravidez. Ahora que conoces la sensación de las náuseas matutinas o del cansancio extremo no dudarás en hacerte un test ante el mínimo retraso de tu período.

Además, aunque tú todavía no lo notes, es probable que tu primer hijo se de cuenta de que hay algo dentro tuyo. En este sentido, es posible que ponga de manifiesto su sospecha a través de algunos cambios de comportamiento.

Prueba de embarazo positiva.

2. Notas que la barriga sale antes

Tu organismo completo experimentó los cambios gestacionales con tu primer embarazo y preparó cada estructura para albergar a una nueva vida. Por este motivo, ya no le resulta necesario realizar tanto esfuerzo para asegurar el espacio físico para el bebé.

Los músculos, los huesos y los cartílagos de tu abdomen y pelvis están más laxos que antes de ser mamá y esto se traduce en un estiramiento precoz. Entonces, es probable que notes tu barriga prominente unas semanas antes de lo que te ocurrió en el embarazo anterior.

En muchos casos esta anticipación favorece al desarrollo de bebé de mayor tamaño que su hermano y a su vez, al empeoramiento de los dolores lumbares (de espalda) que has experimentado previamente.

3. Sientes a tu bebé más pronto

Muchas mamás notan los primeros movimientos fetales de su segundo hijo un tiempo antes de lo que experimentaron con el primero. Esto puede estar relacionado al reconocimiento de esas sensaciones o deberse a la laxitud de los tejidos abdominales, tal como mencionamos previamente.

4. Estás más cansada

El simple hecho de ser madre te hace estar más cansada que antes de vivir esta experiencia. Pero a este estado se le suman los efectos de las hormonas gestacionales y la falta de sueño.

En este embarazo ya no dispones del tiempo necesario para descansar de noche y de día, como seguramente tuviste en tu primer embarazo. Afortunadamente, la experiencia te indica que todas las etapas se superan y que un buen día volverás a dormir como deseas.

5. Tienes miedos diferentes

Si bien la experiencia es una gran aliada de la vida, muchas veces puede jugarnos una mala pasada.

El segundo embarazo puede trasladar preocupaciones sobre aquellas cuestiones no resueltas de la primera experiencia o incluso, despertar nuevos temores y culpas. No debemos olvidar que tenemos alguien más de quién cuidar, además de ese nuevo pequeño que vive dentro nuestro.

De todos modos, es importante que puedas conversar al respecto con tu terapeuta o con tus seres queridos, para encontrar el alivio que necesitas. Transitar esta nueva etapa con alegría y tranquilidad es algo que todas las mamás nos merecemos.

6. Sabes reconocer las contracciones

¿Quién no se ha preguntado si estaba en trabajo de parto o no? Apuesto que la mayoría de nosotras lo hizo. Por fortuna, “la práctica hace al maestro” y en la siguiente oportunidad este dicho queda demostrado.

En general, las madres no solo logran identificar mejor las contracciones de parto con sus segundos hijos, sino que reducen significativamente la duración de este proceso. Esto ocurre porque el cuello del útero no tiene que dilatar desde cero, pues todas las estructuras están más blandas que antes.

En contraparte, los dolores posparto (entuerto) suelen ser más frecuentes e intensos que en el caso de las primerizas.

7. Tienes menos tiempo para ti

Ser madre es una experiencia hermosa, pero conlleva ciertos sacrificios de los que casi ninguna mujer escapa. Entre ellos, destinar parte de nuestro tiempo a satisfacer las necesidades y los deseos de nuestros pequeños.

Más allá de la organización de cada familia y de la realidad de cada hogar, una vez que nace el niño la dinámica de sus padres se modifica. Y en general, todos contamos con menos tiempo libre para hacer aquellas cosas que solíamos hacer cuando éramos solo dos.

En cuanto a los momentos dedicados a nuestro segundo embarazo sucede algo parecido. Ya no contamos con la misma disponibilidad para tomar una siesta, un baño relajante, compartir un almuerzo con amigas o estar sin hacer nada por tiempo indefinido. Nuestro primer hijo demanda nuestra atención las 24 horas al día.

No obstante, es importante reservar un momento de cada jornada para pasar un tiempo a solas con nuestro nuevo bebé. Esto nos permite establecer ese vínculo único, que todavía no hemos descubierto ni hemos experimentado.

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No todo es repetido en un segundo embarazo

Cada niño es un mundo y cada gestación es distinta de las demás. Esto hace que la llama de la maternidad permanezca encendida y que siempre haya lugar para uno más.

Si bien la experiencia puede resultar de mucha ayuda, a veces es bueno dejarse llevar por el instinto y disfrutar de cada etapa y de sus nuevas expectativas.

Intenta sacar provecho de lo que conoces y déjate guiar por ese nuevo pequeño que vive en ti. Después de todo, él también marcará su impronta única en tu corazón.


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