
En la época navideña ya es costumbre dejar como recuerdo la típica foto junto a los personajes que desde siglos han creado ilusión y felicidad en millones de niños alrededor del mundo, pero no siempre son sonrisas las que quedan…
Las actitudes de los padres son un reflejo para los niños. Por ese motivo, se debe aplicar una estrategia para que ellos desarrollen un buen comportamiento.
La respuesta de los padres al buen comportamiento de un niño siempre es fundamental para su educación y desarrollo. Por ello, presentamos algunas recomendaciones y consejos para premiar a la justa medida las acciones positivas de los más pequeños.
Estas medidas, presentadas por el Departamento de Salud y Recursos Humanos de Estados Unidos, son fundamentales para responder correctamente al comportamiento de un niño sin dejar de recordarles que hacerlo es su obligación. A la vez, funcionan como una estrategia para que aprendan a adquirir premios a través de buenas acciones.
Estas son algunas de las recomendaciones expuestas:
En la mayoría de los casos, el buen comportamiento de un niño se resumirá en elogios. No obstante, ¿qué tipo de ponderaciones son las correctas?
Por un lado, se encuentran las más específicas para esa acción y otros que suelen tener menos relevancia. Las primeras se deben utilizar cuando el niño realiza una actividad en la que invirtió un gran esfuerzo. Por ejemplo, el desempeño académico y las buenas notas que obtiene en las asignaturas que se le dificultan más.
En el caso de las acciones con un poco de menos relevancia, pero que no dejan de ser importantes, incluimos el hecho de que el niño ayude a recoger la mesa; acciones como esta deben elogiarse de igual forma.
Esos elogios no necesariamente deben ser con palabras; también pueden ser gestuales, como por ejemplo un abrazo o el tradicional «choca esos cinco». Lo fundamental, en todo caso, es destacar los buenos comportamientos del niño y demostrar el cariño que los padres sienten.
La actitud de los padres siempre será fundamental y puede influir directamente en la personalidad de los infantes. Cuando el niño ve actitudes y respuestas negativas de sus padres, puede tomarlas como ejemplo y comportarse de forma inadecuada.
Por ello, es importante no responder ante rabietas o actitudes que busquen que todos tomen la atención en ellos.
La atención positiva, por otra parte, es la respuesta ante una buena actitud. Por ejemplo, si el niño ha obtenido buenos resultados en la escuela, se puede aprovechar la hora de la cena para destacar este hecho. Así, el pequeño entenderá que está haciendo lo correcto y será felicitado por ello, lo que causará que repitan esta acción.
Es importante destacar que demasiada atención positiva podría ser perjudicial. Los elogios no deben ser en gran cantidad, debido a que los niños podrían comenzar a tener un buen comportamiento únicamente por estas recompensas y no porque sientan que están haciendo lo correcto.
«Castigar físicamente a un niño puede inhibir el mal comportamiento en la inmediatez, pero no a largo plazo»
Existen técnicas de reforzamiento positivo que pueden ser muy beneficiosas para lograr el buen comportamiento de un niño. Estos métodos no funcionan únicamente para evitar problemas de conducta, sino que también pueden utilizarse para instaurar nuevos comportamientos deseados.
La enseñanza de valores y de comportamiento en el hogar será fundamental para lograr que el niño tenga buenas actitudes en el ámbito social y de manera personal. Es fundamental que los padres recuerden que sus reacciones serán un espejo para el pequeño y que, ante cualquier situación, deben actuar correctamente.