Cómo prevenir la violencia de género desde niños

Es momento de hablar para prevenir la violencia de género. La educación es clave para erradicarla y hay que comenzar desde niños.

Niño jugando a juegos de cambio de roles.

Nuestro hijos están cada vez más expuestos a infinidad de situaciones que desearíamos evitarles. En este afán, a veces obviamos educarlos al respecto y les privamos de las herramientas necesarias para defenderse. Prevenir la violencia de género es uno de los temas que más preocupa a las sociedades modernas, en las que concienciar desde edades tempranas resulta fundamental para enfrentarla.

Por ello, vamos a darte algunas claves para darles a tus hijos la información necesaria para que sepan evitarla y aprendan a hacerle frente, en caso de verse en una situación de este tipo.

¿A qué se refiere este término?

La definición que hacen desde la Organización de las Naciones Unidas de la violencia de género es la siguiente: todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.Niño jugando a servir el té para prevenir la violencia de género.

¿Dónde encuentra sus orígenes y cómo prevenir la violencia de género?

No podemos prevenir la de violencia de género sin hablar de sexismo y, en este sentido, el estudio de María José Díaz-Aguado, Catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación, llamado “Prevenir la violencia de género desde la escuela”, deja datos muy interesantes.

“Para prevenir la violencia de género desde la educación, conviene recordar que el sexismo que la origina está estrechamente relacionado con la división ancestral del mundo en dos espacios: el público, reservado exclusivamente para los hombres, y el privado, el único en el que podía transcurrir la vida de las mujeres”.

La discriminación de género, las normas sociales y los estereotipos que aún existen hacen que la violencia contra las mujeres, lejos de ir en descenso, haya aumentado en los últimos años, empezando a edades más tempranas.

Según un estudio llevado a cabo por profesionales de la Universidad Complutense de Madrid, un 4 % de las chicas encuestadas admitía haber sufrido una agresión por parte de su pareja o de su expareja. Por otro lado, un 25 % reconocía que la pareja las controlaba a través del teléfono móvil, y hasta un 23 % afirmaba haber sentido que la pareja intentaba aislarla de sus amigos.

En contraparte, el 20 % de los chicos estaba de acuerdo con que ellos salieran con muchas chicas al mismo tiempo, pero no al contrario. Mientras que más del 12 % admitía haber lanzado amenazas a su pareja al querer romper y no reconocía que esto fuera maltrato.

Asusta, ¿verdad? De ahí la importancia de educar en la igualdad durante los primeros años de vida. Promover relaciones de respeto entre los niños y las niñas es la mejor arma para la erradicación de la violencia de género.

Decálogo para prevenir la violencia de género

Desde la Escuela de Filósofos del Colegio Brains, en coordinación con Instituto de la Mujer, se sugiere un decálogo de buenas prácticas para padres y profesores que puede ayudar a educar a los más pequeños.

  1. Observar y escuchar a los niños y a las niñas. Detenernos a escuchar qué conceptos manejan respecto a los géneros y qué actitudes tienen cuando se relacionan con sus iguales.
  2. Destruir los prejuicios desde edades tempranas. Cuando afirman algo categóricamente hay que responder con una pregunta (“¿Por qué?”) Al razonar el prejuicio, este se destruye.
  3. Pulir las ideas que tengan los niños y las niñas como válidas y certeras. Debemos hacerles comprender que las generalizaciones inducen a error.
  4. Implicar a los niños y niñas en todo tipo de labores. Asignarles responsabilidades o actividades cotidianas que tradicionalmente han sido consideradas “cosas de mujeres” o “cosas de hombres”.Niña siendo albañil.
  5. Compartir la información. Generar conversación para que sea un punto de encuentro diario en el aula. Esto ayuda a entender cómo son, qué ven, qué piensan y cómo se sienten.
  6. Reconocer y comprender nuestras propias limitaciones en cuanto a género. Nosotros mismos tenemos que reaprender algunos hábitos machistas y, para eso, tenemos que mirarnos con ojo crítico.
  7. Limitar el acceso de los niños y las niñas a estímulos nocivos. Debemos procurar que el momento de la televisión lo compartan con la familia, para responder a cualquier pregunta que les surja.
  8. Jugar a juegos universales. Fomentar los juegos tradicionales en lo que no necesitan herramientas, ni roles definidos: el escondite, el pañuelo, la gallinita ciega, etc.
  9. Dar ejemplo como adultos es esencial. Los patrones de comportamiento se heredan. Evitemos roles, tópicos, lugares comunes respecto al género y dejemos que vayan creando sus propias opiniones desde el respeto y la empatía por lo diferente.
  10. El aprendizaje no se acaba nunca. Para enseñar hábitos, debemos aprender a ser, como decía Aristóteles, y para ello debemos estar alerta siempre.

La violencia de género es algo que nos compete a todos y en nuestras manos está educar niños más sanos y responsables. Solo estando muy pendientes de sus hábitos y de sus palabras, podremos acompañarlos en este camino.

Scroll al inicio