Un profesor utilizando la pizarra para dar una clase expositiva ante unos niños sentados en sus pupitres que tienen que atender a la lección. Esta imagen tan típica de la educación. ¿Debería conservarse en las escuelas del siglo XXI?
La sociedad avanza a pasos agigantados y hay que adaptarse a los cambios que se producen en ella. Por ello, desde el sistema educativo hay que modificar la visión que se tiene sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje.
“La educación es el sistema que debería desarrollar nuestras habilidades naturales y permitirnos salir adelante en el mundo”.
-Sir Ken Robinson-
¿Cómo deberían ser las escuelas del siglo XXI?
Debemos educar a los niños en función del contexto cultural y social en el que viven. En este sentido, parece que el sistema educativo, en muchos aspectos, se ha quedado obsoleto. De hecho, se puede decir que su estructura y los contenidos que se imparten no se adaptan a las necesidades actuales.
Hay que tener en cuenta que el objetivo principal de la educación es formar a ciudadanos que puedan afrontar la vida del siglo XXI. Si avanzamos hacia una sociedad de la tecnología, la información y el conocimiento, las escuelas tienen que actuar como modelos en el proceso de educar a las nuevas generaciones para que se desarrollen de una forma integral.
Desgraciadamente, existe un modelo estándar de escuela originada en el siglo XIX que, a día de hoy, aún sigue vigente. Este se caracteriza por:
- Centrarse en la asimilación de conocimientos de una forma memorística, teórica y poco práctica.
- El papel del profesor como un mero transmisor de los conocimientos.
- El papel pasivo del alumnado como receptores de la información.
- Evaluar el aprendizaje a través de los exámenes que valoran la cantidad de conocimientos que se han adquirido.
- La competitividad entre el alumnado.
Pero estamos en el siglo XXI y esto tiene que cambiar. Así, actualmente, las escuelas deberían ser espacios en los que:
- Se tiene en cuenta el desarrollo evolutivo de los niños y adolescentes.
- Los conocimientos sean construidos por el alumnado.
- El docente asume el papel de guía y apoyo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Los estudiantes participan y se involucran activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, siendo los principales protagonistas.
- La evaluación no se centra en una calificación, sino en valorar lo que realmente ha aprendido el alumnado.
- Los alumnos cooperan y colaboran entre sí.
“Seguimos teniendo un modelo de escuela del siglo XIX, docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI”.
-Mariela Cordero-
Cambio en el pensamiento de los docentes
Para que se pueda adoptar un nuevo paradigma en educación y construir escuelas del siglo XXI, es necesario que el profesorado se comprometa con el cambio. Este debe desaprender sus rutinas y costumbres y reemplazarlas por otras nuevas. Es decir, los docentes tienen que aprender a organizar, seguir y evaluar de forma continua el aprendizaje del alumnado, aplicando metodologías innovadoras.
Para ello, el profesorado debe formarse adecuadamente y disponer de una serie de competencias. Según Gerardo Echeita, profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad Autónoma de Madrid, estas son:
- Tener una actitud reflexiva y crítica.
- Tener curiosidad e iniciativa.
- Saber buscar y recopilar información relevante.
- Ser estratégico.
- Ser capaz de trabajar colaborativa y cooperativamente.
- Mantener buenas pautas de comunicación, de diálogo y de escucha.
- Saber pedir y ofrecer.
- Mostrar empatía.
- Compartir y entablar relaciones de reciprocidad y de confianza con los compañeros y alumnos.
- Asumir riesgos y estar abiertos al cambio.
- Saber fijarse metas para superarse y querer seguir aprendiendo.
Por tanto, cambiar la mentalidad y el pensamiento del profesorado es el primer paso para ofrecer a los niños una educación de calidad, adaptada a sus tiempos.
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.
-Alvin Toffler-
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Carlos-Guzmán, J. (2011). Una nueva visión de la enseñanza: la centrada en el aprendizaje (ECA). Revista Correo del maestro, 177, 1-13.
- Sandoval, M., Echeita, G., Simón, C. y López, M. (2012). Educación Inclusiva. Iguales en la diversidad. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, INTEF.
- Villa, A. y Poblete, M. (2008). Competence-based learning. A Proposal for the Assessment of Generic Competences. Bilbao: Universidad de Deusto.