Cómo y cuándo pasar al bebé a su propia habitación

Algunos padres deciden dormir con sus hijos durante varios meses o años, mientras otros consideran que esto es perjudicial. ¿Cuándo es el momento apropiado para que el bebé comience a dormir solo?

Madre e hijo durmiendo en la misma cama.

El sueño es uno de los aspectos que más preocupa a los padres y que más agotador puede resultar en los primeros meses o años de vida del niño. Sin embargo, además del cansancio físico surgen las dudas y los cuestionamientos.

¿Cuándo debo pasar al bebé a su propia habitación? ¿Será demasiado pronto? Lo veo tan pequeño… ¿Será demasiado tarde? Quizá ya es mayor para seguir durmiendo con nosotros. ¿Cómo puedo hacerlo sin generarle sufrimiento?

La culpa es una de las emociones que, con más frecuencia, experimentan quienes son padres, pues, en su afán de hacerlo todo bien, se olvidan de escucharse a sí mismos y a su pequeño. Tantas opiniones externas, tantas teorías y consejos del entorno llegan a abrumar; sin embargo, no hay que olvidar que la decisión es personal y únicamente hay que preocuparse por el bienestar de la familia.

¿Es demasiado pronto o demasiado tarde?

Por lo general, durante los primeros meses, el bebé duerme con los padres, ya que el pequeño necesita atenciones y cuidados casi constantes. En torno a este punto, debe saberse que estudios demuestran que el colecho favorece la lactancia y es beneficioso para el desarrollo neuronal del bebé y el sistema neuroendocrino de la madre. La Asociación Española de Pediatría lo propone, tomando las debidas precauciones, para prevenir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.

Por otro lado, la lactancia materna exclusiva asociada al colecho protege en más de un 70 % el riesgo de muerte súbita. Valga acotar que bajo este parámetro, EEUU tiene el más alto índice en los niveles de mortalidad inantil. Y el menor, se da en regiones donde se practica.

No obstante, pasado un tiempo, los progenitores comienzan a plantearse la posibilidad de pasar al bebé a su propia habitación, y es aquí cuando surgen los temores.Niña durmiendo plácidamente en su cuna en su propia habitación.

Los padres desean hacer lo más beneficioso para el desarrollo de su hijo. Por un lado, sienten pena y culpa al pensar en dejarlo solo en un cuarto diferente. Por otro, tienen miedo de estarle volviendo dependiente por esperar demasiado tiempo para hacer el cambio.

La realidad es que, a día de hoy, no hay estudios que avalen la idea de que dormir varios años junto a los padres resulte perjudicial para el niño. Entonces, la respuesta a si es demasiado pronto o demasiado tarde es que depende de cada familia. Sí, se trata de una decisión que debe ir marcada por las necesidades e intereses del niño y de sus padres.

Un factor que se suele comentar como propicio para el cambio de habitación es si ocurre el destete entre los seis meses y el año.

¿Cuándo pasar al bebé a su propia habitación?

En definitiva, no hay unas reglas ni unos tiempos concretos que deban guiar esta transición. Pero sí existen ciertas pautas que ayudarían a decidir cuándo es el momento ideal para los padres y su pequeño. Para ello, es importante tener en cuenta las siguientes cuestiones:

  • Hacia los ocho meses de edad, los bebés comienzan a percibirse como seres diferenciados de su madre, con quien hasta entonces se percibían como un todo. Esto les conduce a experimentar grandes niveles de ansiedad de separación durante esta etapa. Por ello, es importante evitar que la transición a su propia habitación coincida con este momento evolutivo, ya que resultará más difícil y dolorosa. También es recomendable evitar que se solape con otros cambios en su vida, como la llegada de un hermanito o el comienzo de la guardería.
  • Si el niño aún se despierta por las noches para sus tomas, encontrarse en una habitación diferente puede complicar el asunto. Desde que el pequeño llora hasta que sus padres acuden pasa más tiempo, por lo que este se desvela más. Del mismo modo, los padres han de levantarse e ir hasta la otra habitación, desvelándose más también. Quizá sea preferible esperar a que el niño duerma toda la noche seguida.
  • Escucha a tu bebé. Algunos niños son más independientes y preferirán dormir a solas, mostrándose molestos al compartir espacio con sus padres. Otros son más demandantes y necesitarán la presencia y el contacto físico para descansar tranquilos. Los comportamientos de tu bebé te orientarán sobre cuándo está listo para hacer el cambio.Niño llorando en su cuna tras pasar el bebé a su propia habitación.

¿Cómo pasar al bebé a su propia habitación?

Una vez hayáis decidido realizar el cambio, es importante que estéis ambos seguros de la decisión y forméis un frente común. Tal vez los primeros días sean complicados y necesitéis aportaros fortaleza mutuamente. Considerad ese período como de transición para poner en práctica estas estrategias:

Hacer las siestas en su habitación

Para que se vayan acostumbrando, que haga las siestas en su habitación resultará una muy buena opción. El hábito le permitirá asociar el descanso a la textura del colchón, al clima, a la luz, a los colores, en fin, al conjunto de elementos que le indicarán su lugar de conciliar el sueño.

Convertid su habitación en espacio de juego

Es ideal que pase buena parte del tiempo en su habitación, de modo que la sienta cada vez más suya. Considerad que esté despejada y sea segura, libre de objetos pequeños y sin aristas o bordes que revistan peligro.

Que se mantenga fresca y bien iluminada de día y con luces que se gradúen para poder ofrecer la iluminación mínima necesaria para cambiarlo y asistirle cuando despierte.

La rutina del sueño que comience en su habitación

Hay elementos que deben ayudarle a alimentar la atmósfera del sueño. Algún juguete, una sabanita, un tipo particular de luz, la ropa de ir a la cama, un cuento, entre otros elementos, integran el conjunto que le permitirá al niño ambientar la llegada de la hora de dormir.

Lo estratégico es lograr que el despliegue de estos estímulos ocurra en su propia habitación. Acompaña las acciones con frases sobre lo cómoda que es, segura y agradable, porque las palabras le irán dando cuerpo a un concepto que primero es sentimiento.

Brindadle seguridad

El bebé permanecerá en su habitación y se dormirá si está plenamente familiarizado con ella, si se siente seguro, si la siente suya. Dejadlo en su cuna cuando sus músculos estén relajados y tiene las manos abiertas. No lo dejéis cuando apenas ha cerrado los ojos.

Y si cuando despierte y llore, estás rápido allí para consolarlo y llevarlo al sueño, luego de cambiarle, alimentarlo o demostrarle que no te has ido lejos y que puede confiar, retornará suavemente al sueño.

De todos modos, recuerda que “la mitad del tiempo que un bebé está durmiendo lo hace en sueño ligero, durante el cual, cualquier pequeño ruido, sensación de hambre o cambiar el ritmo en el que los mecemos los despertará”.

En definitiva

Haced del acontecimiento algo feliz, emocionante y atractivo para el pequeño. Hacedle partícipe, de alguna manera, en la decoración de su nueva habitación o tratad de asociar ese espacio con juegos, risas y vivencias agradables.

Los primeros días permaneced a su lado hasta que se duerma, y acudid siempre que os solicite. Al comprobar que estáis disponibles para él, se tranquilizará y logrará dormir tranquilo.

Ante todo, recordad que el pequeño percibe y se mimetiza con vuestras emociones; si estáis angustiados, llenos de preocupación y de culpa, es muy posible que el pequeño lo lleve peor. Actuad con amor y sin remordimientos para que vuestra tranquilidad e ilusión se transmitan a vuestro hijo.

Bibliografía

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