Claves para enseñar a los niños a aceptar las críticas

Los niños, como todos los seres humanos, desean agradar y ser aceptados. Entonces, ¿cómo podemos enseñarles a aceptar las críticas? Te lo explicamos a continuación.

Padre enseñando a su hija a aceptar las críticas.

Todos los seres humanos deseamos causarle una buena impresión en los demás, ya que somos una especie social que necesita de la interacción con los otros. Los niños también experimentan este deseo de agradar, de ser aprobados y reconocidos por su entorno.

Sin embargo, es importante que aprendan que no podemos gustarle a todo el mundo y que, en algún momento, todos cometemos errores. Enseñar a los niños a aceptar las críticas les permitirá ser más felices y relacionarse con otros de una manera más saludable.

Como en muchos otros aspectos, los padres son los primeros referentes del niño en cuanto a la aceptación. Durante sus primeros años desearán complacer a sus padres y cumplir con sus expectativas. Pero, más adelante, comenzarán a interactuar con profesores, compañeros y otras personas a quienes también desearán agradar.

A medida que se vayan desenvolviendo en este entorno social, recibirán comentarios tanto positivos como negativos y hemos de ayudarles a saber cómo lidiar con ambos.

¿Cómo enseñar a los niños a aceptar las críticas?

Niña aprendiendo a aceptar las críticas con ayuda de su madre.

Críticas y aceptación en el hogar

La familia es el entorno en el que el niño realiza su primera socialización y, con base en ella, aprenderá a desenvolverse en el futuro. Por lo mismo, es importante cuidar el modo en el que alabamos y criticamos dentro del hogar.

Algunos padres, con la intención de fortalecer la autoestima de sus hijos, caen en el error de elogiarlos en exceso y evitan criticarlos por todos los medios. Paradójicamente, esto no aumenta la confianza del niño, ya que todo reconocimiento debe estar respaldado por un hecho; los elogios vacíos no son positivos.

Además, si nunca se le hacen ver al niño sus errores, crecerá con la percepción distorsionada de que nunca se equivoca y todo lo que hace está bien. Desde esta posición, no será capaz de afrontar las críticas de otras personas cuando salga de esa burbuja poco real que se ha creado en la familia.

Por el contrario, otros padres critican a sus hijos con excesiva dureza y de forma frecuente. Suelen remarcar los fallos de un modo hiriente y poco respetuoso y terminan generando en el niño una herida de rechazo. Esto hará que el menor se vuelva hipersensible a las críticas y sufra enormemente ante cualquier pequeño comentario negativo en el futuro.

El error es parte del aprendizaje

Por otro lado, los niños deben comprender desde sus primeros años que errar y equivocarse está permitido y es completamente normal. Si somos excesivamente exigentes con los pequeños, desarrollarán un gran temor a fracasar y, por ende, a ser criticados. Por el contrario, si señalamos sus fallos con paciencia, respeto y amor, comprenderán que las críticas pueden ayudarles a aprender y hacerlo mejor la próxima vez.

Es imprescindible que sepan que aquello que se critica es un comportamiento concreto y no a ellos como personas. Su valor personal es incondicional. Solo de este modo su autoestima se mantendrá sólida y podrán desarrollar la suficiente humildad para aceptar los comentarios negativos y aprender de ellos.

Diferencia entre críticas constructivas y destructivas

Por último, hemos de mostrarles esta importante diferencia. Las críticas constructivas son aquellas que se hacen con respeto y que ayudan a actuar mejor la próxima vez. Por ejemplo, si la profesora le corrige una suma que ha realizado de forma incorrecta. Por otro lado, las críticas destructivas están dirigidas a dañar y no aportan ninguna información útil. Es el caso, por ejemplo, de un insulto por parte de un compañero.

En este segundo caso, es importante que aprendan a no identificarse con el contenido de esas críticas destructivas. Han de saber que, si alguien les realiza un comentario dañino y sin propósito, no deben tener en cuenta sus palabras. Que aprendan a poner límites a otros es tan necesario como que aprendan a ser humildes.Niña positiva con los pulgares arriba.

Enseñar a los niños a aceptar las críticas les ayudará a ser más felices

Como antes comentamos, es imposible agradar siempre a todo el mundo. Si un niño pretende recibir siempre elogios y reconocimiento, sufrirá mucho ante las múltiples críticas que obtendrá a lo largo de su vida.

Por el contrario, aquel menor que posea suficiente confianza en sí mismo sabrá encajar esos comentarios sin dudar de su propio valor. Esto no solo le ayudará a ser más feliz y a no vivir pendiente de complacer a los demás, sino que también le permitirá a aprender de sus errores y a ir mejorando cada día.

Bibliografía

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