8 claves para actuar cuando excluyen a tu hijo
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La escuela es un espacio en el que los niños desarrollan vínculos de amistad que perduran toda la vida. Sin embargo, establecer esas relaciones no siempre es sencillo y en ciertas etapas de la infancia es común ver que algunos niños excluyen a otros. Y puede pasar que tu hijo sea uno de ellos.
¿Qué debemos hacer los padres en estos casos? ¿Intervenir? ¿Hablar con la escuela? Veamos cuáles son las posibilidades.
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Hablar y escuchar, las dos primeras claves
Cuando los papás descubrimos que hay alguien que daña a nuestro hijo, nos sentimos realmente muy mal. Brota la impotencia y nos quedamos con esa información que nos quema, sin salir a buscar más.
A veces, los pequeños nos dicen que no juegan con nadie, pero luego vemos que en realidad no juegan con ese “alguien especial” con quien quisieran hacerlo o no han jugado con determinadas personas durante algunos días.
Si bien el tema es relevante, no es un problema tan mayor como parece. Esto no quiere decir que no deba tomarse en serio, pues el niño la pasa mal por este motivo. Pero el camino para ayudarlo a solucionar su malestar es diferente según el caso.
Es muy importante sondear y conocer qué es lo que le pasa a nuestro hijo. Que, como adulto, tratemos de mantener una escucha abierta, libre de prejuicios, para entender sin subestimar ni magnificar.
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¿Qué puedes hacer en casa cuando otros niños excluyen a tu hijo?
A continuación, te acercaremos algunas estrategias para acompañar a tu hijo cuando se sienta excluido y ayudarlo a resolver las dificultades con sus pares. ¡Toma nota!
1. Ayuda a tu hijo a resolver sus dificultades
Muchas veces, la clave está en trabajar las habilidades sociales y emocionales de los niños en el hogar. Y cuanto antes, mejor.
Por ejemplo, si cada vez que se equivoca o pierde en un juego, se enoja y pelea con sus amigos, con el tiempo nadie querrá jugar con él. Por lo tanto, si bien ser excluido no es una situación agradable, lo mejor es tomar las enseñanzas de esta situación y reflexionar al respecto.
Es importante acompañar a los niños en el establecimiento de las relaciones interpersonales e inculcarles las habilidades necesarias para vincularse sanamente con los demás.
Justificar su conducta, buscar culpables o quedarse únicamente con la pena por ellos no es una solución al problema. Ayudarlos a resolver las dificultades por sí mismos los beneficiará para toda la vida.
2. Contribuye a fortalecer su autoestima
Esto implica reforzar sus logros y sus atributos, ayudarlo a que se sienta seguro de sí mismo y de lo que hace, desafiarlo para que aprenda y para que se anime a lograr más cosas. Así, también podrá aprender a afrontar las situaciones adversas que se le presenten.
3. Enséñale a respetarse
En relación con el punto anterior, es crucial trabajar la idea de que tu hijo no tiene que cambiar para complacer al resto o para ser parte de un grupo.
4. Ayúdale a que ponga límites y a decir que no
También tiene que ver con el propio respeto. Es decir, no es necesario que se someta a “pruebas de amistad”, que haga cosas que no son de su agrado o que tolere humillaciones o burlas solo para tener amigos.
Es necesario reforzar el concepto de que la amistad es una relación que debe hacer bien y que el sentimiento que se genera entre dos amigos tiene que ser mutuo.
5. Anímale a hablar y a expresar sus emociones
Si tu hijo es muy callado, puedes intentar con algunas preguntas abiertas que lo motiven a contarte más sobre su día en el colegio. También, puedes compartirle tus experiencias escolares de hace años, o cómo te has sentido en el trabajo durante el día.
Es necesario que los niños sepan que la familia es un entorno seguro y de confianza para expresarse y que hablar no los hace “tontos”, “llorones” ni vulnerables.
6. No subestimes nunca cómo se siente tu hijo
Mucho menos si se acerca a contarte lo que le pasa. Es importante tomar contacto con la situación y, de ser necesario, implicar a la escuela.
En principio, hay que evaluar la gravedad del asunto y ayudar al pequeño con consejos y con herramientas para que sea él mismo quien pueda resolver su propio conflicto escolar. De este modo, reforzamos su valía y no lo convertimos en una víctima pasiva.
No obstante, todo dependerá de cómo se presenten las cosas. No es lo mismo que uno de sus compañeros no lo invite a jugar a su casa después de clase a que todo el grupo lo insulte o lo violente en el recreo.
7. Habla con tu hijo y anímalo a reconocer las amistades que ya tiene
Quizás tenga uno o dos amigos, pero es valioso que se rodee de quienes sí lo aprecian.
8. Anota a tu hijo en algún deporte o actividad por fuera de la escuela
Esta estrategia puede funcionar como un nuevo comienzo y una oportunidad de conocer gente nueva con quien compartir intereses. Relacionarse con otras personas puede ayudar al niño a reforzar su autoestima y su seguridad para manejarse solo en sus vínculos.
Busca un momento del día para compartir experiencias con tus hijos
Una vez que los niños acceden a compartir con nosotros cómo se sienten, debemos ayudarlos a fortalecer algunas habilidades y a desarrollar otras. Conocer qué es lo que motiva el problema nos orienta para proceder adecuadamente.
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