ChatGPT: ¿cuáles son los desafíos que trae para la educación?

ChatGPT puede colaborar con la educación. Por ejemplo, al ahorrar el tiempo de búsqueda de la información. Sin embargo, se debe concientizar sobre un uso responsable.

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 02 agosto, 2023

Como sucede cada vez que se lanza una aplicación al mercado, al principio genera en la sociedad cierta resistencia al cambio. Estos son temores propios de no conocer y no detectar su alcance e impacto. Esto mismo sucedió con la reciente aparición de ChatGPT.

Desde diversos sectores, aparecieron voces señalando puntos a favor y otros en contra. Uno de esos sectores fue el educativo. A continuación, encontrarás algunas de las preguntas respecto a la relación de ChatGPT y la educación. ¿Cuál será el impacto de esta inteligencia artificial en el aprendizaje de los jóvenes? Veamos.

¿Qué es ChatGPT?

ChatGPT es un chatbot creado por la empresa OpenAI que usa la inteligencia artificial (IA) para entender y responder preguntas. Si bien la herramienta está en etapa de desarrollo, es capaz de mantener una conversación, brindar respuestas y orientaciones al usuario.

¿Sobre qué? ¡Sobre casi todos los temas! Por ejemplo, puedes pedirle resúmenes, presentaciones, estadísticas, ensayos, entre otros contenidos. De allí que se haya convertido en una herramienta consultada tanto en el ámbito laboral como académico.

Los desafíos de ChatGPT para la educación

Este bot inteligente «irrumpe» en la dinámica educativa con sus soluciones «exprés». ¿Cómo podría afectar a los procesos de educación y aprendizaje? En este sentido, surgen interrogantes y distintos puntos de vista al respecto.

Algunos de los temas claves respecto a la relación entre ChatGPT y la educación -que surgieron por parte de maestros, especialistas y familias- son los siguientes.

1. Se debe dar un sentido a la inteligencia artificial (IA), no demonizarla

El desafío principal de la educación -desde tiempos inmemoriales- no es solo compartir el conocimiento. Más bien, construir junto con los estudiantes recursos y herramientas que les sirvan para la vida actual. Es decir, un «combo» que tenga tanto el aspecto académico y de contenido como el componente de utilidad y práctica.

Hoy, el desarrollo de habilidades digitales tiene que ver con un aprender a hacer. El mercado laboral actual exige -incluso da por hecho- que los jóvenes cuenten con cierto manejo digital para resolver problemas.

De hecho, antes del lanzamiento de ChatGPT, en muchos espacios educativos se empezaron a usar distintas aplicaciones y redes sociales como fuentes de aprendizaje. TikTok puede ser uno de los casos más emblemáticos. También el aprendizaje a través del gaming, es decir, mediante aplicaciones lúdicas.

Por eso, los educadores tienen la tarea de integrar la inteligencia artificial (IA) con un propósito, es decir, darle un sentido, no solo dejarla de lado.

2. Se debe mantener el espíritu crítico de los estudiantes

Otro de los desafíos tiene que ver con continuar fomentando en los estudiantes el espíritu crítico. Es decir, la inteligencia artificial aún está en fase de desarrollo y experimentación. Por lo tanto, no debe tomarse como una verdad absoluta.

Es necesario que los jóvenes puedan tomar la información que les proporciona este desarrollo, pero hacerse preguntas y animarse a cuestionar cuando no están de acuerdo con algo. También que sepan que esta tecnología no es perfecta y que es posible que detecten errores.

3. Se deben evitar los sesgos de género o prejuicios

La razón detrás de esto es que las personas que desarrollan la IA pueden tener ciertos sesgos o creencias arraigadas que se reflejen en el sistema. Por ejemplo, la IA podría responder o actuar de manera discriminatoria hacia ciertos géneros sin que sea su intención.

Para abordar este problema, se sugiere hablar con los estudiantes acerca de estas limitaciones para que no den por sentado que esta herramienta siempre es neutral. El objetivo es «entrenar» y mejorar la IA constantemente para que no replique ni difunda información que sea sesgada o distorsionada con respecto al género.

4. Se debe aceptar que no es reemplazo del docente, sino que puede ser una herramienta de ayuda

En el proceso de enseñanza-aprendizaje, el vínculo con el docente es muy importante. No solo hay una transmisión de conocimiento, sino que también el docente aprende a conocer a sus alumnos, atiende a las necesidades particulares, es capaz de identificar las fortalezas y las debilidades que hay que trabajar más. La IA aún no puede captar esas sutilezas.

Considerar que los maestros suelen compartir mucho tiempo con sus alumnos no es un tema menor. Por tanto, son capaces de detectar algunos signos o cambios que la IA no. En más de una ocasión, un docente fue capaz de alertar sobre algún fenómeno de bullying, sobre dificultades en el hogar, y más.

Sin embargo, la IA puede ayudar a los docentes a proponer dinámicas diferentes e interactivas para su clase, manteniendo la motivación de los alumnos. A su vez, permite que los docentes continúen aprendiendo y renovando sus métodos de enseñanza, incluso resignificando su propia labor.

5. Se debe concientizar sobre su uso

Respecto a la inteligencia artificial, es esencial recordar que la tecnología debe estar del lado de las personas, no competir con ellas. En este sentido, continuar enseñando y concientizando sobre su uso es importante. 

Por su parte, los docentes deben estar atentos a que no haya un uso indebido (por ejemplo, plagio) o peligroso (exposición o acceso a material no apto para niños o jóvenes).

¿Cómo puede beneficiar el ChatGPT a la educación?

El ChatGPT puede ser un aliado versátil para estudiantes y educadores por igual. En este sentido, exploraremos las diversas formas en las que puede enriquecer el proceso educativo y fomentar un entorno de enseñanza más interactivo.

1. Búsqueda de información de manera más ágil

De esta manera, se puede «ahorrar» el tiempo en la tarea de investigar o recolectar información para usarlo en una instancia de discusiones o elaboración. ChatGPT en la educación puede servir como una primera «lluvia de ideas».

2. Desarrollo de habilidades digitales

Los niños y jóvenes de hoy son nativos digitales. De modo que una de las vías de acceso para captar su atención es lo virtual. A través de ejercicios con IA, es posible ayudarlos a perfeccionar sus habilidades digitales, orientando a los jóvenes sobre un uso responsable.

3. Personalización de la experiencia

Mientras más específico sea el pedido a ChatGPT, más específica será la respuesta. De este modo, cada alumno puede solicitar «una respuesta a medida». Por ejemplo, alguien que tiene mejor memoria visual puede solicitar un cuadro de síntesis sobre un tema.

4. Proporcionar respuestas más profundas sobre temas puntuales

Es cierto que los docentes tienen mucho conocimiento, pero no tienen por qué conocer todo sobre los más variados temas. Por eso, si en una clase surge alguna pregunta que el profesor desconoce, puede invitar al alumno a buscarla a través de esta aplicación. De este modo, el alumno no queda sin respuesta, al mismo tiempo que se vuelve protagonista de su aprendizaje.

Por ejemplo, una de las formas es pedirle a los alumnos que realicen una primera búsqueda de información, con los tópicos más importantes sobre un tema, y, luego, proponer una consigna grupal, como la realización de un mapa conceptual o la explicación del tema al resto de la clase.

¡Qué la tecnología no nos separe!

Por último, todas las preocupaciones respecto al uso de la IA son necesarias y válidas. Es un camino aún por transitar y para ello se necesitan profesionales dispuestos a asesorar, conocer y evaluar; no solo rechazar.

Al mismo tiempo, es importante no olvidar que, a nivel mundial, aún existen brechas en el acceso a la educación y a la tecnología. En este sentido, es una cuenta pendiente que deberá tenerse en cuenta para no agrandar aún más la distancia entre quienes tienen pleno dominio de la tecnología y quienes ni siquiera pueden acceder a ella.