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Causas y tratamientos de los vómitos con sangre

5 minutos
¿Cómo se puede diferenciar los vómitos de sangre de un sangrado nasal o de una expectoración con sangre de los pulmones? Apréndelo en este artículo. 
Causas y tratamientos de los vómitos con sangre
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 13 abril, 2022

Los vómitos con sangre son una urgencia que debe tratarse apenas se detectan siempre. Durante el embarazo, la urgencia viene a ser aún mayor, ya que no solo está en riesgo la vida del bebé sino también la de la madre. A continuación, te revelaremos más acerca de este problema de salud.

Si vomitas sangre, tienes un problema de salud grave. No ignores esta señal que te está dando tu cuerpo, ya que podrías poner en riesgo tu vida. Las causas que pueden estar detrás de dichos vómitos están: inanición, desnutrición, tensión arterial alta, intoxicación alimentaria.

Vómitos con sangre: ¿qué debes saber?

Los vómitos con sangre son un síntoma médico conocido como hematemesis. El mismo aparece debido a que el cuerpo humano no es capaz de digerir la sangre, por ello, cuando pasa al tracto digestivo y llega al estómago, se desencadena el reflejo del vómito.

La sangre puede provenir del tracto gastrointestinal superior, que incluye boca, garganta, esófago, estómago y duodeno. Además, los vómitos por tiempo prolongado podrían desgarrar los pequeños vasos sanguíneos que están en la garganta, generando una patología llamada síndrome de Mallory Weiss. Esto puede ocasionar que se vomite con sangre.

La acción de regurgitar el contenido del estómago con sangre fresca es lo que se conoce como hematemesis.

Síntomas que acompañan a los vómitos con sangre

Primero que nada, es importante reconocer el aspecto de la hematemesis para diferenciarla de otros síntomas como la hemoptisis o tos con sangre. La sangre procedente de las vías digestivas superiores suele ser negra, similar a la borra de café, producto de la acción de los jugos gástricos. Además, esta sangre es abundante, fétida y puede contener restos alimenticios.

En algunos casos, la sangre en los vómitos puede ser roja rutilante, lo que indica una hemorragia severa y representa una verdadera emergencia médica. La hematemesis también se caracteriza por estar precedida de arcadas en la mayoría de los casos.

Cuando el malestar ocurre de forma continua puede conllevar a la deshidratación, descompensación e, incluso, la muerte (si no se trata a tiempo). Va precedido por náuseas, entre otros síntomas; según sea la causa, pero entre los más comunes se encuentran los siguientes:

  • Mareos.
  • Náuseas.
  • Debilidad.
  • Confusión.
  • Nerviosismo.
  • Sangre en las heces.
  • Melena o heces negras y brillantes, similares al alquitrán.
  • Visión borrosa.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Respiración y ritmo cardíaco acelerado.
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En niños y bebés

Las causas de la hematemesis en bebés y niños son mucho más difíciles de determinar a simple vista. Por ello, es imprescindible prestar atención en todo momento y solicitar ayuda profesional. No obstante, debes tener en cuenta lo siguiente:

  • Si tienes grietas en tus pezones, puede que el bebé haya ingerido sangre mientras lo amamantabas.
  • También es posible que el bebé o niño se haya golpeado la nariz y que la sangre haya pasado hacia el tracto digestivo.
  • En caso de gastroenteritis, los vómitos con sangre pueden presentarse a consecuencia la rotura de los vasos sanguíneos del esófago.

Cabe destacar que, una vez se detecta un vómito con sangre así como otros síntomas de malestar, lo más adecuado es contactar con el pediatra y seguir sus indicaciones. En algunos casos, puede que sea necesario acudir al servicio de urgencias para prevenir complicaciones mayores.

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Posibles causas de los vómitos con sangre

Los vómitos con sangre son una manifestación clásica de las hemorragias digestivas superiores o altas. Un artículo de la Asociación Española de Pediatría establece que la mayoría de estas hemorragias se deben a enfermedades sistémicas. Sin embargo, dentro de las causas más comunes encontramos las siguientes:

  • Gastritis hemorrágica o erosiva.
  • Hemofilia. 
  • Alcoholismo.
  • Problemas hepáticos.
  • Sangrado de las vías biliares.
  • Enfermedades pulmonares.
  • Esofagitis.
  • Enfermedades del sistema circulatorio.
  • Úlceras en el esófago o el estómago. 
  • Uso de ciertos medicamentos, tales como: aspirinas, anticoagulantes o antiinflamatorios.
  • Lesiones y tumores en la boca en la garganta, en el esófago o en el esófago.
  • Desgarro de la mucosa gastroesofágica.

La sangre puede que se deba a una hemorragia nasal, que al pasar de la garganta al tracto digestivo, desencadena el vómito.

Tratamientos para los vómitos con sangre

Según el diagnóstico, el tratamiento puede consistir en medicamentos, soluciones y derivados endovenosos, transfusiones y, en casos extremos, cirugía. El objetivo principal será estabilizar los signos vitales y compensar al organismo.  En cualquier caso, será fundamental seguir las indicaciones del médico al pie de la letra para conseguir una recuperación total.

Si la hemorragia es consecuencia de varices en el esófago o úlceras gástricas, se recurre a una esofagoscopia o gastroscopia. En ese mismo momento, el especialista decide si puede iniciar un tratamiento. Uno de ellos puede ser cerrar las varices que están en el esófago.

En algunos casos, para controlar mejor la hemorragia es preciso vaciar el estómago. Para ello es necesario colocar una sonda nasogástrica, pero no se recomienda la sonda si existen varices esofágicas. Otras pruebas que podrían realizarse son: ecografías, endoscopia, radiografías, análisis de sangre u otras que realice un gastroenterólogo.

Algunas personas pueden necesitar trasfusiones de sangre si el sangrado es abundante y se muestran descompensados. Los medicamentos para reducir la acidez estomacal, los líquidos intravenosos e incluso las cirugías pueden ser necesarias.

Como mencionamos anteriormente, una vez que se detecta un vómito con sangre, hay que solicitar ayuda al pediatra de inmediato, ya que esta es una señal de que hay un problema de salud que debe tratarse. Evita tomar medidas sin la autorización del profesional. 


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.