Te preguntarás, ¿me sucede o sucedió solo a mí? La misma pregunta nos repetimos una y muchas veces aquellas mujeres que hemos tenido un embarazo anembrionado. ¿Te ha sucedido? Conoce cuáles son las causas de los embarazos anembrionados.
Los embarazos anembrionados u óvulo huero son una condición que se conoce en el área de ginecología y obstetricia como mola hidatiforme completa o clásica. En esta patología ocurre la fecundación y la implantación del producto de la concepción, sin embargo, no existe la formación del embrión o feto en ningún momento.
Se trata de una patología poco común la cual se presenta con mayor frecuencia en las mujeres asiáticas y en los extremos de la vida, es decir, menores de 15 años y mayores de 45. Este hecho queda evidenciado en un estudio de la Revista Médica Sinergia, aunque también destaca que la afección puede aparecer en cualquier mujer.
¿Por qué ocurren los embarazos anembrionados?
Al escuchar sobre este fenómeno, lo primero que deseamos conocer son las razones por las cuales existen los embarazos sin embrión, es decir sin bebé. En la actualidad, al menos un 50 % de las mujeres que quedan embarazadas pueden presentar un error cromosómico por un defecto en el óvulo o en el espermatozoide.
La causa principal de que el bebé no pueda crecer en el saco gestacional, es ciertamente por un óvulo que no está en óptimas condiciones para recibir el espermatozoide. En este sentido, los embarazos anembrionados ocurren ante la presencia de un óvulo sin carga genética y se presentan algunas de las siguientes situaciones:
- En primer lugar, el óvulo sin carga genética es fecundado por un espermatozoide con una carga genética normal. Después de la fecundación, ocurriría la duplicación de los genes paternos, dando como resultado el defecto.
- Por otro lado, el óvulo sin carga genética podría ser fecundado por 2 espermatozoides a la vez, generando los embarazos anembrionados.
Una de las típicas preguntas que nos podemos hacer es: ¿por qué si no hay bebé la prueba de embarazo es positiva? Aun cuando el desarrollo del embrión se detuvo por los motivos antes mencionados, la placenta y el saco gestacional siguen desarrollándose con la diferencia de que su interior está vacío.
Es importante tener en cuenta que la placenta es la que determina la hormona gonadotropina coriónica humana. Es decir es la que comprueba que estamos efectivamente embarazadas.
El diagnóstico de los embarazos anembrionados
Nuestro cuerpo cambió, nos realizamos una prueba de embarazo, el resultado es positivo, tenemos aproximadamente 7 semanas de gestación. ¡Vaya sorpresa! El asombro no puede faltar, pero luego viene la felicidad.
Nuestro instinto es ir inmediatamente al doctor, queremos saber que todo esté marchando bien y a su vez empezar un control. Pero el especialista no tiene buenas noticias, con 7 semanas de embarazo ya el feto debe visualizarse dentro del saco gestacional. ¿No está? Es posible que el diagnóstico final sea “un embarazo sin embrión”.
Sin embargo numerosos especialistas prefieren esperar al menos una semana más para dar un diagnóstico definitivo, esto debido a que en muchos casos el embrión puede verse después de la semana 7 donde incluso ya debería escucharse los latidos de su corazón.
Muchas mujeres pueden esperar un largo tiempo y nada sucede, pero en otras suelen aparecer poco a poco síntomas desafortunados como por ejemplo un aborto involuntario.
Los niveles hormonales también pueden dar un indicio de la presencia de embarazos anembrionados. En este sentido, los niveles de gonadotropina coriónica humana y de progestágeno empezarán a disminuir.
¿Cuáles son los síntomas?
De acuerdo con algunos estudios, el principal síntoma de los embarazos anembrionados es el sangrado vaginal, el cual está presente hasta en el 97 % de los casos. Además, las madres podrías presentar alguno de los siguientes síntomas:
- Altura uterina mayor a la esperada.
- Hiperémesis gravídica.
- Calambres abdominales de mayor y menor intensidad.
- Falta del período por un largo tiempo y después un pequeño sangrado vaginal.
- Dolor abdominal intenso.
En la mayoría de los casos, la madre expulsará al producto de la concepción de forma espontánea en las semanas siguientes al diagnóstico. Tan solo deberá mantener un adecuado control médico para evitar posibles complicaciones.
En caso de que no ocurra la expulsión espontánea, es necesario realizar un aborto voluntario a través de medicamentos para expulsar los restos de saco gestacional. De haber algún tipo de complicación con este método, se debe recurrir al legrado uterino que consiste en extraer quirúrgicamente las partes restantes dentro del útero. Esto para evitar cualquier tipo de infección.
Es natural sentir angustia por todo lo que conlleva haber tenido un embarazo anembrionado temprano, lo que sí no es natural es el temor a salir embarazada nuevamente, este tipo de embarazos suelen pasar una sola vez en una misma mujer.
Ya cuando son repetidos los abortos espontáneos con la misma causa, si es necesario un chequeo médico a profundidad tanto para la mujer como para el hombre. Esto con la idea de determinar algún problema genético o enfermedades y afecciones crónicas.
Tratamiento
Esta condición no requiere un tratamiento específico. Su historia natural derivará en un aborto espontáneo que puede ocurrir en cualquier momento. También es posible inducir el aborto mediante algunos fármacos. En muy pocas ocasiones es necesario recurrir a un legrado para eliminar los restos dentro del útero.
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¿Es posible evitar los embarazos anembrionados?
Se ha comprobado que la mayoría de los abortos involuntarios o legrados de emergencias son a raíz de un embarazo anembrionado, por lo que quizás te estés preguntado: ¿cómo podemos evitarlo?
Es difícil evitarlo cuando los embarazos no son planificados, en el caso contrario con ayuda de un especialista estas posibilidades se reducen considerablemente, dado que se puede descartar en los futuros padres algún tipo de problema relacionado con la tiroides y el páncreas.
Volver a concebir
Puedes volver a concebir siempre y cuando el especialista determine que tu organismo está perfecto para iniciar una nueva búsqueda. Posterior a ello es recomendable esperar que la menstruación se normalice los dos primeros meses después del legrado o la expulsión inducida, a partir de ese momento puedes planificar otro embarazo.
Lo importante de haber tenido un embarazo anembrionado es reconocer que es un problema natural en el que el embrión no era perfecto para tener vida. Sabemos que es inevitable sentir tristeza y aflicción, pensamos que hemos perdido un bebé, al contrario los embarazos anembrionados no son exactamente estar “embarazada”, porque sencillamente no hubo una vida dentro del saco gestacional.
Debemos aprender que lo sucedido es solo un paso que se debió superar para ahora poder crear una familia sana y concebida en perfecto estado de salud. No permitas que un proceso como este empañe tu ilusión de ser madre.
Bibliografía
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- Espinoza A, et al. Actualización en patología trofoblástica gestacional: mola hidatiforme y neoplasias. Revista Médica Sinergia 2019;4(5). https://revistamedicasinergia.com/index.php/rms/article/view/193.
- Riegé M, et al. Consenso FASGO "Enfermedad trofoblástica gestacional". Disponible en: http://www.fasgo.org.ar/archivos/consensos/CONSENSO_FASGO_ETG.pdf.