El Breast Crawl es definido por muchos como el milagro de la lactancia materna. Es un acto instintivo y maravilloso mediante el cual, el recién nacido es capaz de “reptar” o arrastrarse por el cuerpo de su madre para alimentarse por sí solo tras encontrar el pecho.
Esta experiencia es algo que muchas mamás han experimentado ya en los primeros momentos tras el parto. Una conducta casi mágica que nos revela sin duda que un bebé está genéticamente preparado para la lactancia, y ante todo, para descubrir que durante unos meses, el cuerpo de su madre es lo más importante del mundo.
Hoy en “Eres Mamá” queremos explicarte cómo es posible esta conducta y la importancia que tiene en la vida de nuestros hijos.
Breast Crawl, descubriendo el cuerpo de mamá
El Breast Crawl se define como el “rastreo de mamá” o el “gateo sobre mamá”. Esta conducta fue descrita por primera vez en 1987 en el Instituto Karolinska de Suecia. Después de unos años de observación y estudio sobre cómo reaccionaban los bebés después del parto, los científicos se dieron cuenta de lo siguiente:
- Al cabo de 15 minutos tras el nacimiento, siempre y cuando un bebé permanezca sobre el cuerpo de su madre, se inicia un movimiento espontáneo: el niño lleva su mano a la boca y empieza a succionar.
- Más tarde, empieza un pequeño gateo, en el cual, con los ojos bien abiertos, el bebé “rastrea” mediante la boca y las manos el pecho de su madre. Todo ello les demostró a los expertos algo sensacional: la mayoría de los bebés son capaces de iniciar la lactancia por sí mismos después del parto.
Si bien es cierto que ya en el hospital se coloca al bebé ante el pecho lo antes posible, son muchos los especialistas que recomiendan que el Breast Crawl suceda por sí solo. De este modo, comprobamos también los reflejos naturales e instintivos del pequeño, su capacidad de supervivencia y además, fortalecemos aún más el vínculo de la mamá y el niño.
Veamos más datos a continuación.
El poder del olfato en el bebé
Resulta curioso cómo una criatura que ha pasado nueve meses en su mundo “amniótico” dispone de un sentido del olfato tan desarrollado. Lo creamos o no, el olfato les garantiza la supervivencia y además, crea un vínculo emocional con aquello que desprende un olor que le es significativo.
Algo que no podemos olvidar es que el propio calostro desprende un olor muy similar al del líquido amniótico. El bebé se guía de modo natural hasta lo que le es familiar. Si además le añadimos el hecho de que la coloración del pezón se oscurece durante el embarazo, tenemos ya dos estímulos de gran poder para que el niño se guíe con éxito hasta la lactancia.
El reflejo de succión
Sin que nunca antes haya tenido necesidad de ello, el recién nacido desarrolla una poderosa ansiedad por succionar. Una forma de comprobar este instinto natural es rozarle un lado de la mejilla. Al instante, el bebé dirigirá su boca hacia ese mismo lado de la cara.
Se sabe, por ejemplo, que en la semana 20 de embarazo el feto ya puede empezar a succionarse el dedo, pero es tras el parto cuando se despierta esa necesidad natural por buscar el pecho, por iniciar el Breast Crawl. Esta conducta y la de succión irá perdiendo un poco de intensidad a partir de los 4 o 5 meses.
Por otro lado, cabe decir, que los bebés prematuros suelen tener una conducta de succión algo débil. No obstante, siempre es necesario favorecer, en la medida que sea posible, instantes piel con piel para propiciar el instinto de succión y el inicio a la lactancia.
Tu bebé es más fuerte de lo que parece
Cuando tienes a tu recién nacido en brazos te asombra lo delicado y frágil que resulta. Sin embargo, esa pequeña criatura está programada para sobrevivir y el Breast Crawl es sin duda una de las conductas más admirables que puedes descubrir en ellos.
Lo verás girar la cabeza y gatear sobre tu cuerpo con una fuerza insospechada. Se guía por el olor, de ahí que se recomiende no lavar inmediatamente al bebé ni a la madre tras dar a luz. Todos esos olores le son familiares al niño y sabrá identificar dónde está el pecho para iniciar la lactancia.
A su vez, el Breast Crawl le permite a la mamá producir prolactina, la hormona responsable de la producción de leche. Todo ello configura un instante de gran poder emocional y biológico que es necesario propiciar para reforzar el vínculo. El cerebro del bebé se relaja, y esa conducta exploratoria le permite conocer ese refugio cotidiano que va a ser su madre.
Serás su fuente de afectos, alimento y seguridad. El Breast Crawl es una muestra de la fortaleza de un recién nacido, de esa mágica naturaleza que forma parte de ti misma como madre.
Bibliografía
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- Gangal, P. (2007). Breast crawl. Initiation of Breastfeeding by Breast Crawl. Mumbai, India: UNICEF Maharashtra. https://www.tuttosteopatia.it/wp-content/uploads/breastcrawl-italian.pdf
- Henderson, A. (2011). Understanding the breast crawl: Implications for nursing practice. Nursing for women's health, 15(4), 296-307. https://nwhjournal.org/article/S1751-4851(15)30590-0/abstract
- Radhakrishnan, S. A. (2012). Breast crawl. Asian Journal of Nursing Education and Research, 2(1), 21-24. https://ajner.com/HTML_Papers/Asian%20Journal%20of%20Nursing%20Education%20and%20Research__PID__2012-2-1-6.html