5 beneficios que puede aportar una niñera a tu hijo

Contratar una cuidadora particular puede ser la mejor opción para asegurar el bienestar de tu bebé y su correcto desarrollo. Te contamos por qué.
5 beneficios que puede aportar una niñera a tu hijo
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 02 agosto, 2023

Como madre, tienes la certeza de que nadie podrá atender y cuidar a tu pequeño como tú lo haces. Sin embargo, si eres una mamá trabajadora, quizás tendrás que delegar las funciones de cuidado a otra persona. Y es posible que te asalten las dudas acerca de cuál es la mejor opción. Por esto, queremos contarte los beneficios que puede aportar una niñera a tu hijo.

Compartimos contigo esta información sabiendo que habrás escuchado opiniones de todo tipo. Algunas personas te habrán recomendado dejarlo a cargo de algún familiar y otras te habrán contado las maravillas de una guardería o escuela infantil.

Lo cierto es que la decisión es solo tuya y puedes tomarla en función de lo que mejor se adapte a ti y a tu familia. Pero, ¿qué ventajas reporta una cuidadora particular? Veamos.

Beneficios de tener una niñera para tu hijo

Sabemos que muchas veces la decisión de quién cuidará a un infante depende de varios factores, por ejemplo, el económico. De hecho, según un artículo publicado en la revista Journal of Family and Economic Issues, este parece ser el elemento decisivo en muchas familias.

Sin embargo, fuera de esta cuestión, hoy queremos centrarnos en los beneficios específicos que para el niño supone contar con una cuidadora particular. Si todavía no estás segura, quizás esto te pueda ayudar a tomar la decisión según las necesidades de tu hijo y tu familia.

1. Vínculo de apego seguro

Más allá de socializar con sus iguales o adquirir independencia, lo que más necesita un infante menor de 2 o 3 años es establecer un apego seguro. Esto será la base de su personalidad, de la confianza en sí mismo y en el mundo, y repercutirá en su futuro y salud mental. Y, para lograrlo, necesita contar con un cuidador principal, sensible y capaz de responder a sus necesidades.

Este rol tan crucial lo tienen los padres; sin embargo, de acuerdo con una publicación de la Pontificia Universidad Católica de Perú, una niñera también puede convertirse en una figura de apego. Como decimos, la clave es contar con un adulto presente y disponible para el bebé. Ya sea para escucharlo, entenderlo y cubrir sus demandas de forma consistente y apropiada.

En un centro infantil, el ratio profesora-niños hace imposible que se dé ese tipo de respuesta que el niño necesita. Por esto, el cuidado de una niñera puede ser lo más cercano a esa atención ideal que es cálida, estable y nutritiva ofrecida por los propios progenitores.

2. Atención personalizada

En la línea de lo anterior, contar con una niñera le asegura a tu bebé una atención personalizada y le libra de la necesidad de tener que estar compitiendo por atención. Además, le permite seguir sus propios ritmos sin presiones externas.

Por ejemplo, en algunos centros infantiles estrictos, es posible que se exija al infante controlar los esfínteres o transicionar a los alimentos sólidos antes de estar preparado. Pero, con una cuidadora en el hogar, esto no es así.

Por otro lado, si se utiliza bien este recurso, es posible favorecer bastante el desarrollo intelectual y psicológico del niño. Un estudio publicado en la revista Journal of Social Issues sugiere que los bebés que acuden a un centro presentan una ventaja respecto a los que son cuidados en el hogar, pero este se debe a la cualificación de quienes les cuidan y a la estimulación que reciben.

¿Qué significa esto? Que al realizar una elección acertada de niñera, optando por una con formación en pedagogía infantil, podrás obtener resultados iguales o mejores. Ella podrá diseñar y adaptar las actividades y tareas de estimulación específicas para tu pequeño. Algo que es de gran utilidad si presenta necesidades especiales.



3. Valores compartidos

Otro de los alicientes más destacables es la posibilidad de asegurarte de que, al escoger una niñera para tu hijo, comparta los mismos valores, prácticas y actitudes que tú aprecias y aplicas. Por ejemplo, si estás comprometida con una crianza respetuosa, positiva y consciente, tienes la opción de contratar a una educadora que siga la misma línea.

En este caso, puedes consensuar rutinas del bebé y modos de proceder. Es decir: ¿cómo manejar las rabietas?, ¿cómo abordar el momento de las comidas?, ¿qué grado de autonomía ofrecer al infante?… en el caso de una guardería, no es posible este nivel de consenso, detalle y supervisión por tu parte.

Además de disfrutar de un estilo educativo más positivo, tu hijo se beneficiará en lo relativo a la coherencia, pues todas las figuras de cuidado en su vida seguirán estilos y prácticas similares, aportando una sensación de claridad y estabilidad.

4. Rutina y tranquilidad

Otro beneficio es la facilidad de hacer una transición más sencilla y respetada. ¿A qué nos referimos con esto? Para un bebé, separarse de su madre resulta confuso y doloroso, ya que él no entiende por qué se va o si va a volver.

Si a esto le sumamos tener que cambiar de entorno (salir de su casa para ir a un centro) y de horarios (madrugar para ir a la escuela), el trago es mucho más duro. Contar con una cuidadora particular permite al niño permanecer en su hogar, en un ambiente seguro y conocido, y continuar con sus rutinas. Algo que puede facilitar mucho la adaptación.

5. Menos enfermedades

Por último, según sugiere un artículo publicado en la revista Pediatrics, los niños que asisten a guarderías tienen tasas más altas de diarrea, hepatitis A, meningitis y posible otitis media que los niños que se quedan en casa.

También se ha informado de una mayor incidencia de enfermedades gastrointestinales y respiratorias. Esto supone un importante riesgo para su salud y puede evitarse si el menor queda al cuidado de una niñera.


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Los beneficios que puede aportar una niñera a tu hijo no eliminan las desventajas

Aunque optar por contratar a una cuidadora particular reporta múltiples ventajas para los más pequeños, también tienen algunos inconvenientes. Por ejemplo, es posible que la persona deje el puesto y el niño se vea obligado a comenzar de cero varias veces al vincularse con nuevas cuidadoras.

Además, como hemos comentado, si la niñera no tiene formación en infancia o no es capaz de proporcionar la estimulación adecuada, es posible que el desarrollo del pequeño se resienta.

No obstante, la decisión corresponde a cada familia y no hay una única alternativa válida. Antes de tomar una decisión, analiza las necesidades de tu familia y escoge aquello que mejor se adapte a vosotros.


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