Los beneficios de los juegos en la adolescencia son numerosos. Entre otras cosas, permiten que los jóvenes aprendan y se diviertan, mientras utilizan los juegos como medio para distraerse y crecer a nivel personal.
Ciertamente, los juegos más deseados por los adolescentes son aquellos que presentan retos y desafíos para la mente. Ejemplos de esto pueden ser los juegos de estrategia, de mesa o de palabras.
Sin embargo, debes tener en cuenta que el juego también puede traer consigo aspectos negativos. Entre otras cosas, puede causar adicción o provocar que los adolescentes pierdan el interés en otras actividades más formativas, e incluso modificar su conducta. Por ello, los padres deben controlar los juegos de los hijos adolescentes y las reacciones a la victoria y a la derrota que provocan en ellos.
El juego es, realmente, un instrumento privilegiado para permitir el desarrollo de una actitud positiva que puede acompañar al adolescente a lo largo de su vida. Combinando placer, implicación, creatividad y experiencia, representa una fuente de aprendizaje porque, naturalmente, contribuye al desarrollo de las capacidades.
En este sentido, un estudio considera que el juego es fundamental en las etapas del desarrollo físico, emocional e intelectual, especialmente en la adolescencia. Se debe a que es en esta etapa cuando se desarrollan y fortalecen las capacidades y habilidades físicas, mentales, emocionales, racionales y afectivas.
Beneficios de los juegos en la adolescencia
Con el objetivo de comprender su importancia, a continuación se enumeran algunos beneficios de los juegos en la adolescencia:
1. Desarrollan capacidades y cualidades
El primero de los beneficios de los juegos en la adolescencia es que desarrollan capacidades y cualidades en los jóvenes. Esto significa que, dependiendo del tipo de juego, puede favorecer el desarrollo de facultades como la comprensión de las instrucciones, la memorización, la estructuración de la acción, la anticipación y el desarrollo de estrategias.
Además, jugar también permite aprender a aceptar los fallos. Para la mayoría de los adolescentes, la derrota en el juego sirve para aprender a descubrir que el fracaso es parte de la experiencia humana y que el mundo no se derrumba cuando esto sucede.
2. Amplían las relaciones sociales
Uno de los puntos fuertes de los juegos es que están hechos para ser compartidos. Y es que el juego en paralelo permite la observación de los demás y el desarrollo de estrategias para interactuar. Incluso hay juegos asociativos que van más allá de permitir el desarrollo de habilidades sociales.
No obstante, sin ninguna duda, el juego construye lazos fuertes de amistad con valores muy positivos. En un momento de desarrollar relaciones entre iguales, compartir gustos hace que los jóvenes puedan ampliar sus círculos de amistades.
“La adolescencia es el permiso de la sociedad para combinar la madurez física con la irresponsabilidad psicológica”
—Terri Apter—
3. Aprenden valores
Por otro lado, el juego es una fuente de aprendizaje y desarrollo de valores como el respeto, la justicia, la mentalidad abierta, la solidaridad y la tolerancia. Además, posibilita desarrollar habilidades personales y sociales al servicio de la cooperación.
De hecho, los adultos necesitan enseñar a los niños y adolescentes valores como la cooperación y el trabajo en equipo, pero también conceptos como la importancia del respeto por uno mismo, los demás y el medio ambiente. Muchos de estos conceptos están presentes en el juego.
4. Fomenta la imaginación y la creatividad
En quinto lugar, el juego permite a los jóvenes ser activos y creativos, además de aprender de los errores e ir más allá de sus límites, tanto a nivel físico como mental.
De hecho, los juegos en la adolescencia son una excelente herramienta para fomentar la imaginación y la creatividad de los jóvenes; muchos de ellos requieren habilidades imaginativas y creativas para superar los obstáculos. De esta manera, aprenden cómo incorporar este tipo de pensamiento creativo en sus vidas.
5. Refuerza la autoestima
Por último, debes tener en cuenta que el juego combina placer, implicación y experiencia. Por ello, es una fuente de aprendizaje que contribuye al desarrollo del individuo y a sus habilidades personales.
Del mismo modo, ofrece la chance de construir, tomar decisiones y asumir responsabilidades. Todo esto refuerza la autoestima de los adolescentes, en un momento en el cual deben gestionar sus armas y tomar decisiones. Las victorias, e incluso las derrotas, reforzarán el amor propio de los adolescentes.
Finalmente, recuerda que el interés por el juego nunca debe ser desproporcionado y no implica dejar de hacer otro tipo de actividades por completo, como puede ser estudiar o pasar tiempo con la familia.
Lo mismo sucede si observas reacciones agresivas al juego; en tales casos, debes detener la actividad de tu hijo adolescente de inmediato. Los adolescentes deben comprender que hay tiempo para todo y que el juego, de manera regulada, aporta innumerables beneficios.
Bibliografía
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