El principal objetivo de la educación basada en competencias es ofrecer a cada estudiante la misma oportunidad de dominar las habilidades necesarias para llegar a ser adultos exitosos. Esto, en sí mismo, es uno de los grandes beneficios de la enseñanza basada en competencias.
La búsqueda de mejores estrategias de enseñanza es algo que nunca termina. Los profesores, muchas veces, dedican mucho tiempo pensando en cómo mejorar la experiencia de aprendizaje de los alumnos. Y es que lo que estos aprenden (y cómo lo aprenden) será parte para siempre de ellos.
¿Qué es la educación basada en competencias?
En términos básicos, la enseñanza basada en competencias es un tipo de enseñanza que se fija en la competencia que cada alumno tiene sobre cada materia. Se centra en esto en vez de centrarse en las calificaciones y los horarios del plan de estudios anual.
Esta educación basada en competencias busca centrarse en demostrar el aprendizaje adquirido teniendo siempre en cuenta el ritmo de cada estudiante y sus habilidades. Una ‘competencia’ se define como un conocimiento en ejecución. Esto funcionará como la habilidad necesaria para enfrentarse a algunas situaciones.
“Los alumnos solo avanzarán cuando de verdad puedan demostrar dominio en cierta materia”.
La enseñanza basada en competencias y el aprendizaje personalizado van, por lo tanto, de la mano. Al personalizar la experiencia de aprendizaje para cada alumno, los profesores se aseguran de que cada estudiante tenga un dominio total antes de que pueda seguir adelante.
De esta forma, se logra un gran objetivo individual y grupal: los alumnos avanzan a su propio ritmo y, además, todos en la clase logran dominar los contenidos.
Características y diferencias respecto a la enseñanza tradicional
La educación por competencias sugiere grandes innovaciones respecto a los planes de estudio más tradicionales que ya han quedado obsoletos. Entre las principales propuestas se encuentran las siguientes:
- El aprendizaje (y el paso a otro nivel) se mide por el dominio real que el alumno demuestra y no por los conocimientos teóricos, la capacidad de memorización o el tiempo sentado frente al pupitre.
- Cada estudiante sigue su propio ritmo y recibe apoyo personalizado.
- Las técnicas y los ambientes de aprendizaje son innovadores y diversos. La enseñanza siempre ha de estar conectada al mundo real y a sus aplicaciones prácticas en el día a día.
- Los estudiantes no solo adquieren conocimiento sino también habilidades para aplicarlo (como la mentalidad de crecimiento o la capacidad de autorregularse).
- Las evaluaciones son significativas para educadores y alumnos. El objetivo es que los estudiantes realmente tengan las competencias que necesitarán para servir a las demandas de la sociedad. Hay múltiples caminos para demostrar lo aprendido.
- Se busca favorecer la motivación de cada alumno potenciando además su autoestima y autoeficacia.
- Más allá de los conocimientos académicos, el objetivo es que los estudiantes adquieran valores y destrezas útiles para la vida, como la resolución de problemas o el trabajo en equipo.
Beneficios de la enseñanza basada en competencias
El alumno que va adquiriendo competencias en lugar de adquirir solamente conocimientos está rodeado de un proceso de aprendizaje continuo. Por ejemplo, para avanzar un curso académico, es necesario que demuestre que domina de verdad diferentes áreas concretas.
El uso de un sistema educativo basado en competencias en la escuela tiene grandes ventajas. Algunas de las más importantes son las siguientes:
- Aportan flexibilidad para todo tipo de alumnos, sin importar sus antecedentes de conocimiento o niveles de alfabetización.
- Con ella se elimina el sesgo y se logra la equidad.
- Los alumnos terminan estando mejor preparados y adquieren las habilidades necesarias para lograr tener éxito como adultos.
- Los alumnos aprenden a aprender a ser mejores estudiantes y a asumir las responsabilidades de su educación.
Dificultades de esta enseñanza
Este tipo de enseñanza, por su configuración, también atañe algunas dificultades a la hora de su aplicación. Entre ellas tenemos:
- Todas las competencias clave deben determinarse y definirse para cada clase. Esto, a veces puede resultar complicado.
- Las evaluaciones deben ser más significativas y creativas.
- Los profesores deben estar constantemente al tanto del progreso de los alumnos.
- Es fundamental ayudar a cada estudiante que no entienda algo o que no esté preparado para pasar a la siguiente etapa.
Dicho todo esto, las desventajas mencionadas pueden ser superadas. Si creamos un sistema bien informado y basado en la investigación, la educación basada en competencias puede tener todo el éxito que buscamos.
Esta educación, por supuesto, presentará desafíos para el liderazgo escolar. Pero el resultado final será que los alumnos siempre estarán mejor preparados para la vida.
Es importante recordar y entender que buscar la equidad no significa dar siempre a todos los estudiantes lo mismo. Lo que quiere decir es que hay que dar a cada estudiante lo que necesita para alcanzar la misma meta final.
En definitiva, queda claro que hay muchos motivos para reforzar e incitar el uso del aprendizaje por competencias. Es posible que pensar en este gran cambio conlleve grandes desafíos en educación. Probablemente sea cierto, pero cada día hay más instituciones educativas dispuestas a implementarlo.
Bibliografía
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- A. Zabala & L. Arnau (2008). 11 ideas clave: cómo aprender y enseñar competencias. Graó, Barcelona.
- Johnstone, S. M., & Soares, L. (2014). Principles for developing competency-based education programs. Change: The Magazine of Higher Learning, 46(2), 12-19.