Bebés que no duermen como deberían: 8 razones

Si tu bebé se despierta mucho de noche es posible que te hayas preguntado cientos de veces los motivos. ¿Hago algo mal? ¿Tiene algún problema de salud? Sigue leyendo que te contamos por qué sucede.
Bebés que no duermen como deberían: 8 razones
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 26 febrero, 2022

Hay algunos bebés que no duermen como deberían y esto es algo que preocupa a muchos padres. Aunque los despertares nocturnos son muy comunes durante el primer año, la mayoría de los pequeños pueden volverse a dormir solos.

Pero existe un número considerable de niños que no consiguen conciliar el sueño sin ayuda y es que, simplemente, no han aprendido a hacerlo. Además, muchos de estos infantes suelen llorar de madrugada hasta que sus padres les ofrecen consuelo.

Los motivos de estas dificultades en el sueño pueden ser muy variados y en el siguiente artículo vamos a contarte algunos. ¡No te lo pierdas!

¿Por qué hay bebés que no duermen como deberían?

A pesar de ser completamente sanos, un gran porcentaje de los niños pequeños sufren algún trastorno del sueño. Estos infantes no duermen como sus padres esperan y en general, suelen presentar alguna de las siguientes características:

  • Desde que nacen hasta los 4 o 5 meses se despiertan varias veces para comer por las noches. No logran mantener un descanso sostenido durante 2 o 3 horas de corrido.
  • Sufren de cólicos del lactante.
  • Entre los 4 y los 24 meses, lloran varias veces durante la noche y los períodos de sueño no parecen prolongarse a medida que pasan los meses.
  • Demoran mucho tiempo en conciliar el sueño la primera vez, a pesar de mantener una adecuada rutina.
  • En sus despertares nocturnos se desvelan con facilidad.
  • Durante el día se muestran irritables o somnolientos.

Los padres de los niños que padecen trastornos del sueño reconocen que estas dificultades acompañan al niño desde su nacimiento.

Una de las causas más comunes por las cuales los bebés no duermen bien son los malos hábitos de sueño.

Como ocurre con todo en la vida, a dormir también se aprende y es importante inculcar unos buenos hábitos de sueño desde el nacimiento. Por ejemplo, mantener una rutina diaria, evitar la sobreestimulación a la hora de dormir, practicar algunas técnicas relajantes para inducir el descanso e intentar que el bebé concilie el sueño en su cuna (aunque tome el pecho).

Todas estas pautas favorecerán que el bebé se duerma cuando llegue su momento, que lo haga durante toda la noche y que si se despierta, pueda volver a dormirse por sí solo.

Está claro que no hay una formula mágica para que los bebés dejen de despertarse durante la noche, pues el sueño es un aspecto madurativo que sigue el ritmo individual del infante. Por este motivo, algunos niños duermen durante toda la noche a los 4 meses, mientras que otros lo consiguen recién al año o a los dos años.

padres dormidos con gemelos en brazos en el sofa de la sala
Cuando los bebés no duermen como deberían, toda la familia modifica sus hábitos de sueño y altera su descanso.

Razones por las que los bebés no duermen como deberían

Además de lo comentado previamente, existen algunas razones más por las cuales muchos niños no duermen como deberían y mantienen numerosos despertares durante la noche.

Si identificas en tu caso alguna de ellas, no te aflijas. Conversa con tu pediatra al respecto para que te oriente acerca de cómo proceder, según tus propios deseos y necesidades.

1. Dar el pecho o el biberón para dormir al bebé

Esto significa, alimentarlo hasta que se quede dormido. Si lo ultimo que recuerda el bebé antes de dormir es el pecho o el biberón, es muy probable que lo demande para volver a conciliar el sueño de madrugada. 

2. Alimentar al niño con mucha frecuencia durante el día

Cuando se alimenta al bebé bajo el régimen de la libre demanda, se atiende a mucho más que a una necesidad alimenticia. De esta forma, el pequeño identifica a la teta como su fuente de seguridad, calor, amor y confort. Cada vez que siente algún estímulo displacentero, como el miedo o el hambre, reclama el pecho. Y la misma conducta que mantiene durante el día, se mantendrá también por las noches.

3. Programar muchas siestas durante el día

Se ha determinado una cantidad de horas de sueño que los bebés deben dormir según su edad. En este sentido, si duermen más horas de las que les corresponden durante el día, es probable que duerman menos por las noches.

4. Mecer o acunar al bebé para dormirlo

Mecer o acunar al bebé es una demostración de afecto muy apropiada para que el niño se relaje antes de dormir y es un buen ritual para incorporar a la rutina de sueño.

No obstante, al igual que hemos referido con el pecho, si mantenemos esta acción hasta que niño se duerma, demandará exactamente lo mismo para volver a conciliar el sueño de madrugada. Pues los bebés pequeños no son capaces de asociar la cuna con el sueño, si no registran el momento de yacer en ella antes de quedarse dormidos.

Mujer con depresión posparto con síntomas postnatales
Si se duerme al bebé en brazos o prendido al pecho, el pequeño demandará la misma acción para volver a conciliar el sueño de madrugada.

5. Ofrecer mayor atención nocturna al bebé

En ocasiones, cuando el bebé se pone malito o hay algún cambio en su ambiente que altera su rutina, los padres aumentan su atención durante la noche para que “se sienta bien”. Esto es un acto casi involuntario, pues surge del instinto parental que busca ofrecer bienestar ante la adversidad.

El problema puede aparecer si tras esta situación concreta los padres mantienen la misma conducta y naturalizan esta oferta de atención nocturna. Pues el niño pequeño acaba por acostumbrarse a ella y es difícil volver atrás luego.

6. Dormir en la misma habitación que el pequeño

Muchos padres prefieren que sus bebés duerman con ellos en su habitación, lo cual es respetable, pues cada uno hace lo que considera más conveniente.

La realidad es que algunos niños hacen muchos ruidos mientras duermen e incluso, se mueven toda la noche.

Si los progenitores tienen un sueño ligero, pueden despertarse y pensar que algo malo le pasa a su hijo. Acto seguido, cogerlo y acunarlo, aun sin que el infante llore o demande la atención. A la larga, esto acaba por convertirse en un incentivo para los despertares del bebé y pueden aumentar su frecuencia sin desearlo.

Algunas causas vinculadas al desarrollo infantil

Es preciso remarcar que el sueño de los infantes evoluciona desde el momento en el que nacen. Por eso, vale la pena destacar algunas cuestiones vinculadas a las distintas etapas del desarrollo, que pueden afectar directamente al descanso del pequeño.

7. Necesidades alimenticias

Los bebés menores de 2 meses pueden despertarse varias veces de noche para demandar el alimento, pues esto es una necesidad fisiológica y genéticamente programada.

En general, a partir de los 3 o 4 meses, el organismo del pequeño es capaz de soportar varias horas sin ingerir leche y eso favorece a la reducción de los despertares por esta causa. Si bien se dice que desde esta edad el niño puede dormir “toda la noche”, en realidad significa que puede mantenerse unas 6 horas dormido, sin la necesidad de comer.

8. La ansiedad de separación

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La angustia del octavo mes es una etapa normal del desarrollo infantil, que hay que acompañar con mucha paciencia y amor.

La ansiedad de separación (o angustia del octavo mes) aparece entre los seis meses y los dos años de vida. Esta crisis se caracteriza por una inmensa angustia por parte del infante al perder de vista a sus cuidadores principales, pues siente que lo que no se ve, desaparece para siempre.

De día es común que los niños de estas edades lloren cuando su madre o padre los dejan al cuidado de alguien más. De noche, este miedo suele acentuarse cuando hay que ir a la cama y separarse de ellos durante largas horas en la oscuridad.



Cada familia elije su propio camino

Estas son algunas de las razones por las que los bebés no duermen como deberían. No obstante, esto no significa que los padres dejen de realizar las actividades que hacen o de mantener las costumbres que creen convenientes para la crianza de sus hijos.

El objetivo del artículo es informar acerca de las consecuencias de determinadas acciones que favorecen a los despertares nocturnos y que, tal vez, se realizan sin ser conscientes de ellas.

Tal como hemos dicho, no existe una fórmula mágica y universal para que los niños duerman y cada familia deberá encontrar lo que mejor le funciona. Cualquier hábito es más difícil de cambiar después que antes, por lo que te recomendamos inculcar hábitos saludables desde edades tempranas.


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