9 causas del bajo rendimiento escolar en niños

Aprende a identificar las causas del bajo rendimiento escolar en niños y a comprender qué hay detrás de cada una de ellas.
9 causas del bajo rendimiento escolar en niños
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 noviembre, 2022

El bajo rendimiento escolar en niños es algo que debe atenderse. No solo por el aspecto académico sino por su bienestar. Por supuesto, lo primero que se debe tener en cuenta es la causa. De esta forma podremos ser asertivos a la hora de proponer y aplicar soluciones.

Las causas pueden ser externas o internas. Las primeras responden a factores como: entorno escolar, interacción social, maestros y técnicas de enseñanza. Mientras que las internas se refieren a problemas en el hogar, estado emocional y madurez del niño, principalmente.

Independientemente de cuál pueda ser la causa, el bajo rendimiento escolar en niños no es una situación que amerite castigo. No se trata de echarle la culpa a nadie, sino de atender las fallas y solucionarlas.

En otras palabras, una actitud proactiva será lo más beneficioso tanto para los niños como para los padres. Por otra parte, la colaboración de los maestros y terapeutas también será muy importante.

Sí es posible imprimir buenos hábitos de estudio en niños con bajo rendimiento escolar, todo se trata de tener paciencia, establecer rutinas y de guiarlos, poco a poco, para que no se sientan excesivamente presionados.



9 causas del bajo rendimiento escolar en niños

En primer lugar, el bajo rendimiento hace referencia a aquellos niños a los que le va mal en varias o en todas las materias. Incluso, pueden presentar grandes lagunas de conocimientos en áreas básicas como la lectura y la escritura. La identificación oportuna de la causa permitirá corregir la situación y promoverá el desarrollo del pequeño.

1.- Ambiente permisivo en el hogar

Muchos padres no son firmes con sus hijos a la hora de crear y mantener una rutina, así como para educarlos en valores como la responsabilidad, la perseverancia y afines.

En la mayoría de los casos, los padres ni siquiera se interesan por saber cuáles son los deberes que les han pautado en la escuela. Por tanto, es evidente que la mala actitud de los padres influye significativamente en el bajo rendimiento escolar en niños.

El hecho de que los niños eviten cumplir con sus deberes escolares porque sus padres dan un mal ejemplo perjudica a corto, mediano y largo plazo. Por otra parte, cuando los padres delegan sus responsabilidades en la tecnología esto ocasiona bajo rendimiento escolar en niños.

Y es que el uso excesivo del Internet, smartphones y demás dispositivos electrónicos ocupan la mayor parte del tiempo y anulan progresivamente el interés por el ámbito académico. Esto puede suceder porque los padres tienen una disciplina relajada que no establece límites al uso de estos dispositivos.

2.- Problemas en el hogar

El bajo rendimiento escolar en niños puede ser un reflejo de los problemas en el hogar. Entre los más comunes se destacan:

  1. Maltrato.
  2. Abuso sexual.
  3. Drogadicción.
  4. Alcoholismo.
  5. Problemas financieros en el hogar.
  6. Enfermedades incurables (en uno de los progenitores o en un familiar cercano) y, en especial, cuando se encuentran en fase terminal.

El maltrato infantil provoca un bajo rendimiento escolar en niños. En este sentido, el estrés y el miedo por lo que ocurrirá al llegar a su hogar, les genera un desasosiego que impide que se enfoquen en el ámbito académico.

Los problemas financieros en el hogar y los problemas de salud también pueden influir significativamente en el desempeño escolar de los niños. Por ejemplo, una madre con cáncer puede ser un motivo de preocupación grave para un niño y esto puede dispersarlo constantemente.

3.- Estrés postraumático y malestar emocional

El estrés postraumático puede ocasionar bajo rendimiento escolar en niños. No siempre es fácil de deducir, pero una vez que se nota, debe atenderse con ayuda profesional. Este tipo de afección suele manifestarse a través de:

  • Miedo.
  • Pesadillas.
  • Irritabilidad.
  • Aislamiento.
  • Nerviosismo.
  • Desmotivación.
  • Adopción de comportamientos atípicos (mañas). 

4.- Bullying o acoso escolar

Por desgracia, el acoso escolar es una situación muy frecuente en muchas aulas de clases alrededor del mundo. Algunos niños tienden a molestar a los que aparentan ser más débiles por diversos motivos, por lo general lo hacen para mostrar su dominancia.

Esta situación puede afectar de forma negativa a los niños que lo sufren, pudiendo generar problemas de autoestima. El bullying también se asocia a un rendimiento escolar medio o bajo en las víctimas según un estudio publicado en International Journal of Psychology and Psychological Therapy. Esto se debe a que la intimidación constante les impide concentrarse en sus actividades.

5.- Pautas educativas inadecuadas y docentes que no saben motivar

En muchas ocasiones, el bajo rendimiento escolar no solo es culpa de los niños o de los padres, los educadores también pueden tener cierta responsabilidad. Todos los niños son diferentes y entienden las cosas de un modo singular, por lo que muchas veces los profesores pueden no saber como transmitir sus conocimientos.

Por otro lado, la motivación de los docentes hacia sus estudiantes hará que los niños quieran aprender cosas nuevas. Por lo que, si el pequeño no se siente motivado en el aula, podría disminuir su rendimiento académico.

6.- Compañías inadecuadas

Los niños tienden a imitar el comportamiento de su grupo de amigos. En este sentido, si los amigos del niño poseen bajo rendimiento escolar, es posible que este también lo desarrolle. Sin embargo, se trata de una actitud muy particular y puede variar en cada pequeño.

Trastornos asociados a un bajo rendimiento escolar en niños

7.- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad

Se trata de una afección con la que nace aproximadamente entre el 2 y el 12 % de la población infantil según algunos estudios. El TDAH se denota por una excitabilidad motriz marcada (correr, saltar y dificultad para mantener pautas de orden en el aula), así como una dificultad para prestar atención.

Desafortunadamente, la falta de información hace que se recurra al calificativo de “niño problema” y que no se atiende el problema de la forma correcta. No obstante, detectar y tratar el TDAH a tiempo ayudará a mejorar el rendimiento escolar de los niños.

En promedio un 50% de quienes padecieron TDAH en la niñez lo padecerán en la adultez.

8.- Dificultades específicas de aprendizaje

Las dificultades de aprendizaje son más comunes de lo que se piensa. Cabe destacar que las dificultades de aprendizaje no implican un retraso mental.

Las dificultades pueden afectar en mayor o menor medida, según el caso, y siempre será necesario poner en práctica una estrategia que permita no solo resolver el problema a corto plazo, sino que sea sostenible. Por el bien del niño.

Las dificultades como la dislexia o la discalculia son causas comunes del bajo rendimiento escolar en niños.

9.- Desnutrición y malos hábitos alimenticios

Una mala alimentación incide significativamente en el desempeño escolar de los niños. La falta de nutrientes hace que los niños no tengan suficiente energía para realizar sus actividades y concentrarse en el salón de clase. Por otra parte, una dieta pobre provocará un desarrollo inapropiado a nivel biológico.

Un problema que se debe atender

El bajo rendimiento escolar en los niños es una situación que no debe ser pasada por alto, ni por los padres ni por los maestros, quienes deben mantener una comunicación fluida y constante. Porque un retraso en esta etapa de la vida puede tener repercusiones significativas en la adultez.

En ese sentido, es determinante la unión de los padres, la firmeza y la autoridad basada en el respeto y, en especial, forjada por el cumplimiento recíproco de los acuerdos. Hablamos de una variable crucial, el clima educativo familiar, “en el se incluye tanto la actitud de los padres hacia los estudios de sus hijos como el clima afectivo familiar en el que se desarrolla el hijo, junto con las expectativas que han depositado en él”.

Las expresiones de afecto, los abrazos, la calidez, crean un clima propicio para estimular la responsabilidad y el cumplimiento de las obligaciones que supone el estudio. Ello, aunado a un acompañamiento que propicie la iniciativa, el emprendimiento, la decisión de actuar por sí mismos y hacer frente a las dificultades.

Estar cerca para felicitar y en el caso de alguna caída, ayudar a levantar y aupar.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.