Para todo ser humano es de suma importancia establecer metas y objetivos, bien sea a corto, mediano o largo plazo. Con nuestros hijos sucede lo mismo. La satisfacción que genera el hecho de alcanzarlos le motiva para seguir planteándose otros, quizás más desafiantes que los anteriores.
Cuanto más pronto se aprenda o se acostumbre el individuo a trazar sus objetivos, mejor podrá desenvolverse en el trayecto de su vida. En tal caso, es de suma importancia que los padres contribuyan a tal desarrollo desde la infancia.
Los niños también son capaces de lograr lo que se proponen, siempre y cuando se les guíe desde el principio y se les brinden las herramientas necesarias para ello. De manera que, a continuación describimos unos sencillos consejos para ayudar a tus hijos a establecerse metas y acercarse a cumplirlas.
¿Cómo puedo ayudar a que mis hijos logren sus objetivos?
- Déjales que tomen sus propias decisiones. Es importante que el niño comience a tomar sus propias decisiones, por muy pequeñas o insignificantes que les parezcan a los padres. Recuerda que los objetivos serán siempre proporcionales a las responsabilidades y edad de las personas.
El exceso de autoridad puede ser un limitante cuando se quiere fomentar la independencia cognitiva.
- Valorar cada pequeño logro. Se recomienda a los padres que valoren positivamente y con frecuencia a sus hijos. Debemos recordar que cada pequeño logro conlleva el cumplimiento de objetivos mayores.
- Ayúdales a plantearse pequeñas metas. No se trata de que los padres elijan las metas que han de cumplir sus hijos. Más bien, consiste en guiarlos para que ellos mismos se establezcan unas propias. Pregúntales hasta dónde quiere llegar, cómo lo quieren lograr y cuándo; es la primera parte del plan. De esta manera, los niños tendrán una visión más clara.
- Evita prohibirles objetivos. Es imperativo que los padres eviten, en la medida de lo posible, limitar o restringir los objetivos que se planteen los hijos. Aun cuando te parezcan inalcanzables, se recomienda manejar con discreción sus deseos imposibles.
Si no les prohibes objetivos, evitarás reprimir su oportunidad de tomar decisiones. Sin embargo, en caso de que los niños establezcan objetivos difíciles o imposibles de conseguir, es necesario hablarles al respecto y hacerles ver la situación. Hay que:
- Darles el ejemplo. Los padres somos el modelo a seguir de nuestros hijos. Por esta razón se recomienda también enseñarles a través de la observación, de modo que internalicen y pongan en práctica la metodología utilizada por sus padres para ello.
- Mostrarles apoyo. Evita que tus niños se sientan solos a la hora de tomar de decisiones. Recuerda no intervenir en su disposición, pero resulta significativo que les guíes y les muestres tu apoyo incondicional. Esto les permite estar seguros de que aun cuando puedan tomar decisiones equivocadas, sus padres estarán allí para ser su soporte.
- Enseñarles a tener perseverancia. A veces se hace difícil lograr algunos objetivos. Para los niños esto puede llegar a ser el detonante para la pérdida de entusiasmo. En este sentido, se recomienda a los padres que les enseñen que cada derrota es una oportunidad de mejorar. Además, siempre se presentará la oportunidad de hacer las cosas de una forma distinta.
- Enseñarles a construir un plan. Enseñar a los niños a organizar sus ideas por cada objetivo planteado, es un trabajo para los padres responsables. Dales a conocer que en el plan residen las claves del éxito de su misión. Esto ayuda a que sus metas sean claras y fáciles de cumplir.
Aun cuando los objetivos sean pequeños, es preciso que sepan que con una buena planificación se adquieren todas las herramientas para alcanzarlos.
- Ser siempre positivos. Lo menos que necesitan los niños es a alguien que les imposibilite el establecimiento de los objetivos. Nunca hay que menospreciar la importancia de los objetivos que se plantean nuestros niños, por muy insignificantes o incumplibles que éstos sean. Es importante que los padres les enseñen a que hay tener una visión positiva de las cosas y recordarles que “La palabra tiene poder”.
El proceso de establecimiento de metas y objetivos, ayuda a los niños a crecer y desarrollarse de forma adecuada. Es decir, con esto los niños aprenderán a ser independientes y a conocer los pros y los contras de cada decisión que tomen.
Los padres juegan un papel esencial en la vida de sus hijos, y sobre todo, es este proceso. Por ello, es deber nuestro ayudar a los niños a que se tracen nuevos desafíos y, sobre todo, favorecer la consecución de los mismos.