Aplaude el esfuerzo de tu hijo y premia sus logros para que se forme como un niño fuerte, independiente y orgulloso de sí mismo. En el respeto que se tenga, la consideración y aceptación hacia su persona se encuentra la base para su realización personal y el alcance de su felicidad.
¿Por qué aplaudir el esfuerzo de un niño?
El esfuerzo de un niño debe ponderarse para ayudarlo a crecer emocionalmente.
Ello también le sirve a la hora de formar su identidad, su carácter, la personalidad que lo acompañe la vida entera.
El niño que es reconocido por su esfuerzo desde temprana edad ve precisamente en el sacrificio y el tesón el modo de alcanzar sus propósitos y franquear las dificultades que se le presentan en el camino.
Aplaudir su esfuerzo le levanta la autoestima, lo convierte en un ser humano resiliente, lo nutre de diversas experiencias y lo enseña a tomar sus fracasos solo como un elemento para ser mucho más fuerte, no como motivos para sus descalabros.
¿Por qué premiar los logros de un niño?
Mamá, nunca dudes en aplaudir los logros de tu hijo; aun los que sean pequeños y se queden por detrás de tus esperanzas.
Premiarlo por sus logros le dirá cuánto vale y cuánto lo aprecias. Eso, también lo impulsará a alcanzar metas mucho más altas.
Es bueno retribuir sus buenos resultados para que aprecie en carne propia lo bien que un ser humano se siente cuando es reconocido y admirado por los demás; así, aprenderá a hacer lo mismo con sus compañeros, familiares y amigos.
Los halagos que le des a tu hijo los usará como una unidad de medida en el momento de deducir si va o no por el camino correcto. Es de esta manera, que él obtendrá la respuesta que necesita saber si debe mantenerse o cambiar sus estrategias.
¿Cuáles logros y premios hay que aplaudirle y darle a un niño?
Los logros que se deben aplaudir son los que en realidad significan logros por esfuerzo propio, según, claro está, la edad y las capacidades físicas e intelectuales que tu hijo tiene.
A un menor de un año hay que aplaudirle los primeros pasos que da por sí solo, pero ya el que tiene 3 años de edad no hay que premiarle el hecho de que, de pronto, agarre el biberón por sí solo y libere las manos de mamá. En este último caso se trata de una habilidad que debió haber hecho suya hace mucho tiempo, por ello, ya no significa logro alguno.
Es importante no confundir responsabilidades y etapas del desarrollo que tu hijo debió alcanzar en el pasado y por ñoñerías, digamos, no practica cuando debe; con los verdaderos logros.
Ahora bien, en el caso de los premios, debes saber que para la formación de valores y el desarrollo de su inteligencia emocional, los obsequios materiales, nunca se pueden llegar a comparar con los sentimentales.
Son los premios emocionales aquellos que realmente sirven para que tu niño se crezca como persona, aprenda modales, se forme su autoestima y sea, tanto ahora como en el futuro, más feliz.
Prémialo solo con objetos materiales cuando la ocasión lo amerite. Cada vez que consigue una nota alta o se porta bien no tiene por qué recibir los juguetes, paseos, dispositivos electrónicos y caprichos que tanto quiere.
Aplaude su esfuerzo y premia sus logros
Aplaude el esfuerzo de tu hijo y prémialo con una mirada alentadora, una sonrisa, un abrazo. Nunca olvides decirle, con gestos y palabras, lo mucho que lo quieres y lo orgullosa que te sientes de su persona.
Todo niño requiere incentivos para esforzarse, sentirse feliz y amarse a sí mismo. De hecho, cualquier ser humano, tenga la edad que tenga, lo necesita.
Recuerda: los logros más preciados de tu hijo, tanto para ti como para él, deben ser los que le tomen mayor esfuerzo. Si no lo considera de esa manera incúlcaselo, desde hoy mismo.
Por otro lado, los mejores incentivos que debe recibir, teniendo en cuenta su felicidad y formación emocional, van a ser todos los premios sentimentales que puedan venir sus seres más queridos; tú, entre ellos.
Bibliografía
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