Convertirse en madre es una de las experiencias más transformadoras y emocionantes que una mujer puede vivir. Sin embargo, no todo es como lo cuentan o imaginamos. Junto con la alegría y la emoción, muchas mamás también experimentan ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos perinatales difíciles de manejar.
Estos sentimientos abrumadores pueden surgir en cualquier momento antes o después del parto, afectando no solo el bienestar de la madre, sino también su relación con su bebé. Hablar de estos temas e identificar una red de apoyo es clave para superar los retos y cuidar de nosotras mismas.
Trastornos psicológicos más comunes antes y después del parto
Durante el embarazo y el posparto, muchas mujeres enfrentan desafíos emocionales y psicológicos que pueden llegar a ser difíciles de manejar. Los cambios hormonales y físicos, o la presión de cuidar a un recién nacido, generan un entorno donde es común que aparezcan trastornos como la ansiedad perinatal y la depresión posparto.
1. Ansiedad perinatal
El término perinatal se define como el período que comprende desde las 22 semanas de gestación (154 días) hasta el término de las primeras 4 semanas de vida neonatal (28 días). Estos trastornos, como la ansiedad, pueden aparecer justo después del parto o incluso varios meses más tarde.
Acorde con un estudio publicado en la revista Clinical Psychologist, la ansiedad perinatal en las madres es bastante común, y se estima que entre el 2,6 % y el 39 % de las mujeres pueden sufrir algún tipo de ansiedad durante y después del embarazo.
Los factores que aumentan el riesgo de ansiedad perinatal incluyen pocos recursos económicos, problemas de salud mental previos, dificultades durante el embarazo o el parto, y una relación de pareja problemática.
Si los síntomas son intensos o persistentes, es crucial buscar apoyo. Consultar con un psicólogo online puede ser una forma accesible de obtener ayuda desde casa. Aunque también puedes acudir a terapia presencial para recibir un apoyo más directo y personalizado si lo prefieres.
2. Depresión perinatal
La depresión perinatal es una forma de depresión que puede comenzar durante el embarazo y continuar en el primer año después del parto. Esta condición va más allá de los cambios emocionales normales que ocurren en esta etapa; es una tristeza profunda que afecta el bienestar general de la madre y su capacidad para cuidar de su bebé.
Según información del Instituto Nacional de Salud Mental, en la mayoría de los casos, la depresión perinatal empieza entre cuatro y ocho semanas después de tener el bebé. Las mujeres que la padecen sienten una gran tristeza, mucha ansiedad y un cansancio extremo que hace difícil hacer cosas cotidianas. Los síntomas comunes incluyen:
- Sentimientos persistentes de tristeza o vacío: las madres pueden sentirse abrumadas y sin esperanza, incluso en los momentos que deberían ser alegres.
- Desconexión emocional: puede haber dificultades para formar un vínculo con el bebé, y la madre puede sentir que no puede disfrutar de la maternidad.
- Cansancio extremo: el agotamiento físico y emocional es intenso y no mejora con el descanso. Esto genera fatiga y una disminución anormal de la energía.
- Irritabilidad y cambios de humor: las emociones pueden ser incontrolables y fluctuantes, afectando la capacidad de manejar el estrés diario.
Es importante resaltar que la depresión perinatal no es una debilidad personal; es una condición médica que requiere atención y tratamiento. Hablar con un profesional de la salud mental es fundamental para obtener el apoyo necesario y mejorar el bienestar emocional.
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3. Trastorno de pánico posparto
La red Postpartum Support International resalta que el trastorno de pánico posparto es un tipo de ansiedad que afecta a cerca del 11 % de las madres primerizas. Sus síntomas incluyen sentir nerviosismo constante y sufrir ataques de pánico repetidos.
Estos ataques pueden incluir dificultad para respirar, dolor en el pecho, sentir que el corazón late muy rápido, y preocupaciones o miedos intensos a que algo malo suceda.
Este trastorno puede ser muy angustiante y afectar la capacidad de la madre para cuidar de su bebé y disfrutar de la maternidad. Es importante buscar apoyo profesional, ya que con tratamiento, como terapia o medicación, es posible controlar los ataques de pánico y mejorar el bienestar emocional.
4. Psicosis postparto
Se trata de una condición grave y poco común que puede surgir después del parto. Se caracteriza por una alteración severa de la realidad y requiere atención médica inmediata. Las madres con psicosis postparto pueden experimentar:
- Delirios: creencias erróneas y desconectadas de la realidad, como pensar que alguien está intentando hacerles daño.
- Alucinaciones: ver, oír o sentir cosas que no están presentes.
- Confusión severa: dificultad para pensar con claridad o tomar decisiones.
- Comportamiento errático: actos inusuales o impredecibles que pueden poner en peligro a la madre o al bebé.
Una investigación publicada en la revista Acta Médica Grupo Angeles, resaltó que la psicosis postparto ocurre en 1 o 2 de cada 1.000 partos, y es más común en mujeres que tienen su primer bebé.
Los riesgos para desarrollar esta condición incluyen tener antecedentes personales o familiares de trastornos afectivos, como el trastorno bipolar o esquizofrenia, haber tenido psicosis postparto en embarazos anteriores, y haber pasado por eventos estresantes o complicaciones durante el embarazo.
5. Trastorno obsesivo-compulsivo perinatal
El TOC perinatal es un tipo de trastorno que puede aparecer durante el embarazo o después del parto. Las mujeres experimentan pensamientos intrusivos y preocupaciones excesivas sobre la seguridad del bebé o el propio bienestar. Estos pensamientos suelen ser angustiosos y repetitivos, llevándolas a temer que algo terrible pueda sucederle al bebé.
Para aliviar la ansiedad provocada por estos pensamientos, las madres pueden realizar comportamientos compulsivos, como comprobar repetidamente que el bebé está seguro o seguir rituales de limpieza estrictos.
Buscar ayuda profesional es fundamental para gestionar los síntomas y mejorar el bienestar tanto de la madre como del bebé.
Principales síntomas psicosomáticos de la ansiedad
La ansiedad perinatal puede causar una serie de síntomas que pueden ser muy incómodos y preocupantes, y a menudo intensifican la sensación de ansiedad, afectando la capacidad de la madre para relajarse y disfrutar de su tiempo con el bebé. Entre los más comunes se encuentran:
- Palpitaciones: sensación de que el corazón late de manera rápida o irregular.
- Dificultad para respirar: sensación de falta de aire o hiperventilación.
- Dolor en el pecho: molestias o dolor en el área del pecho, que a menudo se confunden con problemas cardíacos.
- Temblores y sudoración: manos temblorosas o sudoración excesiva sin causa aparente.
- Tensión muscular: rigidez o dolor en los músculos, en especial en el cuello, hombros y espalda.
- Fatiga extrema: sensación constante de cansancio que no mejora con un buen descanso.
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¿Cuándo es necesario pedir ayuda psicológica?
Es fundamental acudir a un profesional de la salud mental si se presentan signos de ansiedad, depresión o cualquier otro trastorno emocional que afecte de manera negativa la vida diaria. Por lo tanto, debes considerar pedir ayuda si:
- Los síntomas son intensos o persistentes: si sientes tristeza profunda, ansiedad excesiva o pensamientos intrusivos que no desaparecen y afectan tu capacidad para funcionar normalmente.
- Dificultad para cuidar de ti misma o del bebé: si te resulta difícil realizar tareas cotidianas, como cuidar de ti misma o del bebé, debido a problemas emocionales.
- Interferencia en la vida diaria: si tus emociones o pensamientos están interfiriendo en tus actividades diarias, relaciones o en el disfrute de la maternidad.
- Sentimientos de desesperanza o incapacidad de manejar el estrés: si te sientes constantemente abrumada, sin esperanza o incapaz de lidiar con el estrés.
Buscar ayuda psicológica puede ser el primer paso hacia la recuperación y el bienestar. Consultar con un profesional, ya sea en persona o a través de terapia online, puede proporcionar el apoyo necesario para mejorar tu salud emocional y tu calidad de vida.
Los trastornos psicológicos perinatales deben ser tratados por un profesional
Enfrentar trastornos psicológicos en el embarazo o el postparto puede ser difícil, pero buscar ayuda profesional es fundamental para tu bienestar. Recuerda que no estás sola y hay apoyo disponible para superar la ansiedad, depresión, y otros problemas emocionales.
Pedir ayuda es un signo de fortaleza, y con el tratamiento adecuado, puedes encontrar alivio y disfrutar plenamente de la maternidad. Ten presente que la esperanza y la recuperación son posibles, y tu bienestar es lo más importante.
Bibliografía
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