La adolescencia es una de las épocas más temidas por los padres, quienes en base a los prejuicios y las generalizaciones que rodean a esta etapa, tienen desalentadoras expectativas con sus hijos.
Sin embargo, durante esta transición entre la niñez y la edad adulta se suceden varias etapas diferenciadas, que conviene conocer bien para acompañar a los jóvenes de la mejor forma posible. Hoy queremos hablarte de la primera de ellas: la adolescencia temprana.
Todos sabemos que la adolescencia implica grandes cambios y que un joven de 12 años es muy diferente a otro de 18. No obstante, es posible que no sepamos delimitar claramente qué tipo de transformaciones se producen en cada momento.
Si tienes un hijo a punto de entrar en la pubertad, entonces esta información te ayudará a saber qué esperar de los años venideros. ¡No te la pierdas!
¿Qué es la adolescencia temprana?
Se denomina adolescencia temprana al periodo comprendido entre los 10 y los 13 años. Sin embargo, cabe destacar que estas edades son aproximadas, ya que cada joven sigue su proceso madurativo a su propio ritmo.
Así, en algunos casos esta etapa puede comenzar a los ocho años y los cambios en las niñas suelen adelantarse unos dos años con respecto a los de los varones.
La adolescencia temprana es un periodo de transición entre la infancia y la adolescencia, durante la cual se producen cambios notorios a gran velocidad, que apenas dejan tiempo para la asimilación.
Por este motivo, tanto los padres como los hijos pueden verse abrumados por los acontecimientos y resulta fundamental estar preparados, para vivenciar el proceso de la manera más natural y agradable posible.
Principales cambios de la adolescencia temprana
Las transformaciones que acontecen en esta etapa impactan en varios aspectos de la vida de los jóvenes. Están lideradas por las hormonas y afectan al desarrollo físico, emocional y psicológico.
A continuación, te mostramos las principales manifestaciones de la adolescencia temprana.
A nivel físico
El cuerpo y el aspecto físico de los adolescentes se modifica enormemente durante estos años. Las hormonas de crecimiento y las sexuales (andrógenos en el caso de los chicos o estrógenos y progesterona en las chicas) son las principales responsables de este proceso.
Uno de los cambios más notorios es el estirón puberal, que ocurre como consecuencia del rápido crecimiento de los huesos. También se producen cambios en el vello corporal (principalmente en axilas y en el pubis), en la sudoración y en la piel, la cual se vuelve más grasa.
Además, comienzan a desarrollarse los caracteres sexuales secundarios, que son los rasgos típicos que distinguen al género masculino y al femenino en su aspecto maduro.
- En los chicos se produce un aumento del tamaño de los testículos y del pene, la voz se vuelve más grave y aumenta la masa y la fuerza muscular.
- En las chicas, en cambio, se desarrollan los senos, se ensanchan las caderas y al cabo de unos años aparece la primera menstruación.
A nivel cognitivo
Anteriormente, se pensaba que durante la adolescencia el cerebro ya estaba completamente formado y maduro. Sin embargo, se han descubierto algunas regiones, como el córtex prefrontal, que sufren un importante desarrollo durante la pubertad.
De esta forma, el cerebro de los adolescentes tempranos crea un gran número de conexiones neuronales en esta etapa.
Dado que la corteza prefrontal es el área encargada de la planificación, el razonamiento y el autocontrol, es normal que se manifieste cierta impulsividad y falta de crítica en esta etapa.
Además, aún no han desarrollado plenamente la capacidad de abstracción y siguen pensando en términos concretos y dicotómicos (todo es blanco o negro).
A nivel social y emocional
Todo lo anterior se asocia también con una mayor labilidad emocional y una tendencia a experimentar cambios marcados en el estado de ánimo.
Cada situación se vive con gran intensidad y el grupo de iguales constituye el refugio y el espejo en el que comienzan a reflejarse.
Las actitudes desafiantes y de rebeldía pueden salir a la luz, en la medida en la que el menor busca establecer su identidad. Sin embargo, los progenitores continúan siendo las figuras imprescindibles para su desarrollo.
¿Cómo acompañar a tus hijos durante la adolescencia temprana?
Algunos jóvenes pueden recibir estos cambios con emoción y expectación, pero otros con ansiedad y miedo. En cualquier caso, como madre, tu acompañamiento será fundamental para atravesar este proceso.
Por este motivo, ten en cuenta lo siguiente:
- Habla con tu hijo acerca de los cambios que está experimentando y los que se aproximan: esto le ayudará a estar preparado y a reducir la incertidumbre y confusión.
- Muéstrate dispuesta a resolver sus dudas, a aconsejarlo y orientarlo: por ejemplo, en temas como las relaciones sociales, la sexualidad o el rendimiento académico. Pese a estar entrando en la adolescencia, tu hijo aún necesita de tu guía.
- Sé comprensiva con los cambios emocionales y de actitud: recuerda que la adolescencia no es una etapa sencilla para ellos y que todas estas alteraciones son normales.
En definitiva, la adolescencia temprana es uno de los periodos más importantes de la vida de tu hijo, debido a la gran cantidad de cambios que durante ella acontecen.
Afróntalo con calma y paciencia, para acompañarlo del mejor modo posible y disfrutar de su crecimiento. Si se cuenta con unas buenas bases, esta etapa puede ser muy bonita para todos.
Bibliografía
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