Según los expertos en el tema, las rabietas se definen como aquellas explosiones o detonaciones emocionales de furia en los niños de 1 a 5 años. Se presentan por medio de una ira y llanto sin control repentinos, en la mayoría de los casos sin razones aparentes. ¿Quieres saber qué tipos de rabietas existen? A continuación, te presentamos los cinco más comunes.
Tipos de rabietas en niños
Cuando los niños lloran, patalean y gritan con mucha fuerza lanzándose al suelo, no suelen atender a razones. La mayoría de los padres sentimos miedo de estas rabietas, por eso es importante conocer y diferenciar los tipos de rabietas, el origen de las mismas y la manera como debemos reaccionar en cada caso.
1.- Rabietas para llamar la atención o exigir algo
Esta rabieta es la más utilizada en los niños para tratar de ejercer un control de los padres y dominarlos. Normalmente lo hacen para solicitar más atención, bien sea por que sienten celos por alguno de sus hermanos o solo para que les dediquen más tiempo.
Los expertos dicen que esta rabieta, a veces, se debe a que el niño se siente aislado. La mejor actitud que hay que tomar es dejarlo calmarse para observar las razones que lo han llevado a reaccionar así.
También puede deberse a que no se ha hecho caso a sus requerimientos o por simple manipulación. Si la respuesta es la primera opción, es importante que le hagas más caso cuando te hable, y si es la segunda, que le demuestres que no puede tener todo lo que quiera siempre.
En este tipo de rabietas para llamar la atención, los niños lloran, patalean y se lanzan al suelo, a veces incluso dejan de respirar por unos segundos. Lo más recomendable es no ceder a su solicitud, porque de esta manera estará logrando manipularte. Debes ignorarla completamente, a menos que esté causando algún deterioro mayor a su alrededor. Déjalo solo unos instantes, y después de que se calme intenta dialogar con él y hacerle entrar en razón.
2.- Rabietas por frustración o fatiga
Este tipo de rabieta es muy común. Es solo la señal de que es pequeño y no controla sus sentimientos y emociones, por lo tanto, llora y se pone irritable.
Muchas veces la frustración es fruto de no entender o comprender algunas instrucciones que se le asignan. Si este es el caso, es importante que dediques tiempo a explicarle las cosas y a hablar sobre lo que siente. Además, es bueno que celebres sus logros y esfuerzos, eso fortalecerá su autoestima.
Por otra parte, puede que el niño monte alguna rabieta simplemente porque está cansado y necesita dormir. En estos casos deberás llevarlo a su cama y dejar que descanse, al cabo de un rato la rabieta se le habrá olvidado.
3.- Rabietas por negarse a hacer algo
En primer lugar, debes analizar si se trata de una situación que le causa algún tipo de estrés o ansiedad, ya que entonces no deberás obligar al niño a hacer determinadas cosas. Pero si no es así, entonces deberás restarle importancia y no ceder.
Este tipo de rabieta ocurre, por lo general, cuando se niegan a ir a la cama, a ir a la escuela o a realizar alguna tarea que se les ha encomendado. Ante todo, lo importante es que no te dejes manipular por su aparente tristeza o enfado.
En algunas ocasiones es posible evitar los diferentes tipos de rabietas avisándoles anticipadamente de lo que deben hacer.
4.- Rabietas destructivas
Este tipo de rabietas son muy agresivas y en algunas ocasiones pueden acabar por producir episodios nada agradables. En ellas los niños pueden descontrolarse y, además de gritar y llorar, golpear o lanzar objetos de forma -muchas veces- involuntaria.
Si esto sucede, la mejor solución es llevar a tu hijo a un sitio tranquilo y dejarlo solo a modo de castigo para que pueda reflexionar. Pasados 10 minutos, intenta establecer un diálogo con él en el que le expliques los motivos por los cuales no se puede reaccionar de manera violenta nunca.
“Es importante conocer y diferenciar los tipos de rabietas, el origen de las mismas y la manera como debemos reaccionar en cada caso”
5.- Rabieta auto dañina
Se trata de las rabietas en las que los niños pierden totalmente el control y acaban por hacer daño a otras personas o incluso a ellos mismos.
Para evitar accidentes, debes sujetarlo en tus brazos y hablarle manteniendo la calma. Pasados unos minutos entrará en razón o se cansará de pelear contigo.
Si tu hijo suele tener este tipo de reacciones, es importante que en los momentos en que no esté enfadado hables con él y le expliques las alternativas que tiene para mostrar su desacuerdo o enfado. Ante todo, no debemos permitir que se golpee a sí mismo, y mucho menos que golpee a los otros.
Como padres, es de suma importancia entender y comprender cómo funciona el cerebro de nuestros hijos, porque en la mayoría de los casos ellos no actúan de manera calculadora e intencionada. En pocas palabras, aún no tienen el control de sus emociones ni de sus acciones, por el simple hecho de que su cerebro se encuentra en desarrollo y no poseen aún la capacidad de gestionar sus actos.
Bibliografía
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- Federación de Enseñanza de CC.OO. de Andalucía. (2011). "Las rabietas en la etapa infantil". En: Temas para la educación. Revista digital para profesionales de la enseñanza. https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd8748.pdf
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- Sáez Ruiz, D. (2000). La psicología al alcance de los padres. Consejos para papá y mamá. Valencia: Ed. Promolibro.
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