3 técnicas para aumentar el autocontrol infantil

El autocontrol es indispensable para lograr un buen desarrollo. Por ello, hay que ayudar a los niños pequeños a trabajar este aspecto tan importante para la vida diaria.
3 técnicas para aumentar el autocontrol infantil
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 29 noviembre, 2019

El autocontrol es la capacidad de dirigir la propia conducta, gestionando las emociones, los sentimientos y los pensamientos. Pero los niños, en sus primeros años de vida, durante la etapa infantil, no tienen desarrollada esta habilidad, por lo que necesitan entrenarla, trabajarla y practicarla a través de determinados ejercicios. En este artículo describimos 3 técnicas para aumentar el autocontrol infantil.

Estas técnicas y actividades están pensadas para llevar a cabo en el contexto familiar y escolar, pues los pequeños, adquieren la mayor parte de los aprendizajes en estos dos entornos.

“El autocontrol es la fuerza. El pensamiento correcto es dominio. La calma es poder”.

-James Allen-

3 técnicas para aumentar el autocontrol infantil

La técnica del semáforo para aumentar el autocontrol infantil

La técnica del semáforo ayuda a los niños a entender y gestionar los propios impulsos, conductas y emociones negativas. Consiste en enseñarles, a través de la representación de un semáforo, a poner en marcha soluciones adecuadas ante diversas situaciones en las que tienden a sentirse enfadados o frustrados.

Niño enfadado gritando porque no tiene autocontrol.

En este sentido, cuando esto les ocurra, deben recordar los tres colores del semáforo y asociar cada uno de ellos con la realización de una acción determinada:

  • Rojo: parar y tomar un momento para respirar tranquilamente.
  • Amarillo: pensar en las posibles alternativas.
  • Verde: actuar y poner en marcha la mejor solución.

Siguiendo este sencillo proceso, los pequeños logran identificar las sensaciones previas a la conducta impulsiva y consiguen calmarse, resolviendo el conflicto satisfactoriamente y actuando de forma correcta.

Finalmente, para comprobar que los niños han comprendido la técnica del semáforo, y con el fin de afianzar dicho conocimiento, se puede jugar a representar diferentes situaciones en las que haya que poner en práctica dicha técnica de autocontrol.

Identificación de lo que está bien y lo que está mal

Con este ejercicio de identificar lo que está bien y lo que está mal se trabaja la regulación del comportamiento a partir del reconocimiento de las conductas adecuadas e inadecuadas. Para ello, primero hay que presentar a los niños una serie de pictogramas, los cuales se pueden descargar en la página web ARASAAC.

A continuación, los pequeños, deben decir qué significa cada uno de estos pictogramas y, en el caso de que sea difícil extraer el significado, se les ayuda. Por último, tienen que encargarse de poner cada una de las acciones sobre la lámina correspondiente:

  • En la plantilla verde: si son conductas que están bien.
  • En la plantilla roja: si son conductas que están mal.
    Niño tirándose de los pelos porque carece de autocontrol.

Ejercicio “Si…, entonces…”

El ejercicio “Si…, entonces…” permite aumentar el autocontrol infantil, reflexionando sobre cómo actuar ante una serie de situaciones hipotéticas. Para su ejecución, se entrega a los pequeños una lámina en la que pueden observar una tabla con dos columnas:

  • Una denominada “si…”.
  • Otra con el nombre “entonces…”.

Los niños tienen que colocar en la columna “si…” imágenes que representan situaciones:

  • Conflictivas. 
  • Frustrantes.
  • Que causan nerviosismo o estrés.
  • Que causan cansancio o aburrimiento.

A continuación, se les muestra una serie de pictogramas diferentes: una madre, un padre, un profesor, la acción de hablar, de respirar, de pensar, de pedir perdón, etc. Los niños deben seleccionar entre dichos pictogramas aquellos que crean que son necesarios para responder ante la situación en cuestión. Por lo que, deben colocarlos en la columna “entonces…” según el orden en el que deben llevar a cabo cada acción.

Así, por ejemplo, si sienten frustración en clase por no conseguir realizar una tarea, deben colocar las imágenes en el siguiente orden: respirar, pensar y decírselo al profesor. De este modo, aprenden a dominar las situaciones de una forma teórica para, después, poder llevarlo a la práctica con éxito. 


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