11 normas de comportamiento para niños

Para que los niños se desarrollen e integren adecuadamente en la sociedad, es preciso ponerles unas normas de comportamiento. Te proponemos algunas y te explicamos por qué es importante establecer límites.

Los padres millennials son muy diferentes a las generaciones anteriores.

Ser padre no se reduce a traer un hijo al mundo y darle los cuidados que amerita. El ser humano necesita una sociedad a la que integrarse y que le ayude a evolucionar y desarrollarse. Esto implica una cierta armonía en la convivencia, y para lograrla es preciso establecer unas normas de comportamiento para niños que se deben construir desde la más tierna infancia.

Para que los más pequeños se conviertan en personas responsables, sociables, tolerantes y sepan desenvolverse en su entorno, es fundamental establecer ciertos límites. Serán referencias que los niños tendrán en cuenta y les orientarán en su desarrollo y crecimiento.

La importancia de las normas de comportamiento para niños

“Tener normas y límites en la infancia ayuda a desarrollar una escala de valores y a afrontar las nuevas situaciones”.

Establecer unas pautas de comportamiento resulta beneficioso tanto a largo como a corto plazo. Además de ayudarles en su evolución como personas y a integrarse en su entorno, las normas aportan cierta seguridad a los niños. Saber qué pueden hacer y qué no y dónde se encuentran los límites les dará tranquilidad a la hora de actuar, especialmente si se combina con una rutina en casa.

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Estas directrices de comportamiento también les permitirán distinguir qué está bien o mal. Desarrollarán su propia escala de valores y facilitarán que se alejen de malas conductas. Todo esto hará que se adapten mejor a las nuevas situaciones, ya que tienen unas referencias básicas claras. Aprenderán a moverse en diferentes entornos, basándose siempre en el respeto y la tolerancia.

Cómo deben ser las normas

“Las pautas que pongamos deben adaptarse siempre a las capacidades y desarrollo de cada niño”.

La educación de los niños lleva mucho tiempo, así que cualquier norma que establezcamos no conseguirá cambiar su comportamiento de un día para otro. Por eso lo primordial es tener paciencia: no hay que ser demasiado estricto o enfadarse si al principio no da resultado. Guiando poco a poco a los niños conseguiremos que sepan diferenciar lo que deben hacer y lo que no, dándoles tranquilidad y seguridad en sí mismos.

Podemos señalar una serie de sugerencias para establecer normas de comportamiento:

  • No hay que poner normas para todo. Los niños tienen que tener límites, pero también necesitan su espacio para explorar, experimentar y desarrollarse.
  • Los límites deberían adaptarse a cada niño, asegurándonos de que puedan cumplirlos y respetarlos.
  • Necesitamos normas justas y coherentes, que se basen en las necesidades del niño. Además, deben tener en cuenta el comportamiento de los padres. Si hay contradicciones entre su actitud y lo que piden a su hijo, las normas solo le confundirán.
  • Además de ser comprensibles, las normas deberían ir siempre en positivo. Decir “no” a todo puede resultar agobiante para ambas partes; hay que enfatizar la parte positiva de los límites.
  • Tanto las buenas conductas como las malas tienen consecuencias. Los comportamientos y las recompensas o castigos que conlleven deben quedar siempre claros.
  • Dar el ejemplo. Muy difícil será convencer a los niños de una regla común si los padres la infringen. Por ejemplo, la de no llevar el móvil a la mesa a la hora de la comida.

11 normas de comportamiento en casa

Podemos establecer gran cantidad y variedad de normas de comportamiento para los niños. Sin embargo, las pautas que elijamos dependerán, sobre todo, de los propios niños. No debemos olvidar que estas normas deben adecuarse siempre a las capacidades de nuestros hijos.

Las normas de comportamiento son necesarias.
Pero los límites que tengan los niños también vendrán condicionados por el entorno en el que estén. Así, encontraremos pautas referidas al comportamiento en clase, en cada actividad extraescolar, en calle o en casa, por ejemplo. Todas ellas estarán enfocadas en facilitar que el niño se adapte e integre en el nuevo entorno.

A continuación, listamos algunas normas de comportamiento que puedes establecer en casa:

1. Saludar y despedirse

Tanto si llegamos a casa como si salimos, hacérselo saber a las personas con las que convivimos es importante.

2. Hablar siempre con respeto y prestando atención

Para comunicarnos es necesario expresarnos adecuadamente, pero también escuchar a la otra parte. Entender esto dará a tu hijo las claves para una buena comunicación.

3. Evitar las malas palabras

Una norma relacionada con la anterior y que los padres tendrán que ser los primeros en cumplir. Los más pequeños aprenden enseguida los insultos y las palabras malsonantes.

4. Comer educadamente y sin rechistar

No solo es cuestión de mantener una cierta compostura en la mesa, tampoco podemos dejar que rechacen los alimentos o jueguen con la comida. Esta norma es muy general y se puede completar con pautas más específicas.

5. Tener los juguetes recogidos y ordenados

Cada uno debe ser responsable de sus cosas. Los niños tienen que ser conscientes de que no pueden dejarlos tirados por toda la casa, pues puede ser peligroso.

6. Colaborar con las tareas del hogar

Siempre en la medida de sus posibilidades. Podemos separar esta norma en tareas específicas, cada una con su respectiva recompensa.

Por otro lado, se ha de considerar en este punto el rol de género, velando para que no se impongan de forma tácita criterios patriarcales, como que solo las mujeres atienden las labores de limpieza del hogar.

Las normas de comportamiento deben ir más allá de los prejuicios de modo que los niños y niñas crezcan reconociendo y valorando la iqualdad y la equidad.

7. Evitar desperdiciar

Aprovechar los materiales, cerrar el grifo, apagar las luces al salir o la televisión cuando nadie la vea son pequeñas pautas que además ayudarán a cuidar del medio ambiente.

8. Cerrar las puertas con cuidado

Los portazos, además de generar un fuerte y molesto ruido, pueden provocar que las puertas se rompan.

9. Pedir las cosas “por favor”

Relacionada también con el respeto, los niños tienen que aprender a pedir desde la educación, sin tratar de imponer su voluntad.

10. Aprender a pedir “perdón”

Si sabemos que hemos hecho algo malo, debemos reconocerlo y disculparnos por ello. Una buena forma de inculcar esta norma sería reducir el castigo de la mala acción si nuestro hijo reconoce y comprende su falta.

11. Normas sin privilegios

Las normas se desvirtúan si funcionan para unos sí y para otros no, como si existieran miembros en el hogar a quienes se les permiten de manera ligera ciertas concesiones.

Lo mejor es que, una vez establecidas, y si son de caracter general, las reglas sean acatadas y respetadas por todos.

Según los padres, así las normas

La literatura sobre el tema plantea tres estilos de crianza. Uno, la de los padres dictadores: muy estrictos, esperan obediencia irrestricta y no explican sus acciones. Dos, los autoritarios: que estimulan la independencia y la individualidad, a partir de normas claras. Tres, los padres permisivos.

En cualquiera de los casos, lo esencial es la calidez, el afecto, la comprensión y la madurez para entender que se trata de procesos largos y complejos.

Y que lo importante es comprender, poco a poco que las normas de comportamiento para niños no son imposiciones caprichosas, sino que están enfocadas en su propio provecho y correcta educación.

Bibliografía

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