La visualización para ayudar a los niños a conciliar el sueño

La visualización utiliza la capacidad imaginativa natural de los niños para ayudarles a dormir mejor. Descubre cómo funciona.
La visualización para ayudar a los niños a conciliar el sueño
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 13 marzo, 2021

Si el sueño es un proceso fundamental para todas las personas, en los niños resulta aún más relevante, ya que estos se encuentran en pleno proceso de desarrollo. No dormir las horas suficientes en relación a lo establecido para su edad puede causar somnolencia diurna, bajo rendimiento escolar y problemas de conducta.

Además, las dificultades para conciliar el sueño pueden generarle un elevado malestar que le lleve a temer y evitar el momento de irse a dormir. En estos casos, la visualización es una técnica sencilla que ofrece buenos resultados.

Puede parecer que el insomnio es un problema de adultos, sin embargo, este afecta a más del 30 % de la población infantil. Los menores también experimentan preocupaciones y miedos, y aquellos con un temperamento más ansioso pueden tener, especialmente, dificultades para dormir. Por ello, enseñarles herramientas adecuadas a su edad y nivel de maduración puede evitar que este problema se generalice y se prolongue en el tiempo.

Madre ayudando a dormir a su hija gracias a las visualizaciones.

¿En qué consiste la visualización?

La visualización consiste, simplemente, en crear escenas mentales imaginadas. Esto es algo que todos hacemos constantemente cuando imaginamos nuestro futuro o anticipamos cómo puede suceder una situación. Los niños, además, debido a su mayor capacidad creativa, tienen facilidad para imaginar escenarios.

El problema surge cuando dichas imágenes son negativas o anticipan un posible riesgo, problema o fracaso. Por ejemplo, si el pequeño piensa que algo malo le sucederá a su familia, que hará el ridículo en la exposición oral en clase al día siguiente o que será rechazado por sus compañeros, estas imágenes producen preocupación, ansiedad y malestar; y si se presentan antes de dormir, conciliar el sueño le resultará muy complicado.

Así, visualizar de forma deliberada consiste en imaginar escenarios agradables, apacibles y positivos. Implica sumergirse mentalmente en una escena que genera emociones tales como la tranquilidad, la alegría o la satisfacción.

¿Por qué la visualización ayuda a los niños a conciliar el sueño?

Visualizar al momento de irse a dormir puede ayudar a los niños a conciliar el sueño por diversos motivos. Entre los principales se encuentran los siguientes:

  • Favorece la relajación de su cuerpo y la liberación de tensiones, agitación o hiperactividad.
  • Guía su mente hacia pensamientos positivos y agradables. Por lo mismo, ya no hay lugar para que el niño piense en esos miedos y preocupaciones que le impiden conciliar el sueño.
  • Las dificultades para quedarse dormido pueden incrementar la ansiedad del pequeño a medida que pasan los minutos y ve que sigue despierto. Centrarse en la visualización hará que no esté pendiente del tiempo que pasa hasta que logra dormirse.
  • Además, la visualización puede utilizarse con diversos fines positivos, como incrementar la autoestima del niño, ayudarle a superar miedos o librarse de preocupaciones. Esto dependerá de cómo esté creada la historia. Por ejemplo, se le puede guiar en una visualización a través de un bosque en el que habita un árbol mágico que le pide colgar sus preocupaciones en sus ramas y dejarlas allí.

¿Cómo enseñar a los niños a visualizar?

Es cierto que visualizamos continuamente, sin embargo, aprender a hacerlo a voluntad no siempre es sencillo. Por eso las visualizaciones guiadas pueden ser una muy buena alternativa. En internet podrás encontrar numerosos vídeos y aplicaciones con visualizaciones guiadas para niños, que les van acompañando en el proceso de creaciones de las escenas agradables.

Madre enseñando a dormir a su hijo gracias a la técnica de las visualizaciones.

Pero también puedes optar por hacerlo tú mismo. Cuando tu hijo esté acostado en la cama, pon una música ambiental relajante, con sonidos de la naturaleza o melodías suaves. Mantén una luz tenue y comienza a narrarle al pequeño una historia como si la estuviese viviendo en primera persona. Puedes conducirle a través de un bosque encantado, una playa o un paisaje campestre; cualquier escenario natural relajante es adecuado.

Ayúdale, con tu narración, a sumergirse en la escena. Explícale cómo huelen las flores, cómo se escuchan los sonidos de la naturaleza, qué ve durante su recorrido… Incluso, dile que puede hablar con los árboles o con los animales; no hay límites en la imaginación.

Con el tiempo, él mismo aprenderá a crear sus propias visualizaciones y no necesitará tu guía para practicar esta técnica. Además, podrá realizarla en cualquier lugar, aunque duerma fuera de casa, ya que únicamente necesitará su imaginación. Además de ser eficaz, es una estrategia que resulta amena y divertida para los niños, por lo que suelen aceptarla fácilmente.


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