La vergüenza tóxica en los niños: ¿cómo la desarrollan?

La vergüenza es un sentimiento que nos ayuda a mejorar nuestros comportamientos inadecuados por otros mejores. El problema surge cuando un niño asocia la vergüenza al miedo y esta se vuelve tóxica.
La vergüenza tóxica en los niños: ¿cómo la desarrollan?
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 03 julio, 2020

Seguro que has sentido vergüenza en muchas ocasiones. Esto es algo normal que hace que sintamos cierta tristeza cuando nuestros fallos quedan expuestos, como hablar en público y equivocarnos, tropezar y caernos, etc. Pero se puede convertir en vergüenza tóxica en los niños si desde pequeños lo asocian al miedo.

La vergüenza en sí no es mala; incluso es positivo que los niños la sientan para convertir los comportamientos inadecuados en otros aceptables. Pero ¿qué pasa si castigamos a los pequeños justo después de una situación en la que sientan vergüenza? ¿Cómo desarrollan los niños la vergüenza tóxica? A continuación, vamos a contestar a estas preguntas.

La vergüenza, una herramienta para el aprendizaje del niño

La vergüenza es un sentimiento que nos ayuda a mejorar aquellos comportamientos o aspectos inadecuados que tenemos por otros mejores. Es una conducta cultural adquirida y que sirve a muchos jóvenes para relacionarse en su comunidad.

Las diferentes culturas hacen que tengamos distintos comportamientos, puesto que lo que puede estar bien visto en una cultura, en otra puede que no. Por eso, son los comportamientos los que activan a la vergüenza, los que cambian de un lugar a otro, pero no el sentimiento, ya que este es universal.

Niña vergonzosa abrazando su conejo de peluche.

Que los niños sientan vergüenza, a veces, es totalmente normal, pues esta es la que los ayudará a convivir con el resto de personas y a reforzarla, de forma negativa, cuando se incumple una norma social.

¿Qué ocurre si los padres castigamos al niño después de una situación en la que ha pasado vergüenza?

En estos casos, puede que el niño asocie este sentimiento de vergüenza al miedo y dificulte su aprendizaje, y le haga sentir imperfecto y solo. Ambas emociones juntas harán sentirse al niño incomprendido y tener la sensación de no ser lo bastante bueno.

Por eso, es importante que intentemos siempre corregir desde la amabilidad y la ternura, para que adquiera la enseñanza y no la asocie a nada malo. Así, seguirá sintiendo que es bueno y que los errores se pueden corregir, sin ser, por eso, menos válido que otra persona.

¿Por qué desarrollan la vergüenza tóxica los niños?

Si por cada equivocación o comportamiento inadecuado el pequeño recibe un castigo, puede acabar desarrollando la vergüenza tóxica. Este puede provocar que la vergüenza acabe afectando su autoestima y confianza en sí mismo, por lo que su vida también se verá afectada.

¿Cómo podemos transmitirles a nuestros hijos la vergüenza tóxica? No existe una sola manera, es decir, se puede transmitir de distintas formas. La más frecuente es cuando estamos en un lugar público y nuestro hijo tiene un berrinche que nos avergüenza y, justo en ese momento, lo reñimos. El motivo del berrinche deja de tener importancia y el niño solo sentirá vergüenza.

Si esto ocurre, lo mejor es hablar con él y explicarle el porqué de la situación, algo que no tendría por qué tener consecuencias negativas. Todos aprendemos por las equivocaciones y los errores, y los niños también.

¿Cómo podemos evitar la vergüenza tóxica en los niños?

Aquí es importante que los padres trabajemos nuestros sentimientos y emociones. Debemos ser conscientes de qué es lo que nos produce vergüenza, para, así, intentar ponerle remedio. Como sabemos, los niños imitan los comportamientos de los padres. Así pues, para intentar evitar que la vergüenza tóxica pase a tus hijos, hay que tener en cuenta estos consejos:

Niño tapándose la cara porque sufre vergüenza tóxica.

Evitar los castigos y reprimendas

Si queremos que un niño cambie su comportamiento, debemos canalizar ese impulso y mostrarnos empáticos. De esta forma, el pequeño será capaz de diferenciar lo que es correcto de lo que es inadecuado, sin recurrir al castigo.

Educar siempre con límites positivos

Si establecemos límites positivos, el cerebro del niño tiende a controlar sus impulsos y a desarrollar las conexiones que necesita para dominarse. Cuanta más comprensión mostremos, mejor aceptará el límite para canalizar dichos impulsos. Por el contrario, si recibe críticas, se resistirá a controlarse.

Ser un ejemplo del comportamiento que se quiere infundir en los hijos

Todos sabemos que los padres somos los principales modelos de conducta de nuestros hijos. Ellos, de forma natural, aceptan que todo lo que hagamos los padres es correcto. Pero, si ellos van a hacer algo que no se hace en su casa, se resistirán a hacerlo. Así que, ten en cuenta que, si gritamos, ellos también lo harán.

Hablar de forma natural cualquier tema y evitar siempre los tabúes

Si en casa no se habla de forma natural y los niños tienen secretos con nosotros, estos les producirán vergüenza. Tendemos a ocultar las cosas que no se verbalizan o creemos que no están bien, y esto produce más daño. Por esta razón, no debemos evitar hablar de cualquier cosa con naturalidad para que no se acabe convirtiendo en un tabú.

Evitar la vergüenza tóxica en los niños

Como has visto, la vergüenza tóxica en los niños puede provocar inseguridades, baja autoestima, baja confianza en sí mismos, entre otros. Ahora que ya sabes qué es y cómo podemos evitar que los niños la desarrollen, puedes poner en práctica algunos de los consejos que aquí hemos visto para evitar que este pase de una a otra generación.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.