Síndrome de Down y lactancia materna

El Síndrome de Down no debe ser un impedimento para la lactancia materna.
Síndrome de Down y lactancia materna

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 15 febrero, 2020

El Síndrome de Down puede considerarse un impedimento para la lactancia materna, sin embargo, aporta múltiples beneficios.

El Síndrome de Down es una alteración genética producida por un cromosoma extra en el par 21, por ello, también se nombra como Trisomía 21. Los cromosomas son las partes de ADN que contienen el material genético. Afecta al desarrollo cerebral y orgánico, siendo la principal causa de discapacidad intelectual y la alteración genética mas habitual en el ser humano.

Lleva asociadas alteraciones cardíacas y digestivas. La causa de esta alteración genética es aún desconocida. Aunque la edad materna avanzada, un hijo anterior con Síndrome de Down o que los padres sean portadores de la translocación genética aumentan el riesgo.

Ante el diagnóstico de esta cromosomopatía durante el embarazo, se puede realizar la interrupción voluntaria del embarazo o seguir adelante. Cualquiera de las opciones debe ser tomada de forma informada, libre y consciente, además de apoyada y respetada por los profesionales sanitarios.

En España, la esperanza de vida de las personas afectadas de Síndrome de Down es de alrededor de 60 años actualmente.

Diagnóstico de Síndrome de Down

En el primer trimestre de embarazo se realiza el screening o cribado combinado del primer trimestre. Esto aporta un valor estadístico de un riesgo, es decir, la probabilidad de que ocurra.

Niña bebé con Síndrome de Down sin problemas en la lactancia materna.

En este cribado se detecta la probabilidad de que el feto este afecto de Síndrome de Down, Síndrome de Edwars y Patau. El riesgo se calcula teniendo en cuenta la edad materna, determinados marcadores ecográficos obtenidos en la ecografía que se realiza en el primer trimestre y niveles bioquímicos en sangre materna que se analizan en la primera analítica del embarazo.

Los niveles bioquímicos que se analizan deben obtenerse en unas semanas concretas del embarazo, normalmente alrededor de la semana 9-10, obteniéndose la fracción libre de la hormona del embarazo (B-hCG) y los valores de la proteína placentaria asociada al embarazo (PAPP-A).

La ecografía se realizara entre la semana 11 y 2 días y la 13 y 6 días. El marcador que sirve para valorar el riesgo de cromosomopatías es la traslucencia nucal (TN). Esto es porque los fetos con Síndrome de Down tienen una mayor cantidad de fluido en este espacio.

Cuando se considera que el riesgo obtenido es alto, según este riesgo y la cartera de servicios de cada comunidad autónoma, se ofrecerá a la mujer realizar el test prenatal no invasivo (TPNI) o una amniocentesis.

El test prenatal no invasivo (TPNI) consiste en una prueba genética que permite analizar anomalías cromosómicas en el feto a través de una muestra de sangre materna, donde se busca ADN del feto. Algunas comunidades autónomas incluyen este cribado en su cartera de servicios pero actualmente no todas.

La amniocentesis consiste en obtener una muestra de líquido amniótico donde se buscan cromosomas del feto afectados. Se realiza con una punción abdominal. Es una prueba invasiva que conlleva riesgo de aborto espontáneo.

Bebé con Síndrome de Down sonriendo.

Síndrome de Down y lactancia materna

En recién nacidos con Síndrome de Down hay tres características que pueden dificultar la lactancia. Dichas características son: glossoptosis (tendencia de la lengua a caer hacia atrás), macroglosia (lengua más grande) e hipotonía (disminución de la tensión o tono muscular).

En estos neonatos la lactancia materna ayuda a mejorar la coordinación y el control de la lengua, lo que se traducirá en menos problemas en el habla, fortalece los músculos orofaciales y la mandíbula, y ofrece una estimulación adicional.

Por lo tanto, el Síndrome de Down no debe considerarse un impedimento para poder llevar a cabo una lactancia materna exitosa. Por el contrario, además, aporta beneficios que no deben desaprovecharse.


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