Si eres madre ya de cierta edad, puede ser que todavía recuerdes cómo se aprendía a contar antaño. ¿Te acuerdas cuando memorizábamos las tablas de multiplicar y las recitábamos una tras otra con suma facilidad? Ahora bien, ¿quería esto decir que éramos capaces de reconocer los números?
Evidentemente, no. Se podían dar casos de niños que sabían recitar las tablas de multiplicar al dedillo, como se decía entonces de forma popular, y luego no ser capaces de hacer bien una simple resta o una suma.
Para hacer la prueba, podemos probar con niños pequeños. Si les enseñamos a contar del 1 al 10 como si fuera una canción, lo aprenderán de memoria sin demasiados problemas. Ahora bien, si queremos que reconozcan esos números que antes han recitado, veremos que no son capaces de identificarlos.
Así pues, los niños pueden aprender a contar de memoria sin mayores dificultades, ya que tienen una excelente capacidad memorística. Pero la base de las matemáticas no radica ahí. Es necesario que, además, reconozcan qué hacen, con qué trabajan y por qué esas cuentas que realizan son así y no de otra forma.
Saber contar y el reconocimiento de los números
Cada niño tiene su propio ritmo. Unos aprenden más rápido las letras, otros las matemáticas o la historia… Saber contar más tarde o más temprano también dependerá de la capacidad y de los intereses de los pequeños.
Observar es nuestra labor como parte clave en el desarrollo del niño, bien seamos sus madres, sus padres, sus tutores, sus profesores o docentes o bien sus figuras de apego.
Pero ¿qué hay que observar? Tendremos que ir conociendo al niño, saber qué le gusta más y qué le apetece menos, qué materias despiertan su curiosidad y, sobre todo, si muestra algún tipo de problema en el desarrollo.
En efecto, en el caso que nos ocupa, que un niño sepa contar no implica que pueda reconocer los números. A veces es normal porque es demasiado pronto. Otras no, ya que podríamos estar hablando de algún tipo de trastorno.
¿Por qué un niño que sabe contar no puede reconocer los números?
Además del trastorno, muchas veces las mamás y papás, o hasta los abuelos, las abuelas y otros familiares, enseñan pronto a los pequeños, que tienen una gran capacidad de memorización.
Así pues, alguien puede enseñar a los niños algunas canciones, por ejemplo, que se usan para aprender los números. O bien se los hacen memorizar como si los estuvieran recitando o algo parecido.
Es una situación muy común que en realidad no implica que el pequeño sepa contar de verdad. Lo que hace el niño es decir una serie de números de forma oral, pero sin la orientación teórica necesaria para terminar de comprender lo que está diciendo.
En otros casos también son capaces de recitar números e incluso contar objetos si se lo enseñamos. Sin embargo, eso no quiere decir que, después, cuando los vean escritos en un libro, por ejemplo, los puedan reconocer. Si no se establece la correspondencia numérica, no sabrán identificarlos, aunque sean capaces de contar por lógica o por aprendizaje.
La discalculia
Por otro lado, también es posible que la incapacidad para entender los números de los niños sea debida a algún tipo de trastorno. En este caso, el problema recibe el nombre de discalculia.
La discalculia es un trastorno del aprendizaje que afecta al cerebro, ya que es incapaz de procesar cierta información, como el entendimiento de conceptos matemáticos. Es decir, el niño es capaz de contar, pero luego, cuando se enfrenta a una operación matemática sencilla, le cuesta realizarla y no comprende nada.
Trastornos como la discalculia, igual que otros como la dislexia, por ejemplo, afectan al cerebro infantil, que no puede procesar la información de forma adecuada para comprender ciertos conceptos, lo que supone un obstáculo importante para el individuo que se ve afectado por ello.
El niño o adulto no es capaz de identificar los dígitos de forma adecuada, por lo que no puede integran los símbolos numéricos con la cantidad que representan.
Deseamos que haya quedado meridianamente claro el concepto a expresar más allá del mero trastorno. Respondiendo a la pregunta que encabeza el título del artículo, parece obvio que saber contar no implica reconocer los números por diversos motivos. No obstante, no son situaciones que no puedan tener solución.
Bibliografía
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- Serrano, J.M. (2008). Acerca de la naturaleza del conocimiento matemático. Anales de Psicología, 24, 2, 169-179.