Receta de la auténtica tarta Sacher
La tarta Sacher es uno de los postres de chocolate más famosos en el mundo. La receta original tiene ya muchos años y en la actualidad, se han desarrollado diversas variaciones. Ahora bien, nosotros te vamos a enseñar cómo elaborar la auténtica, para que la disfrutes al máximo en las ocasiones especiales.
Antes de comenzar ten en cuenta que es mucho más saludable preparar los postres de manera casera que recurrir a las opciones industriales. Estas suelen contener elementos potencialmente nocivos, como las grasas trans y los aditivos.
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Ingredientes para la tarta Sacher
Si quieres preparar una exquisita tarta Sacher vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- 110 gramos de mantequilla.
- 110 gramos de azúcar glas.
- 100 gramos de azúcar en grano.
- 110 gramos de almendras enteras.
- 6 huevos.
- 150 gramos de chocolate.
- 100 gramos de harina.
- 10 gramos de levadura en polvo.
- Mermelada de albaricoque.
Para el glaseado habrá que disponer de los próximos elementos:
- 100 centilitros de nata.
- 150 gramos de chocolate, con 55 % de cacao.
- 30 gramos de mantequilla.
Paso a paso
En primer lugar, habrá que tostar las almendras. Para ello, vale introducirlas en el horno durante 15 minutos a 150 grados. Justo al sacarlas se trituran y se reservan para más adelante.
A continuación, se funde el chocolate al microondas o al baño María, pero siempre con cuidado de que no se queme.
El siguiente paso consiste en integrar la mantequilla con el azúcar glas, con la ayuda de unas varillas de cocina.
Paralelamente, se separan las claras de las yemas y se montan con azúcar en grano.
Llegados a este punto habrá que incorporar las yemas una a una a la mezcla de la mantequilla y azúcar glas. Se remueve bien con las varillas y se añaden también las almendras, mezclando todo nuevamente. El chocolate fundido, por su parte, se junta con las claras y se añade a la anterior preparación.
Para continuar habrá que tamizar la harina junto con la levadura, e incorporarla poco a poco también al recipiente.
Para cocinar el bizcocho será preciso comenzar por engrasar un molde con mantequilla y harina. Justo después se vierte la mezcla y se hornea a 170 grados durante 25 o 30 minutos. Antes de sacar, hay que pinchar en el centro para comprobar que sale limpio el cuchillo.
Se deja enfriar y se corta por la mitad. Se coloca una capa fina de mermelada y se tapa de nuevo el bizcocho.
Solamente queda rematar con el glaseado. Para ello se trocea el chocolate y se hierve la nata. En este punto se añade el chocolate a la grasa, ya fuera del fuego y se mezcla bien. Por último se incorpora la mantequilla y se deja enfriar durante 10 minutos.
Se baña la tarta y se introduce una hora en la nevera antes de servir.
Contraindicaciones de la tarta Sacher
A pesar de resultar exquisita, habrá que tener en cuenta una serie de puntos clave a la hora de consumir tarta Sacher. Y es que se trata de una receta con bastantes azúcares simples en su interior, nutrientes que han demostrado ser capaces de incrementar el riesgo de sufrir patologías metabólicas. En el caso de personas con diabetes, habrá que moderar mucho su presencia en la dieta.
Por otra parte, este postre es altamente energético y conviene incluirlo en el contexto de una pauta equilibrada, para evitar experimentar variaciones en el peso graso. De lo contrario, se podría empeorar el estado de salud.
De acuerdo con un estudio publicado en Metabolism, el sobrepeso y la obesidad disparan el riesgo de sufrir patologías complejas, como las cardiovasculares. Para evitar este estado será clave hacer ejercicio físico de manera frecuente.
Prepara la tarta Sacher en casa
Como has visto, elaborar tarta Sacher de forma casera es realmente fácil. No es preciso disponer de mucho tiempo para lograr un resultado excelente a nivel organoléptico, digno de un restaurante de calidad. Ahora bien, puede ser que la primera vez el bizcocho no te salga perfecto, pero esto se soluciona con un poco de práctica.
Para terminar, recuerda que no hay problema por incluir dulces en la pauta de alimentación de manera moderada. Como norma general, es preciso priorizar los alimentos frescos, pero en algún momento se puede optar por un postre un poco más goloso con un gusto distinto.
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