¿Qué hacer si mi bebé no quiere tomar el biberón? Se trata de una pregunta común entre las madres que desean dejar la lactancia materna exclusiva o complementarla. Puede que esta transición sea complicada, por lo que debemos buscar la forma de que cause el menor trauma posible, tanto para los padres como para el niño.
Es posible que tu médico u otro experto en materia de maternidad te recomienden dar alimentos en biberón apenas pasado un mes después del nacimiento de tu hijo. En este período, las madres generalmente regresan a sus labores luego del reposo materno, razón por la cual no estarán disponibles para amamantar con la misma frecuencia.
No obstante, destetarlo por completo siendo tan pequeño puede generar ciertos inconvenientes. Lo mejor es alternar la lactancia con el uso del biberón para que reciba los nutrientes esenciales que le proporciona la leche materna y los complemente, en todo caso, con las leches para bebés disponibles en el mercado.
Agregar leche de fórmula a su dieta progresivamente es muy importante para que se habitúe y se minimice la posibilidad de rechazo.
Recuerda siempre que, en todos los casos, este proceso de cambios en la alimentación debe estar bajo la supervisión de su médico pediatra. Él será el encargado de indicar la fórmula adecuada y evaluar las reacciones que se puedan presentar.
¿Por qué mi bebé no quiere tomar el biberón?
Recién nacidos, los bebés disfrutan y demandan mucho el contacto físico con su madre. Al no tenerlo, se estresan y lloran. Esta cercanía los hace sentir protegidos y seguros; al añadir un cambio que minimice en cualquier medida el sagrado momento de la toma del pecho, es comprensible que sientan rechazo.
La novedad que experimentan tanto por la textura como por la técnica de succión es diferente a lo que ya está familiarizado; por ende, la aversión es completamente normal.
La modificación de su dieta de leche materna a una de fórmula es un factor determinante en la probabilidad de repulsión del infante por el biberón. Factores como el sabor, la textura o incluso el modo en que reacciona su cuerpo ante este nuevo alimento puede que no sean de su agrado.
Por ser un proceso tan largo y delicado, la paciencia juega un papel muy importante. El pequeño se sentirá incompleto y extraño al tener un nuevo alimento e instrumento para comer. Por eso, te dejamos algunas sugerencias para facilitar esta transición:
Libre descubrimiento
Deja que tu hijo descubra el biberón, lo tome en sus manos y muerda la tetina. Esta introducción indudablemente facilitará su adaptación. Para que tengas mayor porcentaje de éxito, agrega unas gotas de leche materna; así, asociará ese nuevo objeto con su comida.
Hacerlo sentir en calor
Al alimentarlo, es recomendable abrazarlo y envolverlo con una prenda que conserve el olor de la madre cuando no sea ella quien le dé el biberón. Se le puede hablar con un tono bajo y de manera cariñosa para que se sienta seguro. Además, que otra persona le dé el biberón desde el principio ayudará con el proceso de destete.
“Lo mejor es alternar la lactancia con el uso del biberón para que reciba los nutrientes esenciales que le proporciona la leche materna y los complemente, en todo caso, con las leches para bebés”
Relajar al bebé para comer
Tener al bebé en una buena postura y con suaves movimientos hacia adelante y atrás convertirá la hora de la comida en un momento relajante. Por lo tanto, iniciará una buena asociación con el biberón.
Tiempo de aceptación
El bebé no aceptará ni se habituará al biberón de un minuto a otro. Por eso, debemos armarnos de paciencia y no forzarlo si llora o lo rechaza. No caigamos en el desespero de volver a amamantarlo a la mínima señal de rechazo; el tiempo de aceptación y adaptación del niño debe respetarse.
Un buen método para acelerar la aceptación del biberón es que, en lugar de llevar la tetina directo a la boca de tu hijo, la coloques cerca y la frotes en sus labios para que la tome cuando lo desee. Utiliza siempre la misma mamila, biberón y técnicas en los diferentes horarios de alimentación.
Temperatura
La temperatura es muy importante; la leche no debe estar fría ni muy caliente. Un buen truco es refrescar la tetina con agua; de este modo, se puede conseguir que el contraste con la temperatura del alimento sea mucho más agradable.
Si eres una de las que se martiriza con la frase “mi bebé no quiere tomar el biberón”, debes hacerte de una buena actitud y mucha paciencia para conseguir que tu hijo acepte el nuevo método de alimentación.
Evadir la frustración ante este hecho es crucial. El destete es un proceso lento que puede producir muchos altibajos anímicos en ambas partes; incluso algunas madres pueden llegar a deprimirse ante un fracaso.
No dejes de seguir estos consejos que de seguro te aliviarán la carga en el proceso de aceptación del biberón. Además, por supuesto, consulta con un especialista para que te recomiende el mejor alimento para tu bebé.
Recuerda que la leche materna es la única con todos los nutrientes necesarios para tu hijo. Al momento de buscarle sustituto, debemos contar con fundamentos y una opinión médica que respalde la elección del mismo.
Bibliografía
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