¿Qué es la monitorización fetal?

Descubre a continuación de qué se trata la monitorización fetal, cuáles son los aspectos a tener en cuenta y otros datos de interés.
¿Qué es la monitorización fetal?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 20 mayo, 2020

Durante el embarazo, existe un procedimiento importante que toda mujer debe realizarse: la monitorización fetal. Por supuesto, el objetivo es velar por el bienestar del bebé. ¿Cómo? Mediante el control de su estado de salud.

Se trata de una técnica muy común que consiste en la visualización del feto. Esto se logra a través de la implementación de un cardiotocógrafo para comprobar:

  • La frecuencia cardiológica. 
  • El ritmo de los latidos del corazón.
  • La cantidad de oxígeno que recibe el feto. 
  • Las diferentes variaciones ocurridas en su flujo sanguíneo.
  • Si el feto duerme o está despierto así como también comprobar si se mueve ante determinados estímulos (como cuando la madre ingiere alimentos dulces).
  • Presencia o ausencia de meningitis, entre otras afecciones.
  • Por otra parte, el ginecólogo aprovecha para revisar la madurez del útero de la madre.
La monitorización fetal.

Tipos de monitorización fetal 

Existen dos modalidades diferentes de monitorización fetal. La primera está relacionada con la manera externa. A través de él, el médico está en la capacidad de corroborar la frecuencia de los latidos del corazón del bebé.

¿Cómo? Mediante el uso de unos determinados sensores ubicados en un cinturón que rodea el vientre de la madre mientras está en posición boca arriba.

Por otra parte, existe lo que se conoce como la monitorización fetal interna y suele ser un poco más compleja que la anterior. Se colocan unos electrodos en la parte de la cabeza del bebé y estos dispositivos le realizan las respectivas comprobaciones generales. Al finalizar emiten un informe acerca de cuál es su estado de salud.

El inconveniente de la monitorización fetal interna

Una de las desventajas al realizar la monitorización interna es lo invasiva que puede llegar a ser. Debido a que se deben romper las membranas amnióticas, a fin de colocar los electrodos, esto podría suponer un alto riesgo de infección tanto para la madre como para el bebé.

Además existe la posibilidad de que, durante el proceso de colocación, se fuerce de manera indebida el aparato. Con lo cual se causaría daño tanto en el feto como en las paredes del útero. No obstante, estas complicaciones suelen ser poco frecuentes.

Ventajas de utilizar la monitorización fetal externa

El doctor Gabriel Cano, médico especialista en la materia de pediatría comenta lo siguiente: “Una de las grandes ventajas de la monitorización externa es que no resulta ser invasiva”.

De hecho otorga la posibilidad de ofrecer en el registro una serie de repeticiones y de estabilidad de las contracciones que presentó la madre.

Procedimiento de la monitorización fetal

Para poderle realizar la prueba, la madre debe colocarse en una camilla en posición semi sentada o semi acostada. A su alrededor se colocan una especie de cintas flexibles o correas que en su interior incorporan 2 transductores.

  1. La primera se utiliza a fin de analizar la actividad del útero.
  2. La segunda para controlar los latidos del bebé.

Durante el tiempo en el que la prueba se realiza, se ejecuta una grabación del gráfico. Este se puede imprimir posteriormente gracias a unos cables traductores de los monitores.

Esta prueba permite notar cómo el bebé realiza determinados movimientos, producto de los estímulos externos.

Seguimiento de la monitorización fetal 

Durante el último trimestre del embarazo se debe realizar la monitorización fetal con mayor frecuencia. Por lo general, se establece un control semanal.

Una vez que se supera la barrera de las 40 semanas de embarazo es importante que esta prueba sea realizada cada 2 ó 3 días; hasta que llegue el momento del parto.

Esta prueba no es muy complicada y su duración aproximada es de unos 30 minutos. Durante este tiempo se genera una gráfica especial que contribuye a la oportuna detección de problemas y anomalías.

Si el ritmo de las pulsaciones del bebé están por debajo de las 120, por minuto, puede que sea necesario revisar con mayor profundidad su estado de salud.

La monitorización fetal.

Aspectos a tener en cuenta

  1. No es un examen obligatorio aunque resulta muy útil.
  2. No indica que algo vaya mal con el embarazo. Se trata de un chequeo rutinario.
  3. Se considera normal el ritmo de los latidos del corazón del bebé cuando oscilan entre 120 y 160 latidos por minuto.
  4. Si los latidos del corazón del bebé están por debajo de las 100 pulsaciones se suele pedir  a la madre que se recueste sobre su lado izquierdo para que el bebé reciba más oxígeno.
  5. Al tener una contracción durante el parto es normal que la línea base que mide el FCF disminuya. Cabe destacar que si, luego de la contracción, la línea base regresa a su posición natural el bebé no está sufriendo.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.