Primeros días del desarrollo físico del bebé

Primeros días del desarrollo físico del bebé

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 12 mayo, 2020

A medida que nuestro bebé va creciendo, se producen diversos cambios en su desarrollo. Cuando nace, tiene ciertas características que son totalmente naturales del proceso de crecimiento del ser humano y que poco a poco irán cambiando. Pero, ¿cómo son los primeros días del desarrollo físico del bebé?

El recién nacido tiene el pecho redondeado, la cabeza relativamente grande, las extremidades algo cortas y el abdomen prominente. Suele medir unos 50 centímetros y lo más común es que adquiera una postura semi flexionada. Respecto a su peso, este suele ser de 3-4 kilogramos, siendo el peso de los niños mayor que el de las niñas.

Áreas del desarrollo del bebé

El desarrollo del bebé se divide en diversas áreas:

  • Cognitiva.
  • Lenguaje.
  • Física, como motricidad fina y motricidad gruesa.
  • Social.

A medida que pasan los días podremos ver cómo evoluciona cada una de ellas.

Primeros días del desarrollo físico del bebé

Como es natural, el bebé experimentará diversos cambios conforme pase el tiempo. No solo irá descubriendo el mundo que lo rodea, sino que poco a poco también se irá conociendo a sí mismo. Además, el desarrollo físico del bebé comienza desde la cabeza y de ahí se va extendiendo a las distintas partes de su cuerpo.

Los sentidos

En los primeros días de nacido, el bebé no conoce su cuerpo. De hecho, no es capaz de diferenciar dónde acaba su propio cuerpo y dónde empieza el de su madre. La vista es borrosa y no puede ver con nitidez, por lo que apenas puede visualizar algunas sombras a una distancia de medio metro.

El desarrollo físico del bebé es un proceso gradual.

Al niño le gusta que acaparen su atención con juguetes de luces y sonidos, debido a que esto lo relaja y divierte. Si comienza a inquietarse, puedes hablarle con cariño; es muy importante que sienta afecto y protección para que su seguridad aumente.

El sueño

Durante el primer mes de vida, el bebé pasará muy poco tiempo despierto. La mayoría del día estará dormido -aproximadamente entre 16 y 20 horas al día- y despertara casi exclusivamente para comer. Además, es normal que mientras duermas su respiración sea ruidosa e irregular. Su sueño diurno puede interrumpirse de 2 a 3 horas para las tomas.

La alimentación

Los pediatras suelen recomendar la lactancia materna como único alimento para el bebé en su primer mes de vida. Si por alguna razón la madre no puede dar pecho al recién nacido, se le puede administrar leche de fórmula mediante el biberón. No es necesario administrar ningún suplemento, salvo que su pediatra lo indique.

El vínculo materno

Al bebé le encantará que lo tomen en brazos. Cuando lo cojas, deberás tener mucho cuidado y sujetarle bien la cabeza, ya que es muy delicada. Puedes pasearlo por diversas zonas de la casa y que así pueda escuchar distintos sonidos. El bebé podrá reconocer a su mamá por el olor y, al estar en sus brazos, escuchará los sonidos de su corazón. En esta etapa descubrirá que el llanto será su mejor recurso para conseguir atención.

El peso del bebé

Durante la primera semana de vida, lo más probable es que no muestre mucho crecimiento. Es normal que el bebé pierda peso durante la primera semana y luego engorde nuevamente. Para finales de la semana, lo más seguro es que alcance el mismo peso de su nacimiento.

Las marcas del nacimiento

Es muy normal que la cabeza y nariz del bebé estén achantadas después del nacimiento, esto es una de las consecuencias de haber pasado por la pelvis durante el parto. Por su parte, los ojos pueden estar hinchados y rojizos, esto desaparecerá en cuestión de unos días. También observarás como color de piel cambia a uno más natural.

Los bebés tienen numerosos reflejos como respuestas ante los estímulos

Cómo desarrollar la motricidad fina del bebé

Existen una serie de actividades durante el desarrollo físico del bebé que te ayudarán a perfeccionar la motricidad fina de tu hijo de los 0 a los 4 meses. Esto está directamente vinculado a su coordinación brazo – boca y ojo – oído.

  • Permitir que el bebé lleve a su boca objetos no peligrosos y los chupe.
  • De frente al niño, sin obstaculizar su campo visual, mueve su cara, hablándole en tonos diferentes y emitiendo diversos sonidos. Si deja de seguir el movimiento de tu rostro, intenta nuevamente llamar su atención.
  • Coloca tu dedo en la palma de la mano del bebé para que este lo agarre y presione.
  • Permite que el bebé toque tu rostro, cabello, etc.
  • Cuando el niño deje resbalar de sus manos un juguete, bríndale la oportunidad de que lo recupere por sí mismo.
  • Comienza a rozar suavemente el dorso de las manos del bebé; cuando las abra, aprovecha para estimular sus palmas con objetos que pueda presionar.

Cómo desarrollar la motricidad gruesa del bebé

También existen actividades para desarrollar la motricidad gruesa del niño desde los 0 a 4 meses. Te presentamos algunas de ellas:

  • Viste al bebé cómodamente. No lo envuelvas mucho para facilitarle la libertad de movimiento.
  • Acaricia sus piernas, brazos, pies y manos. Esto provocará que se mueva.
  • Cambia la posición del bebé en la cuna y balancéala suavemente.
  • Con una mano en las pantorrillas y la otra en las rodillas del bebé, induce lenta y suavemente la extensión de las piernas hasta una posición horizontal. Vigila la posición de su pelvis. Toda la zona lumbar del niño debe apoyarse en la superficie donde el niño esté acostado.
  • Permite que el bebé se lleve su mano a la boca.

Durante el crecimiento y desarrollo físico del bebé este  irá experimentando diversos cambios. Es importante que estés atenta a cada uno de ellos y en caso de notar algo extraño, consultes con su pediatra.


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  • M. Cruz, M. Crespo, J. Brines, R. Jiménez. Compendio de Pediatría. Ciudad habana: ciencias Médicas; 2006.
  • VV. AA. Desarrollo evolutivo de los neonatos: utilidad clínica de la escala Brazelton (NBAS). Actas do X Congresso Internacional Galego-Português de Psicopedagogia. Braga: Universidade do Minho, 2009 ISBN- 978-972-8746-71-1.

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