Preguntas sobre la muerte: qué decir a los niños

Los niños pueden hacerte preguntas sobre la muerte. Por ello, es importante saber qué decirles al respecto.
Preguntas sobre la muerte: qué decir a los niños
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 04 enero, 2021

La muerte puede ser un tema delicado para muchas familias, sobre todo cuando ha habido un fallecimiento reciente dentro del entorno cercano. Aunque la muerte es igual de natural que la vida, no es algo sobre lo que se hable con libertad. Por eso hoy, queremos darte algunos consejos acerca de las preguntas sobre la muerte que hacen los niños.

Aunque es cierto que todos preferimos hablar de la vida y de las cosas buenas, llegará un momento en el que se tenga que hablar también sobre la muerte con los niños. Por ello, a continuación, vamos a darte algunos consejos para que, además de que sea más fácil para ti, lo puedas hacer de la manera más natural posible.

¿Cómo hablar de la muerte con los niños?

Es posible que los niños pequeños se interesen por primera en la muerte cuando se muere alguna mascota o cuando se encuentran algún animal muerto en la calle. Por eso, es importante hablar sobre el concepto de vida y muerte desde que son pequeños. Un ejemplo, es cuando llega el otoño y las hojas se caen al suelo.

Madre contestando las preguntas sobre la muerte de su hija.

Es fundamental que cuando se hable sobre la muerte no se cuenten mentiras. Frases del tipo: “Se ha ido al cielo; Ahora está en un sitio mejor; Se durmió para siempre; Se ha ido de viaje largo”, en realidad, solo confunden a los niños.

Es curioso que, en la mayoría de los casos, cuando se muere una mascota, se les dice a los niños que se ha muerto. Y no pasa nada, ya que se les permite llorar y sentir su pena.

En cambio, cuando se muere una persona cercana o un familia, se intenta minimizar el dolor con estas mentiras “piadosas” que, en realidad, solo confunden a los pequeños y les hacen sentir peor e, incluso, culpables de lo sucedido.

“¿Se ha ido al cielo sin mí?; ¿Es que ya no me quiere y por eso se ha ido a un sitio mejor? ¿Por qué se ha ido de viaje y no me llama? ¿Si yo me duermo tampoco despertaré más?”. Son algunos de los pensamientos confusos que pueden tener los niños al respecto.

Una buena comunicación es fundamental

En este sentido, es muy importante ser sinceros y decirles por ejemplo:El abuelo se ha muerto, su cuerpo ha dejado de funcionar. Ya no escucha, ni respira, ni te ve”. Y, después, decirle que siempre estará con nosotros porque su energía seguirá viva en nuestros corazones. Que podemos hablar con él aunque no nos responda, porque seguro que nos escucha.

Es una manera de saber que las personas, a veces, se van para siempre y ya no vuelven nunca más. Es importante darles la oportunidad de hablar de su ser querido todo lo que necesiten, que también se respete su duelo porque los niños también lo sufren.

Así, es necesario que se potencie una buena comunicación siempre que los pequeños tengan dudas sobre la muerte, pero que nunca se les conteste con evasivas y mucho menos con mentiras. Los niños necesitan saber la verdad, la verdad de que la muerte no es algo que se pueda revertir.

Cuando alguien se marcha para siempre, no le volveremos a ver más físicamente, pero sí estará en nuestra mente, en nuestros recuerdos y en nuestro corazón. Se puede trabajar la relación simbólica con el ser querido que ha fallecido, por ejemplo, escribiéndole cartas, frases, haciendo algún homenaje en su honor. Lo que importa es alimentar su recuerdo para que le sintamos, de alguna manera, cerca de nuestro corazón.

Comprende y respeta sus sentimientos. Piensa que, cuanto más sincero seas con tus hijos, más confianza tendrán contigo y más abiertos se sentirán en contarte lo que sienten o en preguntarte cualquier cosa sobre la que tengan dudas, aunque no sea fácil.

Usa un lenguaje sencillo para que te entiendan según la edad. Tu forma y tu actitud es muy importante, por lo que, cuando te pregunten por la muerte, habla de manera sencilla, pero también honesta.

Las preguntas incómodas sobre la muerte

Es posible que tus hijos comiencen a hacer preguntas sobre la muerte algo más incómodas aunque no hayan tenido una experiencia familiar al respecto. Por ejemplo, pueden preguntarte cosas como las siguientes:

Mamá hablando con su hijo.
  • ¿Me voy a morir?
  • ¿Tú también te vas a morir?
  • ¿Qué pasa cuando uno se muere?
  • Si me muero, ¿me dolerá?
  • ¿Me moriré si enfermo?
  • Si me muero, ¿veré a los abuelos?

Es fundamental hablar con los niños del tema sin perder la alegría y hacerlo de manera natural, puesto que, como hemos dicho más arriba, la muerte es tan natural como la vida, solo que cuando alguien se muere, los que se quedan lo pasan mal porque echan de menos a su ser querido con mucha intensidad.

En definitiva, es importante que los niños sientan seguridad en su familia, en ti y en todo lo que le dices y haces. No te preocupes por llorar si estás triste por la muerte de un ser querido. Los niños deben comprender que sentir pena está bien, pero al mismo tiempo necesitan sentir tu seguridad y ver cómo, incluso pasando por un duelo, la vida sigue y hay que disfrutarla. No dudes en responder todas sus preguntas sobre la muerte.


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  • Egido Mendoza, A, M., Linares Martínez, R. (2019) Duelo y resiliencia. Una guía para la reconstrucción emocional. Editorial: Oberon.

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