El cambio no siempre es fácil para los adultos, así que imagínate para los niños. Lo que sí es cierto es que, cuando las cosas cambian, las personas acostumbramos a adaptarnos a las circunstancias para poder avanzar, aunque esto puede resultar más fácil para unos que para otros.
Por tanto, el cambio es difícil para la mayoría de las personas, incluidos los adultos más optimistas. Es estresante para cualquiera y aprender a gestionar ese estrés y las emociones que nos hacen sentir mal es fundamental para poder soportar el cambio y avanzar con él.
Sin embargo, el cambio es parte de la vida, por lo que es importante ayudar a los niños a aprender cómo adaptarse con éxito. A algunos pequeños les resulta particularmente difícil manejarlo. Como padres, es necesario entender por qué para unos niños es más complicado que para otros. De esta manera, se les podrá ayudar a superar un proceso de cambio de manera exitosa.
El temperamento de los niños
Los niños nacen con temperamento. Es genético y ocurre durante el desarrollo prenatal. Los padres saben esto intuitivamente cuando se dan cuenta de que su hijo recién nacido tiene una personalidad que le define. Esta personalidad puede verse influenciada durante el desarrollo de la primera infancia y puede formarse en función de las experiencias y el temperamento de los padres.
Los pequeños que tienden a ser más negativos, temerosos o lentos pueden luchar un poco más con el cambio que los niños tranquilos. Los padres pueden ayudar a este tipo de niños centrándose en los aspectos positivos del cambio y alentándolos o a aprender a diferenciar entre pensamientos realistas y pensamientos impulsados por la ansiedad.
Problemas de confianza y apego en el cambio
Algunos niños, por diversas razones, tienen dificultades con la confianza o pueden tener problemas de apego. Para ellos, el cambio puede ser traumático. Si tienes un hijo que puede estar lidiando con este tipo de desafíos, siempre es una buena idea ayudarlo en el proceso de cambio.
Hazle saber lo que se espera. Mantente conectado con tu hijo y motívalo a hablar sobre sus sentimientos. Ayúdalo a mantenerse positivo sobre el cambio inminente. De esta manera, si puede expresar lo que siente o sabe qué debe esperar de la nueva situación, podrá sobrellevarlo mejor.
En muchas ocasiones, el miedo a la incertidumbre o a no saber qué pasará no permite que las personas se preparen para el cambio. Pero hablar sobre ello e imaginarse posibles escenarios ayudará a tu hijo a imaginarse frente al cambio y superándolo. Aunque después los resultados sean diferentes, su mente se habrá preparado para lo que está por venir y se sentirá más tranquilo ante las nuevas circunstancias.
Trastornos del comportamiento durante el cambio
Hay muchos trastornos del comportamiento que hacen que el cambio sea especialmente difícil. Por ejemplo, un niño con trastorno por déficit de atención (TDAH) necesita crear estructura. Si se cambia su estructura predeterminada, es posible que no sepa cómo manejarla o cómo adaptarse.
Lo mismo ocurre con un niño con un trastorno de oposición desafiante, que puede arremeter, o un niño altamente sensible con un trastorno de ansiedad, que puede caer en depresión o episodios de pensamiento catastrófico.Cuando se trata de un pequeños que tiene un trastorno, su enfoque debe ser considerado. Los niños necesitan saber cuáles son las expectativas respecto al cambio y por qué está ocurriendo dicho cambio.
Por ejemplo, si te mudas a un nuevo hogar, tu hijo puede aceptarlo mejor si entiende por qué. Además, los niños necesitan tiempo para adaptarse al concepto de cambio. Si bien eso no siempre es posible, siempre es una buena idea darle tiempo a un niño sensible o cauteloso para pensar sobre el cambio y expresar sus emociones.
Con cualquier niño, cuando se enfrentan cambios en la familia, siempre es una buena idea hablar de ello. Expresar sus sentimientos a la intemperie y ayudarlos a centrarse en las preocupaciones que son realistas, al tiempo que libera los miedos poco realistas.
Los niños se adaptan más fácilmente cuando saben qué esperar. Ayuda a tus hijos a concentrarse en lo positivo y a esforzarse por hacer que el cambio sea lo más divertido posible. Con tu ayuda y comprendiendo por qué les cuesta más el cambio en estos momentos, podrás orientarlos para que el proceso sea más sencillo para todos.