Pérdida auditiva en niños: lo que debes saber

La pérdida auditiva en los niños puede ser congénita o adquirida, pero en ambos casos la detección temprana es clave. Entérate cómo llevarla a cabo.
Pérdida auditiva en niños: lo que debes saber
Leidy Mora Molina

Escrito y verificado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 27 julio, 2022

La pérdida auditiva en los niños es una condición que aparece cuando alguna porción del sistema auditivo no funciona apropiadamente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 4 de cada 1000 recién nacidos padecen un problema de audición. Pero, ¿sabemos cómo reconocerlos o qué pruebas se realizan para detectarlos? A continuación, te contamos todo al respecto.

El problema de la pérdida auditiva en la infancia

La pérdida auditiva, también llamada hipoacusia, puede traer consecuencias graves en el desarrollo de los niños, ya que el oído es una de las fuentes principales de estímulos externos.

Por este motivo, la detección temprana de esta patología es clave para lograr evitar daños irreversibles en el cerebro del infante. Y en este sentido, la correcta evaluación médica y la observación continua de los padres son los pilares fundamentales para lograrlo.

En general, la hipoacusia aparece como consecuencia de alteraciones genéticas o por infecciones durante el embarazo y se manifiesta en los primeros meses de vida. Si no logra corregirse a tiempo, esta falencia puede incidir negativamente en el desarrollo del lenguaje, así como en la esfera social del niño.

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Causas de la pérdida auditiva en niños

La pérdida auditiva se clasifica en 3 grupos, según la causa que la genera:

  • Neurosensorial o nerviosa: cuando hay afectación del nervio auditivo o problemas estructurales en el oído. Esta pérdida auditiva suele ser permanente y por lo general, es congénita.
  • Conductiva: en este caso el problema se observa en la transmisión de los sonidos dentro del oído. Este tipo de pérdida auditiva suele originarse a raíz de infecciones o de la acumulación de líquido dentro de la cavidad. Según el origen, puede ser temporal y tratable o no.
  • Combinada: abarca a los dos tipos anteriores.

Tal como has podido ver, las causas de pérdida auditiva son variadas, pero los factores más destacados en su génesis son los genéticos (60 a 80 % de los casos), las afecciones perinatales (como la asfixia neonatal), las infecciones del oído (como la otitis media) y la administración de medicamentos ototóxicos (como los antibióticos aminoglucósidos).

Signos y síntomas de la pérdida auditiva en niños

Desde que el bebé nace, es importante que los padres estén atentos al tipo de respuesta del pequeño ante los sonidos. La ausencia de reacción ante estos estímulos suele ser el principal indicio de una alteración auditiva.

Algunos de los signos que puede observarse en el bebé con hipoacusia son los siguientes:

  • No se asusta ni sobresalta ante los ruidos fuertes.
  • No gira la cabeza hacia la fuente del sonido (la voz de los padres u otros sonidos familiares) pasados los 6 meses de vida.
  • Parece escuchar algunos sonidos, pero otros no.
  • No imita las vocalizaciones. Entre los 6 y 8 meses pasa del balbuceo a los gritos.
  • No dice palabras simples como ¨papᨠo ¨mamᨠcon sentido específico al año de vida.

En el caso de los niños mayores, algunos de los signos de pérdida auditiva se describen a continuación:

  • No responde a su nombre.
  • Es muy distraído o no presta atención.
  • Tarda en empezar a hablar y cuando lo hace, no lo hace de forma clara (solo lo entienden sus padres).
  • No tiene un lenguaje acorde a la edad.
  • No canta ni tararea canciones.
  • Es incapaz de contestar preguntas o mantener una conversación.
  • Tiende a aislarse de los otros niños.
  • Sube mucho el sonido del televisor.

Detección precoz de la pérdida auditiva

Si el niño presenta los síntomas antes mencionados, es de vital importancia evaluarlo a la brevedad. En primer lugar, conviene manifestarle la preocupación al pediatra y luego, solicitar una cita con un especialista en audición.

Mientras más rápido se diagnostique y se trate la pérdida auditiva, menor retraso habrá en el desarrollo del lenguaje y de la comunicación, así como en la interacción social del niño.

De acuerdo con el programa de detección precoz de la sordera, aprobado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social de España y de las comunidades autónomas, se recomienda realizar 3 pruebas auditivas antes de los 6 meses de edad:

  • El tamizaje antes del mes de nacimiento.
  • El diagnóstico definitivo antes de los 3 meses.
  • La intervención audioprotésica (audífonos ó implante coclear) y logopédica apropiada antes de los 6 meses.

Si la pérdida auditiva no es diagnosticada a tiempo y no tiene una rápida intervención, se hace difícil tratar la alteración auditiva. Y como hemos dicho antes, esto puede incidir negativamente en el desarrollo integral del niño.

Las investigaciones sobre las técnicas de detección precoz de la hipoacusia avanzan día a día y uno de los proyectos más destacados en el tema es el Proyecto Ghelp. Este programa se basa en la realización de un estudio genético a los recién nacidos para detectar alguno de los 180 genes implicados en la hipoacusia congénita. De esta manera, es posible realizar un diagnóstico más temprano y ofrecer un tratamiento más oportuno a estos bebés.

¿Qué pruebas se realizan para diagnosticar la pérdida auditiva en la infancia?

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Tal como hemos mencionado, la observación de los padres y el examen médico adecuado permiten arribar a este diagnóstico en la infancia. Pero para corroborarlo, existen diferentes pruebas que permiten conocer el tipo de problema auditivo y la severidad del mismo. Dichas evaluaciones se pueden realizar desde los primeros días de vida y son mínimamente invasivas e indoloras.

En los recién nacidos se realizan las otoemisiones acústicas, que consisten en colocar una pequeña sonda que emite sonidos dentro del oído del bebé y evaluar la respuesta de la cóclea (oído medio) al mismo. Este estudio permite evaluar la indemnidad de la primera porción de la vía auditiva.

Otra prueba de audición que se realiza en los bebés es la de los Potenciales Evocados Auditivos (PEA), la cual evalúa la respuesta cerebral a los sonidos por medio de un electroencefalograma. Esta evaluación complementa a la anterior, pues permite corroborar la indemnidad de la segunda porción de la vía auditiva.

En el caso de los niños mayores, puede recurrirse a la audiometría tonal, que permite discriminar la percepción del sonido a diferentes intensidades y frecuencias. Para concretarla se requiere de la colaboración del pequeño y por medio de ella es posible evaluar el funcionamiento de todas las estructuras del sistema auditivo a la vez.

Finalmente, existen otras pruebas que permiten evaluar con mayor detalles la audición de los infantes y son las siguientes:

Estas pruebas suelen ser indicadas por los especialistas según la edad del niño y el grado de pérdida de audición. Son realizadas por los audiólogos o los otorrinolaringólogos especialistas en el área.

Tratamiento de la pérdida auditiva

Cada vez disponemos de mejores tratamientos para la hipoacusia infantil, especialmente cuando se detecta dentro de los primeros 6 meses de vida. Y aunque en muchos casos es difícil la recuperación total de la audición, son bastante útiles para mejorar el porcentaje de escucha y para optimizar el desarrollo del lenguaje y de la comunicación de estos pequeños.

La intervención medica dependerá del grado de sordera y de la edad del niño y a continuación, describiremos los principales tratamientos para esta condición:

  • Audífonos externos: son dispositivos que amplifican el sonido para mejorar la percepción de los mismos. Se colocan detrás o dentro del oído afectado a partir de los 6 meses de edad.
  • Implante coclear: cuando la pérdida de la audición del niño es grave o no hay buena respuesta a los audífonos externos, se puede optar por estos dispositivos electrónicos ubicados dentro del oído medio. Estos implantes envían el sonido del exterior directamente al nervio auditivo y requieren de una cirugía ambulatoria para su colocación.
  • Logopedia: este tratamiento es independiente de los anteriores y los complementa en ambos casos. Sirve para rehabilitar las funciones auditivas, así como para mejorar el habla y la comunicación del niño. Suele iniciarse tan pronto como se diagnostica el trastorno.
bebe con audifono externo ayuda auditiva

La prevención es siempre la mejor herramienta

La audición es un sentido esencial para aprender a hablar y a comunicarse con el entorno. Por este motivo, es mandatorio evaluarla desde los primeros meses de vida del niño, para procurar una intervención oportuna en caso de necesidad y favorecer al desarrollo del infante.

Por eso, si notas que tu bebé no responde adecuadamente a los llamados o notas algún déficit auditivo, convérsalo con el pediatra para que determine la mejor estrategia de evaluación. Lo ideal es que esto ocurra antes de los 6 meses para alcanzar los mejores resultados posibles. ¡No te dejes estar!


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