La parálisis del sueño es una condición común. De hecho, puede afectar al 50 % de la población de forma puntual y, aproximadamente, a un 4 % de forma recurrente. Sin embargo, no por ello deja de resultar desconcertante y aterradora, especialmente cuando ocurre en niños y adolescentes.
Pues, si bien un adulto puede experimentar verdadera angustia cuando este trastorno aparece, el impacto para un menor puede ser todavía de mayor magnitud. En este artículo te contamos todo lo que debes saber al respecto para comprender y ayudar a tu hijo si este padece parálisis del sueño.
¿Qué es la parálisis del sueño?
Este trastorno del sueño tiene lugar en el momento de transición entre el sueño y la vigilia, por lo que suele ocurrir al despertarse o cuando la persona se está quedando dormida. En este momento, se experimenta una incapacidad total para moverse, ya que toda la musculatura voluntaria está paralizada, a excepción de los ojos y el diafragma respiratorio.
Igualmente, se produce una paralización de la laringe, por lo que la persona tampoco es capaz de emitir sonido alguno. Pero, a pesar de ello, se encuentra cognitivamente despierta. Evidentemente, esto genera un enorme temor en quien lo padece, pues se encuentra consciente, pero atrapado en su propio cuerpo inmóvil.
Además, suele acompañarse de alucinaciones visuales, auditivas o táctiles de carácter terrorífico y atemorizante. Por ello, la persona puede ver figuras, escuchar sonidos o sentir que alguien o algo le presiona el pecho, pues hemos de tener en cuenta que, si bien el diafragma respiratorio no está paralizado durante la parálisis del sueño, la respiración no es profunda ni completa.
Los episodios suelen tener una duración breve, que puede ir de los 20 segundos a los dos minutos. Además, remite de forma espontánea y sin dejar secuelas. No es una condición peligrosa, pero sí verdaderamente angustiante, que genera una gran sensación de temor y vulnerabilidad.
¿De dónde surge la parálisis del sueño?
A pesar de las diversas explicaciones paranormales que se han asociado con la parálisis del sueño, esta tiene un fundamento claramente fisiológico. En primer lugar, hemos de recordar que durante el sueño, de forma natural, se produce una hipotonía en los músculos voluntarios. Lo que ocurre, entonces, es una disfunción en este mecanismo, que se mantiene unos instantes más, aunque la persona ya ha despertado.
Además, las alucinaciones suelen ser productos del sueño REM que irrumpen, por error, en la conciencia. En definitiva, tiene lugar un desajuste entre cuerpo y mente, de modo que esta última se despierta antes mientras el cuerpo permanece “dormido”.
Como hemos dicho, la mitad de la población experimentará en algún momento de su vida un episodio de parálisis del sueño sin que esto tenga mayores repercusiones. Y, además, otro porcentaje lo sufrirá de manera recurrente.
La parálisis del sueño es un trastorno en sí mismo y no necesariamente va asociado a otro tipo de patologías. Además, se ha encontrado en algunos casos una propensión familiar a este tipo de episodios. Pero, también puede aparecer como síntoma de la narcolepsia, en cuyo caso será necesario acudir a un especialista para obtener un diagnóstico.
¿Cómo prevenir y afrontar estos episodios?
Con frecuencia, los primeros episodios de parálisis del sueño tienen lugar antes de los 19 años. Por lo que, si tu hijo experimenta esta condición, hay ciertas recomendaciones que podéis seguir:
- Mantener un horario de sueño regular que proporcione suficientes horas de descanso al menor, pues las rutinas irregulares y la privación de sueño favorecen su aparición.
- Evitar mantener estados de estrés. La ansiedad y la preocupación pueden inducir la parálisis del sueño, por ello, ayuda a que tu hijo se mantenga calmado mediante técnicas de relajación o meditación.
- Procura que tu hijo no duerma boca arriba, pues esta posición se asocia a una mayor presencia de parálisis del sueño.
Si, a pesar de todas estas recomendaciones, ocurre un episodio, lo más importante es que trate de mantener la calma y recordar que está a salvo. Conocer por qué sucede la parálisis puede ayudarle a rebajar el nivel de pánico.
Debe recordar que en unos instantes el episodio terminará. Además, puede tratar de concentrarse en mover una pequeña parte de su cuerpo (por ejemplo, los dedos), para, así, favorecer la recuperación de la movilidad. Si los episodios son muy frecuentes, no dudéis en consultar con un especialista.
Bibliografía
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- Núñez, J. E. C. (2011). Parálisis del Sueño. Synapsis, 3(2), 14-18.
- Roballo Ros, F. (2016). Parálisis del sueño: desenmascarando el fantasma, exploración holística y psicológica.