El Omega 3 es un elemento natural con muchas propiedades conocidas. Además de intervenir en distintos procesos vitales, estudios más recientes han demostrado que su consumo durante el embarazo puede garantizar la reducción de los niveles de mercurio. Como sabemos, la alimentación de la futura mamá es muy importante, además es conocida la incidencia de ciertos alimentos en el desarrollo del embarazo.
En el caso del mercurio, este elemento se halla entre los que mayor restricción revisten. Desde los primeros días del embarazo los especialistas advierten sobre la eliminación de pescado azul de la dieta, en particular el pez espada y el atún, puesto que los peces más grandes han acumulado mayor cantidad de mercurio.
El mercurio puede ser nocivo para la salud del hombre y está particularmente relacionado con la afección del feto en cuanto a su desarrollo neurológico. No obstante, pese a su restricción, este elemento puede encontrarse naturalmente en cualquier presentación, lo que significa un riesgo potencial para las embarazadas si no se contrarresta su efecto.
¿Qué es el Omega 3?
Son ácidos grasos esenciales que no pueden ser producidos por el organismo del hombre, es decir, son poliinsaturados. Estos se encuentran presentes en el tejido de cierto grupo de pescados, particularmente en el pescado azul. También se halla en menor cantidad en alimentos como la chía, nueces, semillas de lino o aceite de perilla.
Antes de descubrir sus características que lo ubican como ácidos grasos, el Omega 3 fue considerado vitamina F; en este grupo se encuentra también el Omega 6, que en ocasiones suele comportarse como competencia natural. En tal sentido, es indispensable una regulación de los niveles de cada uno, siendo el exceso más riesgoso aquel producido por el omega 6.
Diversos estudios han determinado que consumir muchas cantidades de Omega 3, pueden favorecer elementos como los tiempos de coagulación de la sangre, un factor que disminuye las probabilidades de enfermedades cardiovasculares. Los datos sobre la incidencia de este elemento en la salud, corresponden con una reducción de los efectos de la arterioesclerosis. Otros beneficios pueden ser:
Evita el posible envenenamiento por mercurio, puesto que reduce su acumulación en el organismo
Disminuye los efectos de la depresión
Es un estimulante cerebral, por lo que disminuye los riesgos de daño en el cerebro del feto
Mejora el sistema motor
Produce efectos benéficos en el sistema nervioso, digestivo y sensorial
Favorece el rendimiento en niños en edad escolar
Previene y controla enfermedades respiratorias como el asma, y otros padecimientos cardiovasculares, además del cáncer colorectal y la artritis reumatoide.
Omega 3 para contrarrestar el mercurio
Como hemos dicho, podemos llegar a ingerir mercurio incluso sin haberlo notado, lo cual es un peligro para el embarazo. Sin embargo, gracias a descubrimientos recientes, el exceso de este elemento en el organismo puede ser contrarrestado por medio del consumo puntual de ácidos grasos de Omega 3.
Para realizar dichas investigaciones, los especialistas analizaron las características alimenticias de más de mil embarazadas en regiones donde el consumo de pescado azul es muy alto. Debido a que las altas concentraciones de mercurio pueden tener efectos negativos en el desarrollo del feto, los expertos utilizaron el Omega 3 como protector de origen natural.
Dado que se conocen las virtudes de estos ácidos grasos, las pruebas se realizaron en una población de control no embarazada, en gestantes y durante el postparto hasta los veinte meses. Los resultados pusieron en evidencia que esta población expuesta naturalmente al metilmercurio del pescado que consumen, mostraron mejor estado cuando recibieron dosis extras de omega 3 de distintos alimentos.
En comparación con el Omega 6, encontrado en productos como la soja, aceites vegetales y carnes, el Omega 3 fortaleció a los recién nacidos en cuanto a la mayoría de las pruebas del sistema motor. Es decir, la mejor puntuación para contrarrestar los efectos del mercurio la obtuvo el Omega 3 incluso por encima de sus pares en ácidos grasos.
Amanda Sánchez Peralta es redactora freelance desde el año 2014. Ha escrito sobre muchos temas en varios blogs. A nivel universitario se especializa en lengua española y literatura.
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