Objetivos de pérdida de peso para niños con sobrepeso

La obesidad infantil es un problema que hay que enfrentar. En caso contrario, lo más probable es que el problema persista en la edad adulta. Para lograrlo, hay que establecer objetivos claros.
Objetivos de pérdida de peso para niños con sobrepeso
Eva Maria Rodriguez Diego

Escrito y verificado por la redactora profesional y especialista en educación física Eva Maria Rodriguez Diego.

Última actualización: 11 marzo, 2022

La obesidad infantil no es una cuestión que deba ser pasada por alto. Si bien es cierto que los niños pequeños se ven más saludables un poco “regordetes”, esto no es igual a medida que se hacen mayores. Para ayudar a adelgazar a los niños con sobrepeso, es necesario seguir un programa con claros objetivos de pérdida de peso.

Hay que tener claro que el sobrepeso es un problema de salud a todas las edades y hay que hacerle frente, incluso en la infancia. Pensar que el pequeño ya tendrá tiempo de adelgazar no es un argumento válido.

Los padres somos plenamente responsables de la salud de nuestros hijos y eso incluye tomar medidas para que tenga un peso saludable. De hecho, si no se realiza ninguna intervención en los niños con sobrepeso, la mayoría de ellos seguirá teniendo ese problema en la edad adulta. No podemos olvidar que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Niña con sobrepreso.

Primer objetivo en niños con sobrepeso es frenar el aumento de peso

El primer objetivo que hay que plantearse con un niño con sobrepeso es que no siga ganando peso mientras mantiene un crecimiento en estatura normal. Esto implica mediciones semanales para comprobar que se mantiene el peso.

Mantener el peso es mucho menos drástico que perderlo y supone empezar realizando cambios, de más pequeños a más grandes, de modo que el niño empiece a dejar de lado esos hábitos poco saludables que favorecen la ganancia de peso.

Una primera medida implica necesariamente la reducción de calorías ingeridas. Eso no significa que el niño tenga que dejar de comer, sino que tiene que sustituir los alimentos altos en calorías y grasas por otros más saludables. Esto se puede conseguir cambiando el relleno de los bocadillos, utilizando pan integral (que “llena” más) y comiendo más fruta y verdura.

Además, es importante aumentar la cantidad de fibra, no solo para favorecer la función intestinal, sino por su efecto saciante. También es importante eliminar las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados.

Por último, es necesario favorecer que el niño haga más ejercicio. Esto no significa que haya que llevarlo a algún club deportivo, al menos de momento. Basta con darle más oportunidades de moverse. Por ejemplo, que vaya caminando a los sitios (si no todo el trayecto, sí una parte) o que use las escaleras en vez del ascensor, por ejemplo.

Niños con sobrepeso: establecer metas y objetivos de pérdida de peso

Una vez que se haya conseguido estabilizar el peso y que el niño haya empezado a adquirir hábitos más saludables es el momento de establecer objetivos y metas de pérdida de peso.

Estas metas no deben ser demasiado exigentes para evitar que el pequeño se desmotive. Es mucho mejor ir poco a poco, celebrar pequeños éxitos y sin obsesionarse. Lo último que queremos es que el niño llegue a la adolescencia acomplejado y derive en un trastorno alimenticio. Una recomendación muy interesante es contar con ayuda profesional en este punto, para garantizar una buena nutrición.

El papel de los padres en la obesidad infantil

Muchos niños con problemas de sobrepeso siguen así porque sus padres o cuidadores no toman las medidas necesarias para solucionar el problema. No cabe duda de que es mucho más fácil hacer un bocadillo de crema de chocolate o comprar bollería industrial que preparar otro tipo de snacks más saludables.

Lo mismo ocurre con las comidas: los ultraprocesados son fáciles y rápidos de preparar y, además, están buenos; es decir, nos ahorramos el problema del “no me gusta”. Además, su preparación no requiere planificación. Y con la actividad física pasa lo mismo: requiere tiempo y dedicación fomentar que los niños se muevan más.

Niño con sobrepeso.

Los padres deben dar ejemplo y comprometerse

Y con esto llegamos a lo que probablemente sea quid de la cuestión: muchos niños padecen obesidad infantil sin que nadie haga nada porque eso requiere esfuerzo y trabajo, y nos engañamos pensando que ya habrá tiempo.

Además, a parte del esfuerzo que supone comprar alientos saludable, cocinarlos y planificar las comidas, muchos padres se encuentran con otro hándicap personal: si el niño come bien, yo también tengo que comer bien. Porque no se puede pretender que al pequeño le digamos que tiene que dejar de comer o beber algo que siguen consumiendo los padres.

Con la actividad física pasa lo mismo: requiere que los padres también se pongan en movimiento y que prediquen con el ejemplo.

Sin embargo, se puede plantear la cuestión como un reto en familia, no solo por una cuestión de peso (quizá ese no sea el caso de los padres), sino por una cuestión de hábitos de vida saludable. Porque la mala nutrición y el sedentarismo causan muchos más problemas que el sobrepeso y todos se previenen de la misma manera: comiendo bien y moviéndose.


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