Guía para lograr que las normas y límites sean efectivos

Las normas y límites son necesarias en la vida de los niños. Pero, siempre desde el amor y el respeto hacia ellos y nosotros mismos.
Guía para lograr que las normas y límites sean efectivos
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 12 abril, 2023

Ser padre no es algo fácil para nadie. De hecho, es el trabajo más difícil pero más satisfactorio de la vida. Si quieres educar a tus hijos es importante que en el hogar no falten normas y límites que sean efectivas. Para hacerlo bien, no hay que perder la paciencia y se debe abogar por la firmeza y el cariño. Además, hay que ser coherentes todo el tiempo y saber que si se establece una norma o límite siempre hay un «por qué» detrás.

Suele ocurrir que los padres sientan cierta falta de habilidad para poder establecer normas y límites a los hijos. A veces, ocurre porque no respetamos a los niños realmente. También, porque no somos capaces de expresarnos correctamente o cuando no entendemos que la dignidad y el amor siempre son lo más importante en la crianza.

Dentro de crianza, para que las normas y los límites sean efectivos, es fundamental pensar en la felicidad y el bienestar emocional tanto de los padres como de los hijos. Las normas y los límites deben aplicarse para trabajar la responsabilidad personal de los menores. Para ello, no es necesario recurrir a chantajes baratos, castigos, premios ni cualquier otra manera que no sea la propia decisión de los hijos de hacer las cosas bien.

Para lograr que las normas y límites sean efectivos, es fundamental abogar por la disciplina positiva. En este sentido, los límites hay que ponerlos desde el respeto, la dignidad, la empatía y el cariño.

En ocasiones, los padres confunden el respeto y la autoridad con la severidad y el miedo, lo cual nunca es bueno para la crianza de los hijos.

Educar sin caer en la permisividad

Para poder establecer buenas normas y límites, no es necesario caer en la autoridad ni tampoco en la otra cara de la moneda: la permisividad. Los límites y las normas son necesarios para que los niños sepan qué se espera de ellos en cada momento. Así, sentirán seguridad ante sus padres y aprenderán cómo hacer las cosas bien. De esta manera, se preparará adecuadamente para su futuro.

También, los menores aprenderán qué está bien y qué está mal, por lo que tendrán mejores relaciones interpersonales y a nivel intrapersonal. La disciplina positiva es el camino para educar a tus hijos porque no se basa en imponer normas y límites sin más o sin criterio. La misma se trata de la reflexión sobre las consecuencias de sus actos, lo que le ayudará a buscar soluciones para reparar lo que ha pasado.

Cómo hacer que sea efectivo

Para que las normas y los límites sean efectivos en la crianza de tus hijos y a través de la disciplina positiva, es necesario tener algunos puntos en cuenta. Solo de esta manera se volverá más fácil y sin tanto conflicto. Para ello, ten en cuenta los puntos que desarrollamos a continuación.

Permite que tu hijo participe en la asignación de normas y límites

Pide su opinión para que se sienta escuchado y respetado. Este bienestar emocional le ayudará a respetar las normas de mejor grado. Hay límites que no son negociables, como la seguridad y el respeto, pero para otros más flexibles puedes pedir su punto de vista.

Las normas deben ser proporcionadas y justas

Tanto las normas como las consecuencias de no cumplirlas, deberán ser proporcionadas y justas de acuerdo con la magnitud de lo ocurrido. El niño nunca debe sentirse humillado, por lo que el respeto siempre debe estar presente.

Los límites siempre deben pensarse desde el respeto, la empatía mutua y la cooperación de todas las partes.

Debe primar el respeto y la cooperación

Si tenemos en cuenta el punto anterior, no debemos olvidar que el respeto siempre es fundamental. Hay que evitar el autoritarismo o el miedo, pero también la permisividad y la negligencia emocional.

Hay que reflexionar sobre la conducta

Es importante que el niño sepa reflexionar sobre su conducta. Al principio necesitará tu ayuda y será imprescindible que lo hagas para que entienda que los límites tienen un por qué. También, que son necesarias las normas para la buena convivencia en familia y, sobre todo, para prepararles para la vida.

No se trata de imposiciones fortuitas, sino que todo está pensado para el bien presente y futuro del menor. Para que un niño aprenda realmente a ser responsable de sus acciones, también debe experimentar las consecuencias naturales sin el control del adulto.

Guiar desde el cariño y el respeto

Con todo esto, los niños entenderán realmente que sus acciones tienen consecuencias y que solo es suya la responsabilidad de escoger cambiar para mejor o no. Tu guía será fundamental en este aspecto, siempre que sea desde el cariño y el respeto hacia su persona.


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  • Nelsen, J. (2007) Cómo educar con firmeza y cariño. Editorial: Medici

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