¿Por qué a los niños les salen llagas en la boca?

¿A qué se deben las llagas que aparecen en la boca de los niños? Sigue leyendo y entérate las causas de estas lesiones tan molestas.
¿Por qué a los niños les salen llagas en la boca?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 10 febrero, 2022

La aparición de llagas en la boca de los niños es una situación bastante frecuente y muy molesta, ya que se trata de heridas dolorosas que inquietan e incomodan a los más pequeños.   

Muchas veces, el origen de estas lesiones de la mucosa oral es desconocido, pero te vamos a contar por qué suelen aparecer. Además, te vamos a compartir algunos consejos para aliviar sus síntomas y ayudar a tu niño a sentirse mejor. ¡No te lo pierdas!

¿Qué son las llagas que salen en la boca de los niños?

Las llagas que aparecen en la boca de los niños son lo que, en odontología, se conoce como aftas orales. Se trata de pequeñas heridas o ulceras en la mucosa bucal.

Si bien en general suelen ser de tamaño pequeño, algunas lesiones pueden llegar a tener un gran tamaño. Su color es blanco amarillento y se rodean por una zona inflamada de color rojo.

Provocan un dolor intenso, sobre todo en el momento de la alimentación. Pues el roce de la comida incrementa las molestias. Por este motivo, cuando los niños tienen llagas en sus bocas, apenas pueden comer y se sienten incómodos todo el tiempo.

La mayoría de las veces suele aparecer una sola llaga en la boca, pero hay casos en los que se manifiestan 2 o 3 al mismo tiempo. Además, es un cuadro recidivante, es decir, que se repite en varias ocasiones a lo largo de la vida del niño.

De todos modos, debes saber que las llagas resuelven de manera espontánea al cabo de unos días y que no provocan fiebre ni dejan secuelas.

Niño con dolor de boca.

¿Por qué aparecen llagas en la boca de los niños?

Como adelantamos, muchas veces el origen de las llagas orales es desconocido, pero existen varios factores que pueden favorecer su aparición:

  • Infecciones: provocadas por hongos, bacterias o virus. Estos últimos son los más frecuentes y la familia de los herpes simples da origen a cuadros que se manifiestan con este tipo de heridas, como la herpangina y la gingivoestomatitis.
  • Traumatismos: al comer alimentos muy duros o rugosos, al rozar los dientes durante la masticación o en el momento del cepillado dental, el niño puede lastimarse la mucosa. Esta herida se ve como una llaga dolorosa que tarda unos días en cicatrizar.
  • Estrés y situaciones de ansiedad: mudanzas, separaciones, la pérdida de un ser querido, un nuevo hermanito, el comienzo de las clases o los exámenes pueden ser desencadenantes de las aftas.
  • Alergias: las reacciones a ciertos alimentos, productos o medicamentos pueden ocasionar este tipo de lesiones en la boca.
  • Déficit de vitaminas y minerales: la carencia de hierro, de vitamina B12 y de ácido fólico son las que más se asocian a las llagas orales.
  • Enfermedades sistémicas: estas lesiones pueden ser una manifestación más dentro de un cuadro general, como la enfermedad de Behçet.
  • Herencia familiar: muchos miembros de la misma familia sufren este tipo de lesiones en la boca.

Tratamientos para las llagas en la boca de los niños

La mayoría de las llagas que aparecen en la boca de los niños no requieren un tratamiento curativo. Pues como ya te contamos, suelen remitir de manera espontánea luego de 7 a 10 días tras su aparición.

De todos modos, siempre es preferible consultar al odontopediatra o al pediatra para confirmar el diagnóstico. Los profesionales podrán buscar la presencia de otros síntomas y descartar ciertas patologías que se manifiestan de forma similar.

Además, ayudarán a los padres a identificar factores que hayan podido originar el cuadro. Tratar el origen o evitar el desarrollo las llagas en la boca de los niños es parte de la solución, sobre todo para las recidivas.

Para los niños que se sienten muy molestos y que no pueden ni comer ni descansar bien, el uso de algún antiinflamatorio puede ser necesario. En estos casos, el médico prescribirá la medicación adecuada y el modo de usarla.

Cuidados en el hogar

Al consultar al pediatra, el profesional indicará los cuidados necesarios para mantener al niño aliviado durante el cuadro. Pero además, existen algunas medidas domésticas que se pueden implementar a fin de ayudar al pequeño a sentirse mejor.

Asegurarse de que el niño beba abundantes líquidos es fundamental para evitar la deshidratación. Muchas veces, los pequeños rechazan el pecho o el biberón por las molestias que les ocasionan. En esos casos, se deben ofrecer las bebidas en taza, en jeringas o a cucharadas, pero no suspender la fuente de hidratación.

Los alimentos frescos y blandos son otra manera de aliviar las molestias de las llagas. Un helado, un yogur, unas compotas o gelatinas son las mejores opciones para las mucosas doloridas. Así mismo, es preciso evitar las comidas duras, saladas, picantes, ácidas, muy calientes o irritantes.

Si bien existen en el mercado algunos analgésicos o anestésicos de uso tópico, su uso no es recomendable en niños a menos que un profesional de la salud los indique. Las alternativas naturales o los remedios caseros (como la manzanilla, la caléndula o el hielo) también deben usarse con precaución, pues se trata de la boca de un infante.

El acompañamiento con paciencia y mucho cariño suele ser fundamental para ayudar a los pequeños a sentirse mejor. Las distracciones con juegos o con canciones suelen ayudarlos a olvidar las molestias. Las caricias y los mimos en esos días no estarán nunca de más.

En el caso de que las llagas en la boca de los niños duren más de 2 semanas, empeoren o el estado se agrave, será necesario acudir al pediatra.

Prevención

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Muchas veces, la aparición de las llagas en la boca de los niños no se puede evitar. Pero hay algunas conductas saludables que ayudan a disminuir el riesgo de que estas se desarrollen. Actuar sobre cada una de las situaciones predisponentes es la mejor manera de prevenirlas.

También, mantener una adecuada higiene bucal, limpiar los objetos que el niño se lleva a la boca y lavarse las manos con frecuencia es una manera de evitar infecciones de todo tipo.

Ofrecer una dieta saludable y variada, rica en agua, en frutas, en verduras, en carnes y en lácteos aportará las proteínas y las vitaminas necesarias para un crecimiento adecuado. Además, ayudará a evitar las lesiones por carencias alimenticias.

Obviar las comidas ácidas, calientes, picantes o muy saldas también contribuirá a limitar estas lesiones. Prestar atención e identificar qué productos o alimentos desencadenan el cuadro será crucial para evitar sus recidivas a futuro.

Acompañar al pequeño de manera amorosa ante las situaciones que le generan ansiedad y estrés también es invaluable. Y si de todos modos las llagas aparecen, con un cuidado afectuoso y responsable tu pequeño podrá transitar este período de una manera menos incómoda.


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