Niños descalzos, ¿cuáles son los beneficios?

Estar descalzo en casa, al menos por un rato, cada día ayuda al niño a mejorar su equilibrio y, por ende, su postura corporal.
Niños descalzos, ¿cuáles son los beneficios?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 21 marzo, 2019

Apenas nacen, a los niños se les coloca escarpines y otras formas de calzado para protegerlos de los objetos punzantes, los gérmenes, la suciedad y cualquier otra amenaza externa. Y aunque la preocupación de los padres es válida, puede resultar contraproducente evitar a toda costa que los niños pasen un tiempo descalzos. 

A menudo, los padres insisten en que los niños utilicen zapatos todo el tiempo porque desconocen los múltiples beneficios que tiene el hecho de que estén descalzos. Cuando los niños no están con zapatillas para salir, tienen las de estar por casa, y así, un día tras otro.

Cabe recordar que, hasta los 8 o 9 meses de edad, los bebés tienen un mayor sensibilidad en la planta de los pies que en las palmas de las manos, por ende, se sabe que acariciarles los pies influye directamente tanto en la sensibilidad táctil como en su desarrollo neurológico.

¿Por qué hay que permitir que los niños estén descalzos?

Hay que permitir que los niños estén descalzos en momentos puntuales a diario, para que puedan desenvolverse con mayor seguridad en su entorno. Y con esto, no solo nos referimos al hecho de caminar con buena postura y de mantener el equilibrio, sino al hecho de que, al establecer una conexión directa con el suelo, se crea una seguridad incluso emocional.

En otras palabras, pisar el suelo con la planta del pie permite amplificar la sensación de familiaridad y, con ello, sentir confianza en sí mismo.

1. Mejora el desarrollo del pie

Los niños necesitan tener, a diario, un tiempo sin zapatos. Aunque no lo creamos, esto ayuda a que su pie se desarrolle, a nivel físico, sin impedimentos. En este sentido, estar descalzos ayuda a que desarrollen una forma de pisar neutral (ni demasiado supina ni demasiado pronadora).

Recordemos que los pisadores pronadores son aquellos que caminan haciendo mayor fuerza en el talón; mientras que los pisadores supinos tienden a hacer mayor fuerza en la parte delantera del pie, con lo cual, pareciera que van de puntillas de aquí para allá. Y teniendo en cuenta que la pisada influye en todo, incluso en el baile, conviene prestarle atención a esto. 

Caminar descalzo estimula la capacidad de agarre de los dedos y al desarrollo correcto de los huesos y ligamentos del pie. Mientras más tarde el niño en utilizar zapatillas, será más beneficioso para su crecimiento.

2. Tienen un contacto más directo con la naturaleza

Cuando los niños están descalzos en la playa, experimentan una sensación de libertad que les resulta muy agradable e, incluso, satisfactoria; esto tiene que ver con la necesidad de tener una experiencia sensorial completa, como hace millones de años, cuando el hombre caminaba descalzo y desarrollaba sus sentidos al máximo.

Caminar descalzos es saludable para los niños, en especial, al aprender a caminar.

3. Se estimula el sistema nervioso

Por otra parte, al caminar descalzos, los niños estimulan su sistema nervioso y desarrollan un sentido de conciencia corporal superior. Al tener los pies múltiples terminaciones nerviosas y puntos de presión que transmiten información al cuerpo, estar sin calzado le permite al niño saber donde está su cuerpo a nivel de espacio y cómo moverse a través de él.

4. Pies menos propensos a lesiones

Cuando un niño está descalzo se fortalecen sus pies, la parte inferior de las piernas y los tobillos, lo que hace que sea menos propenso a sufrir alguna lesión. Además, también se fortalecen las articulaciones, los músculos de los pies.

5. Mejora su percepción del espacio

Otro de los beneficios de que un niño esté descalzo es que, mejora mucho más rápido su percepción del entorno y su relación con el mismo. Ubica e identifica los objetos alrededor, y esto le ayuda además a tener precaución ante las posibles amenazas.

¿Cuándo deben utilizar zapatillas los bebés?

Aunque algunos padres suelen colocarle zapatillas a sus hijos desde temprana edad, lo más recomendable es no calzar a los niños salvo con escarpines y medias, ya que sus pies se encuentran en pleno crecimiento y necesitan estar libres de cualquier presión. Por otra parte, se les puede calzar pero en determinados momentos o como dicen las madres: ‘para la foto’. Más tarde, cuando el niño ya comienza a dar sus primeros pasos, sí se le puede calzar durante más tiempo y, en especial, al salir al exterior.

Los bebés únicamente necesitan calzado cuando comienzan a caminar, no antes. Lo que podrían utilizar son calcetines o zapatillas de suela suave.

El tipo de calzado que se debe colocar a los niños pequeños.

¿Cómo debe ser el calzado a partir del primer año de vida?

A partir de los 12-15 meses, cuando el niño comienza a caminar y necesita utilizar zapatillas, estas deben ser adecuadas para sus pies. En caso de que el pequeño manifieste no sentirse cómodo con el calzado que utiliza, se deben probar otras opciones hasta que encuentre la comodidad. Estas son algunas características que los padres deben tomar en cuenta para encontrar las zapatillas correctas:

  • El calzado debe proteger y abrigar el pie, pero no aprisionarlo ni aislarlo de los estímulos externos. Esto quiere decir que el pequeño debe controlar su equilibrio, movimiento, postura y que la planta del pie tenga un óptimo contacto con el suelo.
  • El calzado debe ser fabricado con materiales naturales. Esto hace que ocurra una correcta sudoración de los pies y se eviten alergias.
  • Las suelas de las zapatillas deben ser antideslizantes y flexibles, así el pequeño podrá doblar el pie al caminar.
  • La punta de la zapatilla debe ser redondeada y ancha. Esto permitirá que los dedos se muevan con libertad, pero se debe tomar en cuenta que queden entre 5 y 15 milímetros entre el extremo del dedo más largo del niño y el calzado.

Caminar descalzo no es algo ‘sucio’ del todo, sino algo natural y necesario para el buen desarrollo físico de los niños. Por supuesto, no hay que irse a los extremos; ni demasiado calzado ni demasiado tiempo descalzos. Hay que saber mantener un equilibrio para que puedan haber beneficios.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Hedge, BM. Barefoot walking and running. Journal, Indian Academy of Clinical Medicine z Vol. 15, No. 1 z January-March, 2014. [Online] Avaiable at: http://medind.nic.in/jac/t14/i1/jact14i1p7.pdf
  • Ingkatecha, Onwaree. (2012). Barefoot Running. Journal of Sport and Exercise Science. 9.
  • Hollander, Karsten & van der Zwaard, Babette & de Villiers, Elbe & Braumann, K-M & Venter, Rachel & Zech, Astrid. (2016). The effects of being habitually barefoot on foot mechanics and motor performance in children and adolescents aged 6-18 years: Study protocol for a multicenter cross-sectional study (Barefoot LIFE project). Journal of Foot and Ankle Research. 9. 10.1186/s13047-016-0166-1.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.