"Ningún niño nace suelto, aprende a ser" - Icami Tiba

Los niños se acostumbran a ser sueltos cuando sus padres no les inculcan hábitos fundamentales. En este artículo te contamos cómo prevenir esta conducta.

La educación infantil no es para nada sencilla, pues en un principio la curiosidad lleva a los niños a querer actuar por su propia cuenta. Sin embargo, es el factor fundamental para transmitirles a los pequeños los valores y los modos de actuar que deben tener en cuenta para que les vaya bien a lo largo de la vida.

Ninguna persona tiene la fórmula ideal para criar apenas se convierte en padre, por esa razón el momento de la educación es complejo. No obstante, al conocer a su niño percibe cuáles son las formas ideales para fomentar el entendimiento y la convivencia.

Los temores de no saber cómo criar a un niño resultan ser bastante contraproducentes. Pues, se le da espacio a la sociedad para que opine de manera excesiva sobre cuál es el trato que se le debe dar al los hijos.

De esa manera, se pueden reproducir conductas nocivas, ya que gran parte de la población fomenta a la crianza totalmente autoritaria para evitar que los niños cometan errores.

No obstante, bajo esa percepción los padres se vuelven exageradamente estrictos. Tanto es así, que llega un punto en el que solo remarcan las actitudes negativas y consiguen que el niño les tenga miedo en cualquier interacción.

A raíz de ello, lo más recomendable es establecer una crianza en la que predomine el equilibrio y el respeto. De esa manera, se establecen acuerdos que beneficien a las dos partes y cuiden el vínculo afectivo.

El otro extremo que se tiene que cuidar

Hay que saber que también es un error que los padres no les impongan ninguna regla a sus hijos por temor a lastimarlos. Pues, los acostumbran a poder hacer lo que deseen, sin pensar en los demás ni mantener ningún hábito.

De esa manera, el psiquiatra Içami Tiba planteó que es imprescindible que los padres identifiquen las malas conductas a tiempo y fijen unos buenos límites. Así como se potencia la disciplina sanamente y se les explica a los niños por qué ese camino es el mejor para ellos.

Los niños que comienzan a crecer sin cumplir unas reglas básicas se acostumbran a no tener ninguna responsabilidad con el entorno. De esa manera, aprenden a ser sueltos y perezosos de manera involuntaria.

Por esa razón, nunca llegan a potenciar la autosuficiencia, ya que en ningún momento sienten la necesidad de establecer prioridades. De ese modo, recargan todo su futuro en sus padres.

Este actuar no solo perjudica al niño, sino que también afecta a los padres. Los mayores viven con un estrés continuo a causa de que tienen un exceso de tareas que no les permite descansar ni tener un tiempo libre para satisfacer sus propias necesidades.

¿Cómo evitar formar a un niño suelto o perezoso?

En primer lugar, es vital que los padres le indiquen responsabilidades al niño según la edad. De esa manera, desde la infancia el pequeño entiende que tiene que colaborar en el hogar para que nadie de su entorno se vea perjudicado.

En segunda medida, es indispensable que los padres le manifiesten a los niños que al tener hábitos aprenden a vivir en sociedad. Pues, se evitan las actitudes que ponen en riesgo el bienestar de las personas que se encuentran alrededor.

Finalmente, hay que transmitirle al niño que el autocontrol es un factor que le permitirá alcanzar el éxito. Esto ya que le dará la sabiduría para superar los obstáculos, valerse por sí mismo y llegar a conquistar todo lo que se proponga.

Reflexión final

La crianza de los padres es indispensable para que los niños desarrollen cada una de las habilidades que necesitan para la vida. De esa manera, lo ideal es acompañar al niño en cada instante, para percibir sus necesidades y actuar a tiempo de la mejor manera.

Bajo el diálogo se encuentra la forma más segura de educar a un hijo, pues permite explicarle lo que está bien y lo que está mal sin que se sienta atacado o lo pase por alto hasta que sea tarde.