Cómo motivar a los niños tras una mala noticia

Cómo motivar a los niños tras una mala noticia
Pedro González Núñez

Escrito y verificado por el educador infantil Pedro González Núñez.

Última actualización: 07 abril, 2021

A toda madre nos encantaría que nuestros hijos no tuvieran que sufrir. Sin embargo, los sentimientos de frustración, dolor y pérdida son inherentes a la propia vida. Por fortuna, tenemos fórmulas y herramientas para motivar a los niños tras una mala noticia.

Cuando hablamos de malas noticias que hemos de comunicar a los niños, el abanico es muy amplio. Las más duras suelen estar relacionadas con la muerte de un ser querido, un familiar o una mascota. Sin embargo, no son las únicas. También pueden ser muy duras para ellos un cambio de domicilio, la vuelta al cole, un amigo enfermo…

Sea como fuere, no debemos impedir que nuestro pequeño sufra, pues es imposible. Aunque nos gustaría protegerlo y guardarlo bajo un manto para que no lo pase mal, como decimos, es algo normal en la vida. De hecho, superar estas experiencias serán lecciones que le ayudarán a ser una personita más autónoma, resiliente y responsable, siempre que se haga de forma adecuada.

Qué sucede en el niño tras una mala noticia

Generalmente, una vez hemos dado una mala noticia a un niño, se establecen tres fases en su asimilación de la nueva información. Es necesario conocerlas para saber cuándo es mejor comenzar a motivar al chico:

  • Una primera fase se refiere a la pena. El chico muestra sus emociones de pérdida o desconsuelo de forma espontánea, pues ha recibido una noticia que le resulta dolorosa.
  • Tras la pena, llega una segunda fase de codificación. No podemos estar toda la vida sufriendo, así el pequeño codifica el dolor para hacerlo más comprensible y llevadero.
  • La tercera fase es la de aflicción. Nos queda un recuerdo de la situación anterior a la mala noticia, ya sea una persona fallecida, un antiguo hogar…
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Fases del niño para la aceptación de malas noticias

Ahora bien, mientras estas tres fases estipuladas son más o menos constantes en todos los niños, no tienen la misma forma de aceptar una mala noticia los chicos pequeños que los más mayores. Es decir, no es lo mismo motivar a un pequeño de 4 años que a un joven de 11, por ejemplo.

Los niños, antes de los 3 años, apenas tienen conciencia de que alguien se ha ido o se han mudado. No obstante, hemos de llevar la situación con naturalidad, tratando de evitar que las connotaciones negativas afecten al chico para no crear posibles futuros traumas.

Para niños en edades comprendidas entre 3 y 6 años, ya son más conscientes de lo que sucede a su alrededor y cómo les atañe. Es importante que naturalicemos la situación, les escuchemos y seamos capaces de explicar todo cuanto sucede. De lo contrario, podría sufrir trastornos del sueño, de la alimentación o incluso del control de los esfínteres.

Para los chicos más mayores, el afrontar una mala noticia es mucho más complejo. No obstante, han desarrollado herramientas de protección para evitar un sufrimiento excesivo. Es necesario que no se encierren sobre si mismos y expresen sus sentimientos con libertad cuando estimen que ha llegado el momento.

3 claves para motivar al niño ante una mala noticia

Ante una mala noticia, el niño va a sufrir. No obstante, hemos de estar a su lado para ayudarle en cuanto necesite. Es una tarea dura, pero tenemos que lograr que expresen sus sentimientos de forma natural. Para ello, lo mejor es no dulcificar en exceso para evitar promover confusión en el pequeño.

Una segunda clave la encontramos en la honestidad. No es necesario entrar en detalles, pero tenemos que ser sinceras con el niño. Según su edad y nivel de comprensión, hablaremos con el chico con claridad, le responderemos a todas sus preguntas y usaremos un lenguaje diáfano que no ayude a confundir.

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En tercer y último lugar, tampoco debemos dar más importancia de la que realmente tiene la mala noticia. Es decir, que puede ser muy negativa para ti como madre, pero tal vez no para el niño. Así que no podemos volcar en ellos ni un ápice de nuestro dolor y frustración. Si nos ven sufriendo, vendrán a ayudarnos, pero no deben hacerlo por sentimiento de culpa o porque nosotras les llevamos ante una situación límite porque lo pasamos mal.

En resumen, motivar a un niño tras una mala noticia es una necesidad perentoria. Jamás dejaremos que el pequeño sufra más de lo necesario. Pero si somos sinceras con ellos y nos ponemos en su lugar, podrán expresarse libremente y aprovechar estas situaciones como experiencias que les ayuden a crecer y ser más empáticos y comprensivos.


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