6 mitos sobre el cepillado de dientes

Descreer ciertos mitos sobre el cepillado de dientes es fundamental para ocuparse de la salud bucal de los niños. Entérate aquí de algunas creencias erróneas.
6 mitos sobre el cepillado de dientes
Vanesa Evangelina Buffa

Revisado y aprobado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 12 noviembre, 2021

Prestar atención a la higiene dental desde la niñez es fundamental para llegar a la edad adulta con una boca sana. Pero existen varios mitos sobre el cepillado de dientes que pueden confundir a los padres a la hora de cuidar la boca de sus pequeños.

La desinformación es un factor limitante y perjudicial para la salud. Por el contrario, tener en claro qué se debe hacer y qué evitar nos ayuda a tomar mejores decisiones y hacerlo a conciencia.

En este artículo te contamos 6 mitos sobre el cepillado de dientes que debes conocer para cuidar mejor la boca de tus hijos. ¡No te lo pierdas!

1. El cepillado de los dientes de leche no es importante

Muchos padres creen que como las piezas de leche son transitorias, no vale la pena su cuidado. En realidad, estos elementos dentarios cumplen un rol muy importante en el desarrollo y en la salud del niño.

Por un lado, los dientes temporarios sirven para que la boca pueda cumplir sus funciones sin problemas: masticar, comer y hablar. Por otro lado, su presencia en la boca ayuda a guardar el espacio necesario para los definitivos y ayuda a guiar su correcta erupción.

Entonces, si los dientes de leche se enferman o se pierden de manera prematura, se pueden producir maloclusiones a futuro.

Finalmente, estas piezas cumplen un rol social muy importante, ya que el aspecto de la sonrisa ayuda a que los niños interactúen con los demás sin complejos ni vergüenza. Por esta razón, su cuidado debe comenzar incluso desde antes de que los dientes aparezcan en la boca, con la correcta higiene de las encías luego de la alimentación.

Tras la salida del primer elemento dentario es momento de comenzar con el cepillado. Se ha de usar un cepillo para niños, de cerdas suaves y una pasta dental con una dosis de flúor adecuada para la edad.

Los adultos son los encargados de ocuparse de la limpieza de los dientes hasta que el niño pueda hacerlo por sí mismo, lo que ocurre entre los 6 y 8 años. Luego, los padres deben acompañar y supervisar que la técnica de higiene sea la correcta.

Las revisiones con el odontopediatra desde el primer año de vida del niño ayudan a mantener la boca saludable.  En el control, el profesional revisa el estado de salud dental y asesora a los padres acerca del correcto cuidado de la boca en casa.

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2. Cepillarse una vez al día es suficiente

Este es otro de los mitos que puede traer inconvenientes en el estado de salud bucal, pues lo ideal es cepillar los dientes al menos 2 veces al día: al levantarse y antes de acostarse por la noche.

Con 2 o 3 cepillados diarios se desorganiza la placa bacteriana que se deposita sobre las superficies dentarias. De esta manera, se evita su acumulación y la producción de los ácidos responsables de las caries.

Además, el cepillado dental debe durar alrededor de 2 minutos. A los papás les puede resultar de ayuda cantar la canción del feliz cumpleaños mientras realizan la tarea u optar por cepillos con temporizadores.

3. Los niños no deben usar pasta dental

La creencia de que no es necesario usar pasta dental en los niños es otro de los mitos sobre el cepillado de dientes que se escucha con frecuencia.

En realidad, por varios años se recomendó no usar pastas dentales fluoradas en los menores de 2 años. Pero en la actualidad, se aconseja comenzar a usar pasta de dientes con flúor tan pronto se empiece con el cepillado. Eso sí, es necesario prestar atención a las concentraciones de dicho elemento en el producto y colocar solo la cantidad necesaria.

El exceso de pasta dental puede dar origen a problemas de fluorosis, motivo por el cual los adultos deben dosificar la pasta en las cantidades adecuadas para cada edad.

Según la Asociación Odontológica Americana (ADA), se recomienda usar la pasta de dientes de la siguiente manera:

  • En niños de 0 a 3 años se debe colocar una pequeña mancha de producto sobre el cepillo, menor a un grano de arroz.
  • En infantes de 3 a 6 años la cantidad de pasta a usar es del tamaño de un guisante. A esta edad se debe motivar a los pequeños a escupir todo el producto después del cepillado.
  • En mayores de 6 años la dosis de pasta a usar es de aproximadamente 1 centímetro.

Estas son las dosis sugeridas en términos generales, las cuales pueden variar ligeramente según el caso. De todos modos, lo ideal es que el odontopediatra aconseje a cada familia sobre este y otros aspectos de la higiene, según el riesgo de caries del niño.

4. Si se usa enjuague bucal no es necesario cepillar los dientes

Las cerdas del cepillo son las únicas capaces de barrer y desorganizar la placa bacteriana, por lo que este elemento es indispensable en la higiene buco dental.

El uso de colutorios dentales puede aportar algunos beneficios extra, como la disminución de los microrganismos o el aporte agregado de flúor para prevenir las caries.

El uso del cepillo de dientes no debe ser nunca reemplazado por el colutorio y de hecho, la necesidad de estos productos queda a criterio del odontopediatra.

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5. El cepillado limpia todas las superficies dentarias

Es cierto que un buen cepillado dental debe alcanzar todas las caras de todos los dientes de la boca. Así, las cerdas limpian la porción interna, la externa y las superficies oclusales. Pero las caras interdentales no logran ser alcanzadas por el cepillo y para poder higienizarlas es necesario recurrir al uso del hilo dental o a los cepillos especiales para ello.

Con la seda dental se completa la higiene de las piezas dentarias y se elimina la placa bacteriana y los restos de comida que se acumulan.

6. Hay que cepillarse los dientes con fuerza

Existe la creencia de que mientras más enérgicos sean los movimientos de limpieza, mejores serán los resultados. Pero esto no es así.

Un cepillado dental rápido, con fuerza y brusquedad no solo no elimina las bacterias correctamente, sino que además desgasta las superficies dentarias y traumatiza las encías.

Los movimientos controlados, precisos y suaves son menos dañinos y mucho más efectivos. El cepillado debe ser consciente, para limpiar de manera correcta cada rincón de la boca y sin lesionar sus estructuras.

La ayuda del odontopediatra

Ocuparse de la salud bucodental es una tarea que comienza desde la infancia. Ayudar a que los pequeños de la casa incorporen hábitos saludables desde edades tempranas es responsabilidad de los adultos que los cuidan.

Por esta razón, es fundamental ser cuidadosos con la información que llega de internet o de familiares y amigos. En la actualidad, es común encontrar remedios caseros o mitos sobre el cuidado de la boca que, como has visto, pueden resultar perjudiciales.

La clave para brindar una buena salud oral a los más pequeños es visitar con frecuencia al odontopediatra. Con las visitas al dentista y con adultos responsables e informados, la sonrisa de los niños estará en buenas manos.


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