Método Baretta: el camino para elegir el sexo del bebé
La bioquímica argentina Adriana Baretta ha diseñado un protocolo dietético que permite elegir el sexo del bebé: el método Baretta.
Este procedimiento se basa en los cambios fisiológicos que provoca la dieta sobre la formación del moco cervical de la madre, lo cual influye en la concepción de una niña o de un niño.
Ahora bien, a pesar de esto hay que tener en cuenta que la evidencia existente respecto a este mecanismo es muy limitada. Si bien es cierto que el aporte nutricional puede influir sobre ciertos parámetros biológicos, no se ha determinado con certeza esta asociación.
Bases del método Baretta
Recientemente se ha descubierto que la madre tendría el poder de escoger qué espermatozoide fecundará a su óvulo, de un modo involuntario y dentro de unos ciertos límites. En este sentido, la alimentación podría tener un rol destacado en esta misión.
Al modificar la pauta dietética se provocan cambios en el pH del moco cervical de la mujer. Este cambio modifica la capacidad móvil de los espermatozoides y esto determina la proporción de cromosomas XX y XY dentro de la cavidad vaginal.
A partir de este hecho, se plantea la hipótesis de la posibilidad de alterar las probabilidades de concebir un niño o una niña, según los micronutrientes que recibe la mamá.
La influencia de la dieta sobre el sexo del bebé
Según la bioquímica, para influir sobre el sexo del bebé es preciso plantear una dieta diferencial según el caso y regular el consumo de sodio, de calcio, de potasio y de magnesio. Así mismo, restringir la ingesta de ciertos alimentos que modulan las propiedades del moco cervical.
Veamos a continuación algunos consejos para elegir el género del pequeño:
- Si el objetivo es concebir un niño, es necesario enfatizar la ingesta de sodio y de potasio, pero limitar la presencia de magnesio y de calcio en la dieta. Por este motivo, es clave consumir alimentos como los plátanos, los zumos y los pescados ahumados.
- Si se desea tener una niña hay que aplicar la estrategia contraria, la cual prioriza el consumo de calcio y de magnesio. En este escenario es preciso asegurar la ingesta de lácteos y de verduras, además de las legumbres.
La evidencia detrás de este método
A pesar de lo prometedor del método, lo cierto es que no existen evidencias que sustenten su eficacia.
El desarrollo del sexo de los bebés se basa en un mecanismo bastante complejo, tal y como afirma una investigación publicada en la revista Early Human Development. De hecho, la biología se asegura la supervivencia de la especie por medio de una distribución similar entre los hombres y las mujeres.
Por este motivo, es extraño pensar que una modificación del aporte nutricional consiga realmente ejercer un cambio en las probabilidades de concebir un niño o una niña. De ser así, la dieta de una determinada población podría condicionar la conservación de la especie.
Asimismo, limitar la ingesta de determinados nutrientes al momento de buscar un embarazo puede ser poco adecuado para la salud. El déficit de ciertos elementos esenciales en la dieta puede favorecer el desarrollo de patologías crónicas. Por ejemplo, un aporte inadecuado de calcio ha demostrado incrementar el riesgo de sufrir osteoporosis a futuro.
Entonces, lo mejor siempre es plantear una dieta variada y equilibrada en cualquier etapa de la vida. No conviene enfatizar en exceso el aporte de determinados nutrientes, a no ser que exista un motivo médico para ello. Sino, resulta óptimo mantener la ingesta dentro de los valores recomendados por los especialistas en nutrición.
El método Baretta, un mecanismo falto de evidencia
Como has podido comprobar, no existen investigaciones que puedan afirmar que el método Baretta sea realmente efectivo. La única forma de elegir de manera certera el sexo del bebé es por medio de la fecundación in vitro, ya que en esos casos es posible conocer la información genética de los embriones. Todos los demás remedios naturales parecen tener un efecto poco o nada significativo.
Ahora bien, a la hora de plantear la dieta para buscar un embarazo es determinante asegurar un aporte nutricional óptimo de la mamá y del papá. Para ello, hay que promover el consumo de los alimentos frescos frente al de los ultraprocesados industriales, así como evitar los refrescos y las bebidas alcohólicas.
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