Meningitis en niños: síntomas, causas y tratamiento

La meningitis es una de las enfermedades potencialmente graves de la infancia y niños mayores. Aun así, existen formas de prevenirla. Te contamos de qué se trata.
Meningitis en niños: síntomas, causas y tratamiento
Marcela Alejandra Caffulli

Escrito y verificado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 11 marzo, 2022

El cerebro es un órgano primordial para la vida de los humanos. Junto a otros órganos, conforma el sistema nervioso central (SNC) y cumple una rol “ejecutivo” en el cuerpo. Este aparato está recubierto de membranas (meninges) y una capa líquida (líquido cefalorraquídeo) que lo protegen de lesiones externas como los traumatismos o las infecciones. Cuando las meninges se inflaman, el cuadro resultante se denomina meningitis.

¿Cómo se produce la meningitis?

La inflamación de las meninges tiene varias causas, pero la mayoría de las veces se trata de infecciones. Tras el ingreso de gérmenes al organismo (principalmente por las vías respiratorias altas), se desencadenan mecanismos para sortear el sistema de defensas.

Algunos gérmenes avanzan y logran ingresar al torrente sanguíneo y, más adelante, penetran las barreras que protegen el SNC. Una vez allí se alojan en el líquido cefalorraquídeo y comienzan a replicarse, provocando la sintomatología característica de la enfermedad.

¿Qué gérmenes la causan?

La mayoría de las veces, las meningitis son de causa viral. Estos cuadros pueden aparecer de forma aislada o por brotes (es decir, que ocurran varios casos en un momento y en un lugar determinado).

Según el virus y el lugar del mundo en el que nos encontremos, será la época del año en que ocurran. Los virus más frecuentes son aquellos que causan diarrea (Enterovirus), aunque también se han aislado otros como herpes, sarampión, parotiditis (paperas) o gripe. Y así lo evidencia esta información de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Niño enfermo con meningitis.

Las meningitis también ocurren por infecciones bacterianas, siendo estas generalmente más severas y abruptas que las anteriores. Las bacterias que las producen varían según la edad y su frecuencia también está determinada por los índices de vacunación de la población. En España, según el Ministerios de Sanidad , Consumo y Bienestar Social, las más frecuentes son las siguientes:

  • Recién nacidos: Streptococcus Agalactiae, Escherechia Coli y Listeria monocytogenes.
  • Lactantes y niños pequeños: Streptococcus neumoniae (Neumococo), Neisseria Meningitidis (meningococo) y Haemophilus Influenzae tipo b.
  • Adolescentes y adultos jóvenes: meningococo y neumococo.
  • Adultos: neumococo, meningococo y H. Influenzae tipo b.

¿Quiénes tienen más riesgo de enfermar?

El riesgo de contraer la enfermedad está directamente relacionado con el grado de madurez del sistema de defensas del organismo, llamado sistema inmunitario.

Los niños pequeños no cuentan con las defensas necesarias para combatir los gérmenes causales de la meningitis, por ello, el 80 % de las veces el cuadro ocurre en menores de 10 años, según señala este estudio publicado en Infectología pediátrica .

Además de los niños, también tendrán más riesgo de enfermar aquellas personas con deficiencias inmunitarias, como, por ejemplo, por cáncer o por la infección con VIH (virus de la inmunodeficiencia humana).

¿Cómo se contagia?

Los gérmenes causales de la meningitis se transmiten de persona a persona. Habitualmente, quien lo porta, ya sea con o sin síntomas de enfermedad, lo libera a través de secreciones nasales o por gotas de saliva.

El germen ingresa al nuevo hospedero a través de la boca o nariz y colonizará las respectivas mucosas. Según el estado inmunológico del hospedero, se mantendrá en ese sitio, causando un cuadro localizado (como un catarro de vías aéreas superiores) o ingresará a la sangre produciendo una infección diseminada. Según señala la misma información de la AEP que ya hemos mencionado más arriba, solamente en un bajo porcentaje de casos esta infección evolucionará a una meningitis.

Es importante destacar que un alto porcentaje de adolescentes y adultos portará estos gérmenes sin saberlo (portadores asintomáticos), pudiendo transmitirlo a los más vulnerables, como los niños pequeños.

Signos y síntomas de meningitis en niños

La sintomatología varía según la edad del paciente y la causa. Esto también aplicará para el curso de la enfermedad (rápida o lenta progresión), así como la gravedad (leve, moderada o severa).

Según la edad, y teniendo en cuenta las informaciones del estudio publicado en Infectología pediátrica, los síntomas cardinales son los siguientes:

  • Los recién nacidos presentan manifestaciones poco específicas pero muy llamativas. Es habitual constatar cambios en la temperatura (fiebre o hipotermia), rechazo al alimento, alteraciones en el estado de conciencia (extremadamente irritable o somnoliento), vómitos reiterados o agitación permanente. En algunos casos, también convulsiones.
  • En lactantes (menores de 1 año): fiebre, rechazo al alimento, vómitos, irritabilidad, convulsiones o marcada tendencia al sueño. Es común que se abulte la fontanela y se palpe más tensa de lo habitual.
  • En niños mayores de un año, se observa la forma clásica de presentación: fiebre alta, dolor de cabeza, vómitos, rigidez de nuca y otros signos de irritación de las meninges (como la molestia ocular con la luz o fotofobia). En algunos casos también podrán aparecer convulsiones o signos de compromiso neurológicos, como parálisis musculares o visión doble (diplopía)

¿Cómo se diagnostica la meningitis?

Cuando se sospeche la enfermedad por los signos y síntomas, será importante realizar una punción lumbar con el fin de obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo para estudio. Según los datos obtenidos, podremos diferenciar si se trata de causa viral o bacteriana y, en este último caso, aislar el germen causal a través de un cultivo.

Además de la punción lumbar, es recomendable realizar un análisis de sangre para distintas determinaciones, entre ellas un cultivo de sangre que permita detectar la presencia de gérmenes. En los casos en los que sea necesario, se podrá practicar algún estudio de imágenes, como una tomografía computarizada.

¿Cuál es el tratamiento de la meningitis en niños?

La opción de tratamiento dependerá del cuadro clínico inicial, la edad del paciente y la sensibilidad de las bacterias a los antibióticos comúnmente usados en ese entorno.

En caso de que se sospeche una meningitis bacteriana, el tratamiento antibiótico debe iniciarse tan pronto como sea posible. Lo idea sería después de tomar las muestras de cultivo, pero esto no siempre será posible.

La elección del antibiótico dependerá de muchos factores, pero estará establecido en las normas de cuidado de cada institución. Una vez obtenido el germen causal en el cultivo, se podrá adecuar el fármaco a la sensibilidad de ese microorganismo.

No existe evidencia clara acerca del uso de corticoides, por lo que esta opción quedará sujeta a las condiciones particulares del paciente.

¿Puede dejar secuelas en los niños?

En los casos más severos, la meningitis bacterianas podrían provocar secuelas a largo plazo. Aun así, se sabe que con el adecuado tratamiento, la tasa de mortalidad se reduce a menos del 10 % en niños mayores de un mes.

Si bien no siempre ocurren, se han descripto las siguientes complicaciones en pacientes que padecieron meningitis bacterianas:

  • Trastornos visuales.
  • Sordera.
  • Convulsiones recurrentes.
  • Trastornos del comportamiento.
  • Dificultades en el desarrollo del lenguaje.
  • Problemas del aprendizaje.

En contraparte, las meningitis virales suelen tener un buen pronóstico y las secuelas son excepcionales.

¿Cómo puedo prevenir la meningitis en niños?

Niño poniéndose la vacuna de la meningitis.

Los gérmenes causales de la meningitis son frecuentes en nuestro entorno habitual. De hecho, muchas veces quien los porta desconoce esta condición, ya que los adultos no siempre manifiestan síntomas.

Es importante mantener buenas prácticas de higiene, como lavado de manos frecuente, el distanciamiento de personas que cursen cuadros respiratorios, la correcta ventilación de los ambientes y evitar las condiciones de hacinamiento.

En caso de haber mantenido contacto con enfermedad documentada por meningococo o por H. Influenzae tipo b, es necesario iniciar un tratamiento antibiótico preventivo postexposición. De esta manera, se puede evitar la enfermedad grave por estos gérmenes.

En la actualidad existen vacunas disponibles para prevenir las infecciones por los distintos microorganismos que causan la meningitis y muchas de ellas están incluidas en el calendario de vacunación obligatorio, que aparece en el documento del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social que ya hemos mencionado con anterioridad.

En lo que a la meningitis en niños respecta…

La meningitis es una enfermedad potencialmente grave y en muchos casos prevenible. Afecta principalmente a los niños pequeños y puede asociarse a complicaciones serias a largo plazo. Afortunadamente, contamos con varias estrategias de prevención, como la vacunación, que no solo ofrecerán una protección individual, sino que, además, tendrán un efecto de protección comunitaria.


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