Después de tu primer embarazo te encuentras otra vez en la misma situación, salvo por una gran diferencia, ya no eres primeriza. A partir de ahora tu nueva maternidad va a ser totalmente diferente y te contamos hasta qué punto.
Cuando somos madres primerizas vivimos en un mundo paralelo a la realidad de la maternidad, lo idealizamos todo, y ponemos a nuestro hijo en una burbuja. Pretendemos ser la madre perfecta, afortunadamente llega un momento en el que ponemos los pies en el suelo, a base de bastantes dosis de realidad.
Es entonces cuando viene el segundo hijo, la búsqueda de la perfección simplemente ya no es importante y nos damos cuenta cómo cambia la maternidad de tener un hijo a tener dos.
La experiencia es la base de tu segunda maternidad
La experiencia es un grado y aquí más todavía, ya has pasado por la fase de ensayo y error con tu primer hijo y sabes lo que quieres, y lo que es más importante, lo que no quieres porque ya has aprendido de tus errores. Aun así, este bebé es otra persona, probablemente lo que funcionaba con el primer hijo no funciona con el segundo, aún así tienes mucho camino recorrido ya.
Las visitas, el espacio personal y el de pareja, las necesidades básicas y la estructuración de los valores familiares, son aspectos que ya tienes más o menos claros.
Te conviertes en una mamá práctica
Si puedes aprovechar toda la ropa de tu primer hijo, eso que te ahorras. Tu bebé irá protegido y bien abrigado utilizando la ropa de su hermano. Es absurdo volver a gastar dinero en ropa que ya tienes, y ese dinero que ahorras te vendrá muy bien porque ahora son dos hijos los que tienes, y el doble de gastos.
Además, eres toda una experta en optimizar el tiempo, ahora eres capaz de vigilar a los dos niños a la vez mientras hacen cualquier cosa, bañarlos juntos o dar de comer a los dos en el tiempo en el que antes no había comido el primero.
Cómo va a afrontar tu hijo la llegada de un hermanito
El primer hijo, al estar acostumbrado a ser el único y recibir el afecto y atención de padres, se puede sentir desplazado cuando aparece un hermano con el que debe compartir todo su mundo. Un hermanito ocasiona celos en la mayoría de los niños.
Es importante hacer participar al hermano mayor en las tareas que conlleva la llegada de un bebé, tiempo antes de que llegue el momento de dar a luz, y darle la importancia justa.
Hay que valorar a nuestros hijos delante de familiares y visitas, tratando de omitir comentarios negativos y sobretodo las comparaciones sobre parecidos, nunca jamás los compares y menos aún delante de nadie.
Debemos tener en cuenta que hasta los seis años, el niño se caracteriza por ser egocéntrico, esto le hace sentirse el centro del universo. Por eso repite constantemente “esto es mío”. Un hermano le obliga a compartir, incluso lo más importante para él como es la atención de sus padres. Y le tenemos que dar un tiempo para adaptarse a la nueva situación.
Afortunadamente los celos infantiles suelen evolucionar favorablemente en un plazo más o menos largo de tiempo. Se trata de un estado emocional característico de la infancia y prácticamente en todas las familias, los niños pasan por una etapa más o menos larga de celos, así que no queda otra que pasarlo.
El tiempo pasa mucho más rápido con tu segundo hijo
Parece una tontería pero no lo es, tu segundo hijo está mucho más despierto al mundo , aprende más rápido y es que tiene un gran maestro, tu primer hijo. Las etapas van pasando mucho más rápidas, porque tú atiendes a los dos a la vez, y cuando te quieres dar cuenta ya lo tienes gateando o corriendo por el pasillo.
Por eso ahora más que nunca¡ disfrutalo y disfruta de los dos! Porque tu pequeño bebé pronto será el mejor compañero de aventuras de tu hijo mayor.
Y no olvides que una de las cosas más maravillosas que te está aportando esta segunda maternidad es la experiencia, que te permite estar más relajada, y disfrutar al máximo de todos los momentos sin centrarte tanto en las preocupaciones.
Bibliografía
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