¿Cómo manejar las pataletas de los niños?

¿Hay algo que te haga sentir más incómodo que las pataletas de tu hijo en público? Aun siendo uno de los aspectos que más preocupan a los padres, estos berrinches son normales en niños de entre 2 y 4 años. Descubre en este artículo cómo evitar y manejar las rabietas del pequeño.

Cómo manejar las pataletas es uno de los aspectos que más preocupan y angustian a todo padre. Sea en público o en privado, los niños se hacen sentir a través de este artilugio en el cual pueden expresar con vehemencia su enojo, ira o frustración.


Estos berrinches son comunes en pequeños de entre 2 y 4 años, quienes exteriorizan de esta manera reacciones emocionales intensas. Afortunadamente, las pataletas son parte del desarrollo normal de los menores y desaparecen a los 5 años.

Sin embargo, para que estas rabietas no se conviertan en un problema, debemos saber combatirlas de una manera acertada y eficaz. Descubre en este artículo por qué tu hijo se manifiesta mediante pataletas y cómo manejarlas.

Pataletas en niños, ¿cómo evitarlas?

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Según los expertos, las pataletas son absolutamente normales, lo que no es normal son las reacciones de los padres ante ellas. Incluso, al desconocer cómo evitarlas desde su aparición, puede que se prolonguen hasta los 8 años aproximadamente.

Para evitar las pataletas, debes comprender que los adultos formamos a los niños, y para ello necesitamos crear hábitos. Si carecemos de ellos, difícilmente podamos enseñarlos. Lo correcto es mostrarle el comportamiento y las acciones que esperamos de ellos.

Por lo tanto, el diálogo es fundamental para que aprendan a acepar la negativa de su entorno y a sobrellevar frustraciones o enfados. La absurda creencia de que los niños no comprenden lo que hacen o lo que se les dice cuando se les regaña, los convierte en pequeños manipuladores.

Además algunos niños pasan muchas horas fuera de casa, sea porque sus padres trabajan o están separados. Estos chicos carecen de hábitos claros y coherentes, dado que sus reglas varían de acuerdo a su tutor, lo cual genera desorden y confusión, pues los nenes no saben a qué acogerse en cada sitio.

Consejos para manejar las pataletas infantiles

Para combatir las pataletas, enséñale a tu hijo que las rabietas no dan resultado, recordando que los berrinches no existen si no hay un público que reaccione ante ellos. Es importante ayudar al niño a poner en palabras sus sentimientos, a que puedan expresarse.

Ante una eventual rabieta, lo ideal es convertirse en un buen ejemplo, manteniendo la calma y evitando gritar o pegarle. Por ello, los especialistas aconsejan fundamentalmente no perder el control ante estas situaciones y recurrir a los siguientes consejos:

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1. Conserva tu autoridad

Para que tu hijo comprenda que con las pataletas no obtendrá lo que desea. Las pataletas no se premian ni se castigan, con lo cual daremos a entender al pequeño que sus berrinches no producen cambios a favor ni en contra.

Se trata de sembrar respeto mutuo. Pues así como sugerimos que no actúes de manera excesiva con el niño, el nene tampoco debe ser irrespetuoso contigo. Por tanto, mantente firme pero franco, hablándole con firmeza con una postura corporal igual de firme y segura, mirándolo a los ojos, ubicándonos a su altura.

2. Ten paciencia y espera que se tranquilice sólo

Deja que el niño se desahogue, explicándole que es mejor evitar esa manifestación iracunda. En la crisis no escuchará razones, no obstante ve introduciendo poco a poco palabras que le indiquen que nada cambiará la decisión tomada o la realidad de los hechos.

3. No te aflijas ante pataletas en público

No te dejes intimidar ni te irrites ante una rabieta. Si el niño percibe que sus incontrolables explosiones surten efecto, tenderá a utilizarlas de manera deliberada.

4. Olvídate del castigo físico y la violencia psicológica

¿No serían estos excesos acaso, las pataletas del adulto? Pues ambos recursos, lejos de ayudarte a enfrentar la situación, vuelcan al pequeño en una actitud temerosa, debilitan su personalidad y le impiden enfrentar situaciones nuevas o complejas.

5. Demuéstrale tu amor

Sí, incluso cuando creas que no merezca tus consideraciones y más molesta te sientas, expresa tu cariño. Hazlo en especial en esos momentos críticos para no dañar su autoestima, distinguiendo entre la persona y su comportamiento.

6. Apoya y estimula al niño que expresa frustración o fatiga

Las pataletas pueden ser producto de la ira que les provoca no poder hacer algo, no ser comprendidos por los mayores o por la dificultad que representan las tareas escolares. En tales casos, escucha a tu hijo y estimúlalo, e incluso destaca su perseverancia.

7. Atiende las necesidades del pequeño

En ocasiones, los niños tienen una mayor tendencia a las rabietas cuando están cansados o con hambre. Incluso, estos ataques de ira puede incrementarse si incuba o sufre alguna enfermedad. Descarta éstos factores para controlar las pataletas de los niños.

8. Ignora las pataletas injustificadas

No prestes atención si el niño busca salirse con la suya, llamar la atención o exigir algo. No interfieras si el pequeño no se inclina por un comportamiento destructivo. Si llora, se arroja al piso, golpea y patea objetos, se orina encima o fabrica arcadas, aléjase hasta que recupere el control.

Otra opción que te puede sonar paradójica es abrazarlo. En efecto, si lo tomas en tus brazos tenderá a quedar inmovilizado y el calor y el afecto, harán que la energía se disipe y retornará poco a poco a la calma.

En un documento de UNICEF se denomina a la técnica Dar contención: “Si le cuesta salir de su rabieta y no sabemos cómo ayudarlo, podemos hacerlo diciéndole: «Te voy a ayudar a que salgas de esto». También lo podemos hamacar, cantarle o abrazarlo para calmarlo”.

9. Enseñarle que toda acción trae consecuencias

Lo que más le cuesta entender a un niño es que todo lo que hacemos genera consecuencias. Los comics y dibujos animados, que consume con asiduidad, le pueden hacer creer que pase lo que pase todo seguirá igual,

Y por supuesto no es así. Las acciones provocan transformaciones que pueden ser leves y transitorias, o bien, profundas y duraderas. Este duro aprendizaje tiene que estar entre los objetivos a enseñar y aprender.

De modo que al hacer una pataleta y perder el control lo llevaría a acometer acciones insensataz, duraderas e incluso permanentes, según la gravedad. Mostrarle que sus acciones fuera de tono y de lugar transforman lo apacible en algo incómodo y desagradable forma parte de las lecciones que imparte la escuela de las emociones.

Aprovecha las fracturas para mostrar las grietas y enseñar a reparar las heridas.

S.O.S., pataletas destructivas

Cuando las rabietas son perturbadoras, como cuando el niño golpea a sus padres o causa daños materiales, no lo pases por alto y acude a suspensiones temporales. Esto consiste en llevar al niño a otro sitio, por ejemplo su cuarto, para que permanezca allí entre 2 y 5 minutos.

Sobreprotectores, ¡abstenerse! Incurrir en este craso error implica excederse en el cuidado del menor, con lo cual no lo dejamos ser ni permitimos que tome decisiones para resolver conflictos. Además, no podrán tolerar el fracaso e incluso experimentarán cierta molestia cuando se sienten ahogados por sus padres.

Bibliografía

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