Madres arrepentidas: los condicionantes sociales de la maternidad

¿Alguna vez te preguntaste lo que puede llegar a sentir una madre arrepentida? Descubre algunas verdades al respecto que te permitirán entender el problema de una mejor manera.
Madres arrepentidas: los condicionantes sociales de la maternidad
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 04 julio, 2021

Muchas mujeres no desean ser madres, pero saben que acabarán siéndolo. De alguna manera mirar atrás no está permitido en la maternidad, las madres arrepentidas no existen. Sin embargo, en un ambiente libre de tabúes, Orna Donath, socióloga israelí de 40 años, logró desentrañar los secretos de algunas madres.

En una investigación que incluyó la versión sobre la maternidad de más de 20 mujeres, la especialista retrató su propia versión. Ella ha decido no ser madre y al respecto ha recibido críticas con tinte de amenaza. “¡Te arrepentirás de no ser madre!”, esta advertencia es generalizada y proviene de personas que al parecer quieren lo mejor para nosotras.

En gran medida, causa polémica hablar sobre una emoción que es natural. Como lo contempla la experta y lo sabemos todos, el arrepentimiento existe en muchos ámbitos de la vida. Las personas podemos arrepentirnos de muchas cosas, ¿por qué no de la maternidad? Lastimosamente, esto es algo que tiende a ser relacionado con el amor a los hijos. No estar conformes con la maternidad puede volvernos “malas madres” a los ojos de la sociedad.

De alguna manera socialmente nos condicionan para que acabemos por arrepentirnos de la decisión de no ser madres. Nos señalan el futuro, nos auguran soledad y advierten sobre la caducidad de la fertilidad.  Difícilmente este tipo de condiciones quede sin efecto, la mayoría lo pensará y terminará por aceptar su “destino”. Al final el conjunto tendrá razón, nos dedicaremos a ser madres, como la sociedad manda.

El secreto de las madres arrepentidas

No hablar del tema es la clave principal, sonreír y pretender que todo es perfecto, son los componentes. Las mujeres entrevistadas para la investigación, tienen una versión común, se arrepintieron de ser madres. La investigadora por su parte, intentaba averiguar si ella sentiría arrepentimiento por su posición. Sin embargo, se centró en la ambivalencia de esta afirmación, también podemos arrepentirnos de ser algo que no queremos.

La polémica en este caso es interminable. Por lo general la verdad social es homogénea, las demás posiciones son irreales, locas y obcecadas. Una mujer no parece tener derecho de pensar distinto. Lamentablemente son muchas las mujeres que lideran los grupos “enemigos”.

Sin duda, la maternidad no nos toca de la misma manera a todas. Algunas no fingen, sino que se desviven por sus familias y el rol que escogieron o les llegó. Otras por su lado, desearían no haber sido madres nunca.

Una de las entrevistadas, madre y abuela de sesenta y tantos, asegura que su truco es hacer su papel. En este caso, cuenta que se trata de un guión, una receta de lo que a mamá le toca hacer. Ahora que es abuela, cumple con su función social, comparte con los nietos y finge que le importa. No obstante, desea que el tiempo de ficción pase y volver a lo realmente quiere hacer.

Esta mujer goza de un buen libro, una copa de vino, sus plantas, salidas con amigas, nunca quiso ser mamá. Aunque no era su plan, su vida continuó pese a la maternidad y cumple bien con su rol.

¿Cómo se percibe socialmente a las “madres arrepentidas”?

Las madres arrepentidas no solo son aquellas que ya pasan por eso. La investigadora intentó demostrar el arrepentimiento acerca de la maternidad del cual ella misma está amenazada. Ella considera que si es posible arrepentirse de no serlo, con toda seguridad también lo será a la inversa.

Por otro lado, la autora describe a las “locas egoístas”, mujeres que aceptan el reto impuesto por la sociedad. Estas “madres obligadas”, terminan siendo madres arrepentidas; pero nunca dejan de fingir. Las entrevistadas de este grupo afirman que no encuentran cómo responder cuando se les pide que reconozcan su felicidad. ¿Cómo hago para decir que no quiero esto? ¿Se vale hablar de lo triste y decepcionada que estoy?

Las “locas egoístas” es la definición que otorga la autora a las madres que piensan diferente, pero que la sociedad las ha obligado a cambiar. Afirma que hasta que no dejen de ser vistas así, no se podrá hablar de la libertad de decisión de la mujer. Aunque cada vez son más las personas que creen que la mujer tiene libertades y opciones, en la maternidad no es así.

Algunos sectores a los que Orna Donath llama posfeministas, consideran que cada vez más mujeres son madres porque son libres de decidir. No obstante, la socióloga piensa que es al contrario, las condiciones sociales no han disminuido con el tiempo. Hay madres en distintas situaciones, no todas eligieron serlo, pero la mayoría terminó por aceptarlo en silencio.

 


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