La maternidad es una experiencia reveladora, abrumadora y sorprendente que nos enfrenta a un “nuevo yo” que llevamos dentro y que nunca pensamos que existiera. Muchas mujeres desean ser madre de una hija, creyendo que esto supone ganar un cómplice para toda la vida. Pero, ¿qué hay de real en ello? En este artículo reflexionamos sobre el tema.
El día que tú naciste, dejé de ser la hija de mi madre para ser la madre de mi hija. Ese día comenzó la vida para ti… y también una nueva vida para mí.
Tener una hija
Al tener una hija, se puede anticipar que, ya desde el primer momento, esa pequeña te robará la calma, te quitará el sueño, llenará tu vida de ternura y amor.
Esa bebé se convertirá en una niña que, seguramente querrá ser como tú, pues eres la mujer que tiene como referente principal.
Así, a medida que crece, verás en ella una nueva faceta de su personalidad y, te sorprenderá saber y observar que cada vez se parece más a ti.
Un día, más pronto de lo que crees, querrá imitarte y hacer lo que tú haces. Y aunque quizás quiera pasar más tiempo con otra persona de la familia (padre, tía, abuela, etc.), su primer ejemplo de cómo ser mujer, serás tú. De hecho, su primera amiga, fuente de inspiración, confidente y refugio serás tú.
Te sorprenderá saber que la conexión que existe con tu hija es tan fuerte y tan íntima que se reconocen como iguales a simple vista. Su complicidad viene de ese entendimiento que hay entre ambas.
”Una hija es al mismo tiempo una copia de su madre y una persona totalmente distinta y única”.
–Simone de Beauvoir–
Reconocer en palabras el amor por una hija es difícil. Solo de pensarlo, la emoción invade y hace que las lágrimas broten de los ojos.
En cada gesto, palabra o reacción de tu hija, va una parte de ti que no se puede negar. Sus primeros pasos, sus primeras palabras y sueños, nos llevan a un mundo de ternura y posibilidades infinitas.
¿Qué implica ser madre de una hija?
Ser madre de una niña es una experiencia que permite explorar una nueva forma de feminidad, crecer y desenvolverse con gracia. Para algunas mujeres, también es una oportunidad para convertirse no solo en una mejor madre, sino en una mejor persona y un buen ejemplo para la niña.
Debes tener en cuenta que serás el principal modelo femenino para tu hija, por lo que ella aspirará a ser como tú. Tu hija aprenderá de ti los roles de la mujer en el mundo, su comportamiento y su actitud. Además, imitará tus valores como empatía, carisma, respeto y ternura en sus primeros años de vida.
A continuación te brindamos algunos consejos para disfrutar al máximo ese bonito vínculo:
- Comparte con tu hija tantas veces te sea posible. No hay por qué esperar a que exista una ocasión especial. ¡Crea recuerdos y anécdotas especiales a su lado!
- Cuando algo le preocupe, habla con ella. Involúcrate y ayúdala a superar sus problemas y a pasar de página.
- Enséñale a comunicarse con asertividad, pero sobre todo, a ser buena, honesta y gentil consigo misma. Solo así podrá establecer relaciones sanas con otras personas, sean de su edad o no.
- Evalúa tus cualidades y habilidades. Procura mejorar aquellos aspectos que no deseas que tu hija repita, pero sobre todo ayúdala y compréndela sin juzgar ante los momentos difíciles.
Conocer cómo tiende a actuar tu hija y qué comportamientos debes estimular en ella, te ayudará a entender más y a educarla de la mejor manera posible. También debes evitar inculcarle estereotipos a tu hija, déjala ser libre y disfrutar de las actividades que ella quiera sin sentirse juzgada por ello.
Si estás embarazada y ya sabes que será una niña. Debes saber que, desde ahora eres la madre de una nueva mujer que llenará tu corazón de amor, ternura y fortaleza.
“Una hija es la pareja de género de una madre, su aliada más cercana en la confederación familiar, una extensión de sí misma. Y las madres son el modelo a seguir de sus hijas, su mapa de ruta biológico y emocional, el árbitro de todas sus relaciones.”
–Victoria Secunda-
Haz que tu hija encuentre en ti a la mejor aliada ya sea para jugar, salir, compartir experiencias, arreglar el mundo o simplemente disfrutar de la compañía mutua. Por otra parte, nunca te olvides de darle un buen ejemplo.