Los celos en los niños, ¿cómo manejarlos?

Los celos en los niños, ¿cómo manejarlos?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 04 septiembre, 2019

El tema de los celos requiere agudizar nuestra comprensión, especialmente cuando se trata de niños. Para todos resulta difícil comprender las razones de una persona que se manifiesta celosa, pues hay que estar en sus zapatos para entenderlo; pero en el caso de los niños, algunas cosas son más claras.

No sabemos en qué momento el niño puede llegar a sentir celos, pero para ellos es más difícil disimularlo. Sin embargo, el problema no está en reconocer la frustración de los niños por no recibir la atención que desean, sino en la incapacidad que por lo general presentamos para actuar correctamente.

Sucede que en los niños, en la mayoría de los casos los celos son infundados; pero es difícil explicarles cómo pasan las cosas. Las causas para que ellos se sientan celosos son múltiples, sin embargo, la causa más común es la lucha por el amor de los padres, siendo más frecuente con respecto a los hermanos y la pareja de sus padres.

¿Cómo manejar los celos en los niños?

Es un problema no saber cómo actuar en estos casos, pero es algo que se puede remediar si atendemos con sinceridad a las recomendaciones de los expertos. Existen estrategias útiles para intervenir y orientar a los niños que manifiestan estallidos de celos; sin embargo, lo primero que debemos hacer es revisarnos nosotros mismos.

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Para manejar esta situación es recomendable aplicar las siguientes recomendaciones:
  • Conocer las causas de sus celos.
  • Evaluar su actitud previa, cómo ha evolucionado de acuerdo a su edad.
  • Ser justos y consecuentes en las acciones.
  • Evitar comparaciones, halagos innecesarios o reproches continuos.
  • Dejar las demostraciones de afecto para los momentos en los cuales el niño realiza acciones positivas y no durante las rabietas.
  • Comunicarse adecuadamente con los niños, sin gritos, ni recriminaciones; haciéndoles saber con firmeza que no está bien cierto comportamiento.
  • Promover el acercamiento con el hermano o la persona de la cual está celoso, realizarlo sin apuros, con paciencia y tolerancia, especialmente por medio de actividades de su agrado.
  • Es muy importante poder discernir cuando es una conducta justificable y cuando es producto de su imaginación o es una invención del niño. Para lograr este equilibrio, es preciso evaluar nuestra actitud, sin menospreciar la opinión y reclamo de nuestros hijos.
  • Hacerle saber en todo momento que lo amamos; porque los niños no saben reconocer aquellas acciones que hacemos en su favor por amor. Darles de comer, pagar sus gastos u ofrecerles un techo, no es sinónimo de amor.

Principales errores de los padres ante los celos de sus hijos

Resulta muy valioso que los padres respetemos los sentimientos de nuestros hijos, pero en ocasiones nos equivocamos en la manera de actuar ante la manifestación de sus emociones. Si podemos identificar que son celos lo que el niño siente, podemos intentar orientarlos, antes que reprimirlos, hablarles antes que gritarles y ofrecer compresión antes que castigarlos.

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En parte de los casos, el problema reside en la manera de actuar de los padres. Es posible que con nuestro comportamiento estemos provocando el celo de los niños, pero también nuestra actitud está causando que se intensifique esta emoción.
Aunque los celos tienen parte de subjetividad, debemos evitar menospreciar el sentimiento de los niños. Es obligatorio reflexionar sobre si es necesario modificar nuestra conducta, aunque todavía no nos encontremos pasando por esta situación.
Entre los principales errores que comentemos ante estos casos se encuentran:

  • Acusarlos verbalmente de envidiosos o resentidos. A veces las palabras son más duras que cualquier golpe, para un niño nunca es agradable que sus padres los juzguen sin escucharlos.
  • No reconocer cuando estamos actuando de manera errónea. Algunas veces preferimos dejar en el niño la responsabilidad de su sentimiento, decimos que él está equivocado y no nos miramos a nosotros mismos.
  • Restar importancia a las manifestaciones de frustración del niño. Dejar desatendidos estos problemas, puede traer consecuencias graves en la personalidad, la adaptación y la autoestima.
  • Ignorarlo para dejar que se le pase está bien, pero obviar este tema de manera permanente es grave, tanto como castigarlos, regañarlos o reprimirlos. En tal sentido, si ya se encontraba preocupado por la falta de atención, entonces ahora casi lo habrá comprobado.
  • Darle atención en el momento menos apropiado, como cuando se hallan en plena crisis celosa; es importante esperar a que esté calmado.

Aunque es normal la aparición y manifestación de este sentimiento, es problemático cuando se prolonga o se intensifica, derivando en problemas de desadaptación personal y perjuicio en la relación familiar.
Es recomendable actuar oportunamente para evitar que aumente el nivel de las emociones, la intervención en casa, con amor y comunicación siempre tiene buenos resultados.
Sin embargo, algunas veces se hace necesaria la consulta a los especialistas, porque a veces son obvias las causas que determinan la explosión de los celos, pero hay casos en los cuales no existen razones reales.
Es preciso reconocer cuándo los celos son normales y justificables de alguna manera, de no ser así, podríamos estar hablando de problemas más serios.


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